El Bar?a honra a su ¡®dream team¡¯

El balonmano es un deporte en el que juegan siete contra siete y en el que siempre gana el Barcelona. As¨ª es en Espa?a; no tanto en Europa, donde tambi¨¦n se cacarea que as¨ª deber¨ªa ser s¨ª o s¨ª. Al fin y al cabo, ese es el peso de la p¨²rpura, el que se impuso desde que el equipo de pioneros de Valero Rivera rompi¨® en 1991 la hegemon¨ªa absoluta de los clubes alemanes y del Este europeo. Abrieron una senda por la que se deslizaron el Teka de Santander (1994) y el Elgorriaga Bidasoa (1995), antes del lustro que le vali¨® al equipo blaugrana el exigente apellido de dream team, con cinco Copas de Europa consecutivas, desde 1996 a 2000.

Desde entonces, cada t¨ªtulo le cost¨® al Barcelona un esfuerzo tit¨¢nico, y cada tropiezo se interpret¨® como un fiasco. De ah¨ª que el ¨¦xito en la final de Colonia ante el Veszprem h¨²ngaro, tras haber dado cuenta del Kielce polaco, sea tan valorado por un equipo que solo rompe a sudar para ganar. As¨ª ha sido. Lo ha ganado todo en Espa?a y lo ha ganado todo en Europa, tras una Final Four impecable, en la que solvent¨® varios momentos de dificultad.

El varapalo de un a?o antes, en la semifinal que perdi¨® ante el Flensburg alem¨¢n que ten¨ªa en el bolsillo, plane¨® en su regres¨® al coliseo de Colonia. Sufri¨® algunas intermitencias contra el Veszprem. A la baja de Rutenka, se a?adi¨® tambi¨¦n la de Lazarov, que apenas pudo estar unos minutos en la cancha. El partido fue dur¨ªsimo. El entrenador del Veszprem, Antonio Carlos Ortega, precisamente uno de los jugadores de aquel dream team de Valero, propuso una estrategia que exig¨ªa una presi¨®n f¨ªsica extrema. En menos de un cuarto de hora se produjeron tres exclusiones.

El Barcelona control¨® casi todo el tiempo, con alg¨²n bache, casi siempre propiciado por los lanzamientos de Nagy, otro jugador con pedigr¨ª blaugrana, y del serbio Ilic. La lesi¨®n de Chema Rodr¨ªguez, uno de los tres espa?oles del Veszprem, fue otro s¨ªntoma del cariz del duelo. El Barcelona, anclado por las paradas de Saric y Gonzalo y propulsado por la efectividad de Karabatic, Sigurdsson, V¨ªctor Tom¨¢s y Entrerr¨ªos, complet¨® su obra con la aportaci¨®n de dos meritorios. Gurbindo estuvo a la altura de Lazarov y Sarmiento le puso pegamento al juego combinativo. Y Xavi Pascual, el entrenador, respir¨®: ¡°A veces, nos cuesta entender que no podemos ganar siempre todo. Estoy feliz no solo por ganar la Champions, sino por c¨®mo la hemos ganado¡±.