Oleada de novatos en las grandes ligas
Los principales campeonatos del continente recibir¨¢n a debutantes que ascienden tras una trayectoria fulgurante y el Girona puede ser la guinda
Nadie les esperaba, casi todos sobrados de modestia y llevando consigo historias de aficiones que durante d¨¦cadas vieron f¨²tbol de categor¨ªas inferiores. La temporada que viene recibir¨¢n a los mejores equipos del continente. Inglaterra, Alemania, Portugal, Francia e Italia tienen en com¨²n los ascensos a sus m¨¢ximas categor¨ªas de debutantes sin apenas experiencia en el segundo escal¨®n y que adem¨¢s han sido capaces de subir varios de manera fulgurante durante los ¨²ltimos a?os. El Girona podr¨ªa ser el pr¨®ximo fin de semana la cuota espa?ola que se una a esta oleada si vence en Mallorca y el Sporting, al que aventaja en dos puntos a falta de dos jornadas, cae en casa contra el Sabadell.
Bournemouth. Dinero ruso en la ciudad balneario
Todav¨ªa se proyectan en la caseta del Bournemouth motivadores v¨ªdeos de su ¡°gran evasi¨®n¡±. As¨ª se conoce la epopeya del club hace seis temporadas, cuando en el cuarto escal¨®n del f¨²tbol ingl¨¦s comenz¨® la campa?a con 17 puntos menos, sancionado por incumplir las reglas financieras del campeonato. Vivi¨® entonces una agon¨ªa clasificatoria a lomos de una afici¨®n que tarareaba en los partidos la banda sonora de la pel¨ªcula en la que Steve McQueen sorteaba todo tipo de obst¨¢culos para obtener la libertad. A la postre se salv¨® de caer todav¨ªa m¨¢s y perder el estatus de club profesional. ¡°Fue un inicio¡±, reconoce Eddie Howe, el entrenador entonces, el mismo que excepto un intervalo de siete meses en el Burnley, no ha dejado de conducirlo hasta llegar a la Premier.
Howe sabe lo que son las penurias. Una lesi¨®n de rodilla a finales de 2006 le llev¨® a asumir responsabilidades en la estructura t¨¦cnica del equipo con apenas 30 a?os, justo en los momentos m¨¢s delicados de una entidad m¨¢s que centenaria en un entorno poco futbolero. O quiz¨¢s los hubo peores. En 1997 los futbolistas del club, entre ellos Howe, salieron a las calles de la ciudad provistos de huchas para realizar una colecta que contribuyese a aplacar los apuros financieros del club. Bournemouth, ciudad balneario de solaz para jubilados y visitantes, nunca fue un entorno futbolero, siempre con el equipo lejos de los grandes focos. Hasta que hace cuatro a?os lleg¨® el dinero. Maxim Demin, un ignoto hombre de negocios ruso vinculado a empresa petroqu¨ªmicas en el Volga, contact¨® con el entonces propietario de la mitad de las acciones del club, el constructor Eddie Mitchell. Quer¨ªa comprar una casa en la zona y se qued¨® con el pack completo porque se convirti¨® en copropietario de un club de f¨²tbol tras llegar a un acuerdo cercano al mill¨®n de euros con los socios de Mitchell. En septiembre de 2013 se convirti¨® en el ¨²nico due?o del Bournemouth.
Demin, o m¨¢s bien su esposa, protagoniz¨® un sonado aterrizaje en el equipo cuando en el descanso de unos de sus primeros partidos en el palco la mujer baj¨® al vestuario para lanzar a los futbolistas una arenga t¨¦cnico-t¨¢ctica. No hubo m¨¢s. El mecenas se maneja en un perfil tan bajo que incluso ayuda a desatar todo tipo de especulaciones. ¡°He visto pruebas de que es verdaderamente rico¡±, lleg¨® a decir Jeff Mostyn, una de las personas a las que adquiri¨® la propiedad del club y ahora colaborador suyo como presidente de la entidad. Howe asegura que su libertad como t¨¦cnico es total y defiende una idea futbol¨ªstica combinativa que le ha dado el ¨¦xito con jugadores de extracci¨®n modesta. El m¨¢ximo goleador Callum Wilson lleg¨® el pasado verano de una categor¨ªa inferior y bastantes futbolistas recorrieron el camino de los tres ascensos en cinco a?os. ¡°Si me garantizan que podemos ganar con f¨²tbol directo y pelotazos al ¨¢rea lo har¨ªamos, pero creo que la mejor manera de hacerlo es dominando el bal¨®n. Nos ha funcionado y espero que lo haga tambi¨¦n en la Premier League¡±, explica Howe.
