Un ¡®ace¡¯ y 288 cervezas para Jim¨¦nez
Edouard Espa?a, un franc¨¦s de Burdeos, lidera en su ecuador el torneo, en el que Sergio Garc¨ªa (+3) pasa el corte por un golpe
El golf es el deporte en el que la perseverancia no se recompensa autom¨¢ticamente; en el que el p¨²blico, cruel por naturaleza, ofrece el feedback m¨¢s inmediato e ingrato, el silencio absoluto, a cualquier esfuerzo no afortunado del concurrente; en el que Sergio Garc¨ªa sabe explicarse, y explicarlo, como nadie; en el que el chico de casa, Pablo Larraz¨¢bal, celebra su cumplea?os, cumple 32 en San Isidro el jugador barcelon¨¦s, invitando a la prensa a cenar en su restaurante, y en el que uno como Miguel ?ngel Jim¨¦nez, amante de la buena vida, se lleva un premio de 288 tercios del Mahou por un hoyo en uno en el octavo, un hierro 6 de 140 metros de vuelo contra el viento y seis de rodadura por el green hasta caer directa la bola en el agujero. De cada uno seg¨²n su personalidad, dice el golf, a cada uno seg¨²n su fortuna. Para todos, una tarde de mayo fresca y viento de todos los puntos cardinales, por rachas y por turnos, que dieron un aire crepuscular de Open brit¨¢nico al campo del Prat y a las tarjetas de los jugadores.
A Jos¨¦ Mar¨ªa Olaz¨¢bal, que estuvo en el campo de Terrassa hasta el ProAm del mi¨¦rcoles, le toc¨® solo la mala fortuna. Enfermo, con fuertes dolores reum¨¢ticos, desde que regres¨® del Masters, Olaz¨¢bal se empre?o en torturarse en martes pegando m¨¢s de 300 bolas en el driving range en un intento de desafiar al dolor, de imponer su voluntad sobre la enfermedad. El jueves, derrotado por el mal, regres¨® a su Hondarribia.¡Ò
Jim¨¦nez, de niqui rosa vestido como un l¨ªder del Giro, celebr¨® el ace con sus t¨ªpicos pasos de baile y el gesto de envainar el hierro en una imaginaria vaina de espada colgada de su cintura y lo celebr¨® con razones: el hoyo en uno, aparte del orgasmo instant¨¢neo reforzado por los aplausos de la m¨ªnima afici¨®n del Prat, campo duro y ventoso, de greens duros y tan amigables como el m¨¢rmol, significaba para el malague?o, de 51 a?os y defensor de t¨ªtulo, ponerse en -4 y pasar de sobrevivir a luchar por la victoria en el Open de Espa?a, pues el l¨ªder entonces, otro viejo, el argentino Ricardo Gonz¨¢lez, de 45 a?os, marchaba con -6. Cuando el viento sopl¨® m¨¢s fuerte, llegaron, casi simult¨¢neos, tres bogeys del malague?o y tres birdies de un franc¨¦s de Burdeos llamado Edouard Espa?a (hijo de emigrantes, dijo), quien con -7 total se qued¨® de l¨ªder ¨²nico. Nunca en el circuito europeo hab¨ªa logrado Espa?a una ronda por debajo de los 70 golpes: en el dif¨ªcil Prat, jueves y viernes, ha terminado en 68 y 69, respectivamente.
El n¨²mero siete del mundo, Sergio Garc¨ªa, de blanco madridista habitual (y, el mi¨¦rcoles la v¨ªspera del torneo vol¨® al Bernab¨¦u para ver a su equipo caer eliminado), lament¨® su +3 (un tanteo que le permiti¨® pasar, por un golpe, el corte de un torneo en el que siempre ha jugado las cuatro rondas) con una mezcla de desaz¨®n y resignado adem¨¢n. ¡°Esto es el golf¡±, dijo el jugador de Castell¨®n, quien la ¨²ltima semana disput¨® hasta el desempate del Players, un torneo cien veces m¨¢s importante que el Open espa?ol por nivel de jugadores y deseo. ¡°El golf depende de muchas cosas. No sabes por qu¨¦ pero puedes hacer lo mismo una semana y la siguiente y en una los golpes te llevan al birdie y en otra al bogey¡±. Explic¨® Garc¨ªa, de 35 a?os, que la semana pasada todo le sali¨® bien, salvo el putt. ¡°Y esta semana dando golpes igual de buenos me llevado cuatro o cinco bogeys. Y eso, mentalmente, te hunde. Si sufres as¨ª dando golpes buenos que no tienen premio, cuando llegan, los inevitables golpes malos, que s¨ª que tienen penalizaci¨®n, te machacan¡±.
El d¨ªa de su cumplea?os, Larraz¨¢bal, se qued¨® en el par de su campo (es socio del Prat) y record¨® por momentos, con su manejo de las maderas, al brillante jugador que el a?o pasado fue capaz de derrotar en Abu Dabi a una pareja de grandes como Rory McIlroy y Phil Mickelson, o al chaval que llegando de la fase previa gan¨®, en 2008, el Open de Francia en Versalles a otros dos buenos veteranos, Colin Montgomery y Lee Westwood, y, posteriormente fue premiado con el trofeo de sir Henry Cotton al mejor debutante del a?o en el circuito europeo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.