La dulce hipoteca de Pirlo
El peso del mediocentro no s¨®lo influye en los equilibrios defensivos, tambi¨¦n obliga a la Juve a salir desde atr¨¢s con el bal¨®n para dar sentido a su presencia
El Juventus de Allegri es valiente. M¨¢s all¨¢ de que se sienta c¨®modo en la espera y la defensa de su ¨¢rea, no es un equipo reactivo por naturaleza. Imposible que lo sea cuando tiene a Pirlo al mando de las operaciones con bal¨®n, una convicci¨®n que condiciona el plan sin disimulo. Juega como mediocentro ¨²nico, aunque en la fase defensiva necesite la protecci¨®n sin matices de Vidal, Pogba y Marchisio porque su actividad de piernas y despliegue nunca estar¨¢n a la altura de sus pies y de su cabeza, y menos ahora. Por eso, s¨®lo alguien con la capacidad f¨ªsica de Vidal puede defender como un mediocentro y atacar como un media punta, ocupar tanto espacio con tanta intensidad. El peso de Pirlo no s¨®lo influye en los equilibrios defensivos, tambi¨¦n obliga a la Juve a salir desde atr¨¢s con el bal¨®n para dar sentido a su presencia. Allegri ha animado a los centrales Bonucci, Chiellini ¨Cbaja por lesi¨®n- y Barzagli a esforzarse en cuidar el primer pase, aunque no hayan nacido para ello, para que Pirlo active la circulaci¨®n, de luz a la transici¨®n y bata las l¨ªneas de presi¨®n. Adem¨¢s, ni Morata ni T¨¦vez pueden garantizar la conquista del bal¨®n largo en un f¨²tbol m¨¢s directo, como s¨ª pod¨ªa hacer Llorente con Conte en el banquillo. Incluso Buffon muestra en su nueva versi¨®n una habilidad notable en el juego con los pies, tanto en la elecci¨®n de la l¨ªnea de pase como en la seguridad de su ejecuci¨®n. A pesar de su valent¨ªa, de sus principios o de la ayuda de Pirlo, los centrales no dominan esta asignatura y es frecuente alg¨²n resbal¨®n contra la presi¨®n alta. O en su defecto, ante las dificultades, el balonazo largo para evitar riesgos de p¨¦rdidas, aunque eso suponga la desaparici¨®n de Pirlo y, en consecuencia, la obligaci¨®n de resistir m¨¢s que de proponer.
Blindaje de pasillos interiores
Un principio defensivo innegociable de Allegri es invitar al rival a atacar por los carriles exteriores. Lo hizo a lo grande con el Milan contra el Bar?a de Guardiola y Vilanova para atrapar a Messi y predisponer al rival a los centros laterales, el escenario defensivo preferido de sus equipos. Como el Atl¨¦tico de Madrid, la Juventus defiende el ¨¢rea peque?a con pasi¨®n, contundencia y autoridad. Litchsteiner y Evra tienen experiencia para cerrar el segundo palo, Bonucci y Barzagli se sienten como en casa cerca de la porter¨ªa y Buffon es quiz¨¢s el mejor portero del mundo en este tipo de acciones por oficio y envergadura. El Bar?a de Luis Enrique cuenta con la ventaja respecto a la del ¡°falso nueve¡± que la principal fuente de desequilibrio ofensivo ya no tiene el origen en la superioridad num¨¦rica del centro del campo, sino en las bandas, adonde se ha desplazado Messi para que Luis Su¨¢rez viva entre los centrales, pero tambi¨¦n la zona de influencia de Neymar. Es verdad que s¨®lo es un punto de salida, pero tambi¨¦n puede ser de llegada como en el gol de Messi contra el Athletic. Tan importante ser¨¢ la amenaza exterior como la fijaci¨®n en amplitud de la defensa italiana a trav¨¦s de la atenci¨®n de los laterales sobre Messi y Neymar, lo que puede desproteger los pasillos interiores para la llegada de los volantes y la alimentaci¨®n del punta uruguayo. Si el Bar?a cae en la inercia de que los extremos vayan hacia dentro para que los laterales lleguen a la l¨ªnea de fondo como norma, el equipo de Allegri ser¨¢ feliz.
La pareja T¨¦vez-Morata
La Juventus tiene muy compensadas todas sus l¨ªneas, pero acaba la temporada con un poder casi incontrolable en la pareja de delanteros: T¨¦vez-Morata. Falta ver si el equipo les podr¨¢ dar calidad de vida para que marquen las diferencias, si los podr¨¢ encontrar en las zonas donde pueden castigar al Bar?a, si podr¨¢ conectar con ellos en situaciones de ventaja. T¨¦vez es el epicentro ofensivo de la Juve, casi toda la producci¨®n de ataque pasa por ¨¦l. Se ofrece entre l¨ªneas para elegir la v¨ªa m¨¢s adecuada a fin de llegar al ¨¢rea rival, se recoge para asociarse con el centro del campo mientras Pogba y Vidal se estiran para aprovechar su talento en la llegada a los espacios que libera el argentino y tiene una qu¨ªmica especial con Morata, a quien orienta, conduce, gu¨ªa y anima como receptor de sus pases. No s¨®lo eso, si ve una l¨ªnea de remate abierta, nunca la rechaza porque tiene el gol en la cabeza, aunque tenga hueco para muchos elementos m¨¢s. El crecimiento de Morata se expres¨® en su m¨¢xima dimensi¨®n en la semifinal contra el Madrid. A pesar de la excepcionalidad del momento, lo vivi¨® con gran madurez. Gan¨® duelos directos, dio salida al equipo, descarg¨® para la segunda l¨ªnea con acierto, exprimi¨® su confianza para ser atrevido en el gesto t¨¦cnico y sobre todo fue definitivo en el ¨¢rea en las pocas opciones que dispuso. M¨¢s all¨¢ de su calidad, de la percepci¨®n de vivir un momento especial, de su capacidad competitiva, se sienten capaces de todo contra cualquiera. Ahora mismo quiz¨¢s ¨¦se sea su gran patrimonio de cara a la final.
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