Tondela. La patria de Viriato
Tondela se levanta en el centro del pa¨ªs, entre Viseu y Coimbra, en tierras donde se identifica el lugar de nacimiento de Viriato, el caudillo lusitano que combati¨® a los romanos. All¨ª emerge la aventura futbol¨ªstica de un club fundado en 1933 que jam¨¢s hab¨ªa escalado m¨¢s all¨¢ de competiciones regionales y que hace 10 a?os navegaba por los campeonatos de distrito, la quinta categor¨ªa del balompi¨¦ portugu¨¦s, campos a¨²n de tierra, escaso pedigr¨ª y pocos miramientos. Tras ¨¦l un peque?o concejo de 28.000 habitantes con apenas 4.000 en su n¨²cleo. Y una cierta prosperidad empresarial con compa?¨ªas como la de Gilberto Coimbra, dedicada a la comercializaci¨®n de pescado fresco y congelado, un futbolero que en 2005 accedi¨® a la presidencia del club de f¨²tbol de su pueblo. Tras cuatro ascensos la temporada que viene recibir¨¢ a los grandes del f¨²tbol portugu¨¦s. ¡°Tenemos que controlar la euforia y recordar donde est¨¢bamos antes y donde estamos ahora¡±, avisa.
El Tondela ha superado con ¨¦xito una extenuante competici¨®n de 24 equipos, seis de ellos filiales de equipos de Primera, y se ha labrado fama de club cumplidor en sus compromisos, modesto y a la vez ambicioso: el ascenso fue un objetivo desde el verano, un motivo para cambiar de entrenador la primera semana de octubre cuando el equipo era duod¨¦cimo a ocho puntos del l¨ªder. Lleg¨® Quim Machado, que acababa de ser destituido en el Legia Gdansk polaco y s¨®lo cay¨® en cuatro de los 32 partidos siguientes hasta que al verse a las puertas del ascenso a cinco jornadas del final fue incapaz de ganar un partido m¨¢s. En esos tropiezos falt¨® Cristian Edgardo Amado ¡°Piojo¡±, uno de los emblemas del equipo, un delantero argentino que lleva siete a?os en el club y ejemplifica su crecimiento.
Tondela se prepara ahora exhibir sus mejores galas. El estadio, al que acuden unas 2.000 personas cada partido tendr¨¢ que doblar su capacidad. Ahora mismo carece de tribuna en un fondo y en uno de los laterales apenas tiene una fila de asientos. El presupuesto del club, pr¨®ximo al mill¨®n de euros, tambi¨¦n se duplicar¨¢, pero quedar¨¢ lejos de los m¨¢s de cien millones que manejan Oporto o Benfica.
Ingolstadt. Una d¨¦cada sobre ruedas
El Ingolstadt luce con orgullo la coletilla 04 para designar el a?o de su nacimiento, no precisamente el de 1904 a semejanza del Schalke. Un siglo despu¨¦s de la fusi¨®n de los dos equipos de una ciudad que apenas supera los 130.000 habitantes naci¨® este equipo b¨¢varo que la pr¨®xima temporada debutar¨¢ en la Bundesliga tras subir cuatro escalones en once a?os. Lo han conseguido de la mano de la empresa automovil¨ªstica Audi, radicada desde hace casi ochenta a?os en un entorno que creci¨® a partir de una ciudad fortaleza a orillas del Danubio para aunar historia y tradici¨®n con auge industrial, econ¨®mico e incluso universitario. En Ingolstadt la tasa de desempleo no llega al 3% y el f¨²tbol se abre camino con marchamo de continuidad: Audi, due?a del funcional estadio donde juega el equipo y sus campos de entrenamiento, ya ha garantizado su alianza con el equipo al menos hasta junio de 2018. La compa?¨ªa, que forma parte del conglomerado Volkswagen due?o a su vez del Wolfsburgo y da empleo directo a 33.000 personas en la ciudad, dispone de una quinta parte de las acciones del club, pero controla en mayor¨ªa su consejo de administraci¨®n.
Hay una indudable inversi¨®n y crecimiento en un club que ha partido de la nada, pero tampoco hasta la fecha un dispendio por m¨¢s que la escalada del Ingolstadt est¨¦ en el punto de mira de muchos rivales recelosos por el apoyo de una empresa tan poderosa. ¡°Me molesta la doble moral sobre nuestro patrocinador. Cuando est¨¢bamos cerca de los puestos de descenso nadie hablaba sobre su compromiso, ahora en el ¨¦xito s¨ª que se alude a ello. Y el equipo no ha cambiado mucho, con m¨¢s salidas que entradas de jugadores. Se trata de una compa?¨ªa con sede en una ciudad que invierte y apoya en un club de ella. Nada m¨¢s¡±, reivindica Ralph Hasenh¨¹ttl, el entrenador del equipo
El Ingolstadt ha dominado la Bundesliga 2 con brazo de hierro. Su primera derrota lleg¨® en la jornada catorce y tan s¨®lo ha concedido tres m¨¢s. Al mando el ex internacional germano Thomas Linke como director deportivo y el joven t¨¦cnico austriaco Ralph Hasenh¨¹ttl que lleg¨® al club en octubre de 2013, dos a?os despu¨¦s que Linke, para sacarlo de los puestos de descenso y ha trabajado con un presupuesto reducido y un equipo de meritorios en el que descollan Pascal Gross, un centrocampista que ha aportado seis goles y diez asistencias, y Alfredo Morales, un mediocentro internacional con Estados Unidos, de ascendencia peruana por parte de padre (militar del ejercito norteamericano) y madre germana. El Ingolstadt puede parecer un intruso pero, como en su d¨ªa no hace tanto hicieron Mainz, Augsburgo o Hoffenheim, llega para quedarse entre los grandes.
Gaz¨¦lec Ajaccio. El orgullo corso
Reci¨¦n ascendido, con el presupuesto m¨¢s modesto de la categor¨ªa (4,5 millones de euros), una vetusta sede con capacidad para albergar a poco m¨¢s de 3.000 espectadores, una estructura con apenas cinco empleados que no sean t¨¦cnicos o futbolistas y un pasado en la categor¨ªa dos a?os atr¨¢s en el que acab¨® colista con apenas 25 puntos en 38 partidos, nadie podr¨ªa apostar el verano pasado por un ascenso a la Ligue 1 del Gaz¨¦lec Ajaccio. Lo celebraron con una jornada de antelaci¨®n sobre el final en una categor¨ªa repleta de nobles en la que adem¨¢s su rival ciudadano, el Ajaccio, tuvo que solucionar en los ¨²ltimos noventa minutos su permanencia en la categor¨ªa. No es un detalle balad¨ª: el Gaz¨¦lec, que toma el nombre de una g¨¦nesis vinculada con los trabajadores de la empresa nacional de gas y electricidad, abander¨® durante d¨¦cadas la pureza del f¨²tbol aficionado frente al profesionalismo de su rival o del vecino Bastia. Su historia se larv¨® entre la rebeli¨®n y las negativas a los ofrecimientos del Ajaccio para integrarlos en su estructura. ¡°Somos el club del pueblo¡±, pregonan los seguidores del Gaz¨¦lec, bandera de la identidad corsa, cuatro veces campeones de Francia durante los a?os sesenta en la categor¨ªa de aficionados.
Aquel mito del amateurismo qued¨® atr¨¢s, pero el club no lo tuvo f¨¢cil para integrarse en su nuevo mundo. En 1999 obtuvo el ascenso a la segunda divisi¨®n del f¨²tbol galo, un hito inesperado para todos, incluso para los rectores de la competici¨®n que esgrimieron una pol¨¦mica normativa que imped¨ªa que una ciudad de menos de 100.000 habitantes pudiese tener dos clubes profesionales en la misma liga y ni siquiera una larga batalla en los tribunales pudo impedir que le quitasen en los despachos el ascenso ganado sobre el c¨¦sped. Dos a?os despu¨¦s el club descendi¨® al campeonato aficionado por otra decisi¨®n administrativa relacionada con las dificultades financieras de la entidad. Pero el Gaz¨¦lec no se rindi¨®. En 2007 y 2008 lleg¨® a los dieciseisavos de final de la Copa aun siendo un club amateur. En 2011 vuelve al tercer escal¨®n del f¨²tbol galo y un a?o despu¨¦s asombra al pa¨ªs al eliminar a Montpellier y Toulouse y plantarse en las semifinales de Copa. Cay¨® frente al Lyon, pero un a?o despu¨¦s se tom¨® la vieja revancha de subir a la segunda divisi¨®n. Nada lo imped¨ªa: el Ajaccio estaba un escal¨®n m¨¢s arriba.
Pero ese primer paso por la Ligue 2 fue ef¨ªmero y tumultuoso, una dura sanci¨®n lamin¨® al Gaz¨¦lec tras un pol¨¦mico partido contra el M¨®naco en el que se vio al ¨¢rbitro hacer una peineta a los aficionados corsos. El equipo acab¨® ¨²ltimo a bastantes puntos de su predecesor y renov¨® su plantel para intentar un regreso que consigui¨® la campa?a siguiente. ¡°Nuestra misi¨®n es llegar a los 38 o 40 puntos que nos dan la permanencia. A partir de ah¨ª todo lo que venga ser¨¢ un regalo¡±, explic¨® el t¨¦cnico Thierry Laurie. Desde que cay¨® frente al Tours el 28 de noviembre, el Gaz¨¦lec disput¨® 21 partidos de liga y solo perdi¨® uno hasta sellar su ascenso. No caen en su peque?o feudo desde agosto y han conformado una curiosa mezcla entre veteranos como Jeremie Brechet, de ef¨ªmero paso por la Real Sociedad, y j¨®venes con hambre, un equipo coral en el que han marcado gol catorce futbolistas y ninguno ha logrado m¨¢s de seis ni ha dado m¨¢s de tres. Por el camino vencieron 0-3 en el derbi contra el Ajaccio.
Carpi. Apote¨®sis del f¨²tbol de provincias
Ascendido un mes antes de que acabase el campeonato, el Carpi ha pasado las ¨²ltimas semanas entre festejos, planificaciones y le ha dado tiempo incluso a derrotar al M¨®dena a domicilio, justo en el estadio que le ha ofrecido su vecino rival (a 16 kil¨®metros) para acoger sus partidos de la pr¨®xima temporada. Os rectores de la Serie A le piden un escenario con capacidad para 10.000 espectadores y en su casa no entran ni la mitad, humilde morada con los fondos curvados caracter¨ªsticos de un estadio que adem¨¢s es vel¨®dromo.
El cuento de hadas del Carpi catapulta al f¨²tbol de provincias, despreciado por dirigentes como Claudio Lotito, presidente de la Lazio, incapaz de ver el beneficio de este tipo de epopeyas. ¡°Si tenemos al Carpi, al Frosinone o la Latina quien comprar¨¢ los derechos de televisi¨®n¡±, coment¨® en una conversaci¨®n privada que fue grabada y finalmente revelada. ¡°Palabras as¨ª me quitan las ganas de jugar¡±, replic¨® Andrea Pirlo. ¡°El f¨²tbol es un juego para todos y debe premiar al equipo que se lo merece m¨¢s¡±, zanj¨® el veterano futbolista de la Juventus. A ¨¦l le esperan en Carpi para dar continuidad a un sue?o que comenz¨® en 2010 desde la quinta categor¨ªa del f¨²tbol italiano, una ascenso desde la Serie D a la cuarta divisi¨®n estatal. Un a?o despu¨¦s lleg¨® el pase a la tercera y al siguiente una eliminatoria perdida contra el hist¨®rico Pro Vercelli para ascender a la serie B. Doce meses despu¨¦s lo consigui¨®. Otras dos campa?as le ha costado hacerse un hueco entre los grandes. Un futbolista, Lorenzo Pasciuti ha recorrido todo ese periplo con el equipo, cuatro ascensos en seis a?os. Tiene 25 a?os, que es un poco m¨¢s de la media de edad del equipo. Hay suplentes de equipos con los que se cruzar¨¢n el a?o que viene que cobran m¨¢s que toda la plantilla del Carpi ¨¦sta temporada (2,5 millones de euros)
El estilo que le ha dado el ¨¦xito no es amable a los ojos del espectador, pero s¨®lo ha perdido cinco partidos de 41. En el mes de febrero jug¨® cuatro partidos de Liga y empat¨® los cuatro. Desde entonces s¨®lo ha encajado cinco goles. Fabrizio Castori es el t¨¦cnico que ha pilotado el milagro. Con la prima por el ascenso cobrar¨¢ llegar¨¢ a unos ingresos anuales de 70.000 euros. En verano cumplir¨¢ 61 a?os, veterano en banquillos sin lustre, desde hace once campa?as siempre en la Serie B, el Carpi es su decimotercer destino, un b¨¢lsamo despu¨¦s de ser destituido en sus cinco destinos anteriores. Tras ¨¦l anterior, la Reggina, estuvo a punto de aceptar una oferta del Metalurg Donetsk, pero la escalada b¨¦lica en el este de Ucrania le ech¨® atr¨¢s cuando ya estaba all¨ª listo para empezar a trabajar.
Carpi se prepara. El director deportivo del equipo viaj¨® la semana pasada a Colombia en busca de refuerzos buenos y baratos. ¡°No cambiaremos de filosof¨ªa. Vamos a jugar con chicos que nunca han estado en ese nivel¡±, augura. El presidente, St¨¦fano Bonacini, un empresario de ¨¦xito en el sector de la moda, se prodiga en charlas de emprendimiento y gesti¨®n del ¨¦xito. Y se pellizca: ¡°Todav¨ªa no me lo creo, pero realmente vamos a jugar en la Serie A¡±.
Frosinone. De la desaparici¨®n a la ¨¦lite
A la vera de la autopista, casi a mitad de camino entre Roma y N¨¢poles se levanta Frosinone, no llega a 50.000 habitantes, peque?a ciudad de interior que en 1990 vio fenecer a su club de f¨²tbol, que hab¨ªa peleado sin ¨¦xito por subir a la tercera categor¨ªa del f¨²tbol italiano. Muri¨® sepultado por las deudas, pero seg¨²n demandaron desde bastantes foros de la ciudad por una supuesta inquina del entonces presidente de la federaci¨®n italiana, Antonio Matarrese. De aquellas cenizas naci¨® un proyecto que tuvo que comenzar a andar en categor¨ªas regionales, que tard¨® cinco a?os en regresar al profesionalismo y hoy festeja su llegada a la Serie A, estaci¨®n a la que nunca hab¨ªa llegado y de la que hab¨ªa parecido alejarse tras cinco campa?as en la Serie B entre 2006 y 2011. Hace un a?o regres¨®, pero de manera ef¨ªmera porque ha encadenado dos ascensos consecutivos entre el estupor de propios y extra?os.
Aquel ¨²ltimo descenso coincidi¨® con la ¨²ltima temporada como futbolista de Roberto Stellone, delantero poderoso con pasado en N¨¢poles y Torino. Ya pensaba entonces como entrenador. Trabaj¨® una campa?a con el equipo y hace tres le encomendaron el primer equipo. Hoy, tras el ascenso, ya se apunta a una lluvia de ofertas de clubs m¨¢s poderosos. ¡°Cuando comenz¨® la temporada nuestro objetivo era mantener la categor¨ªa reci¨¦n conseguida y que pudiesen crecer alguno de nuestros jugadores m¨¢s j¨®venes, pero con el paso de los partidos nos dimos cuenta de que el premio pod¨ªa ser mayor. No hemos perdido dos partidos seguidos y la segunda vuelta ha sido excepcional¡±, diagnostica. Humildad, abnegaci¨®n e inteligencia, predica Stellone. En la selv¨¢tica Serie B italiana le han valido para hacer historia. Ahora tanto Frosinone como Carpi tratar¨¢n de seguir desafiando al pasado en la m¨¢xima categor¨ªa porque desde 2003 nunca ha logrado permanecer en ella m¨¢s de un equipo reci¨¦n ascendido.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.