Aquella final de los postes cuadrados
El 31 de mayo de 1961, el Bar?a salt¨® al estadio Wankdorf de Berna para jugar su primera final de la Copa de Europa. Dos de sus jugadores, los h¨²ngaros Kocsis y Czibor, viven un mal recuerdo: siete a?os antes hab¨ªan perdido all¨ª con incre¨ªble fatalidad la final de la Copa del Mundo, ante Alemania. Eso les ro¨ªa por dentro.
Ese a?o el Bar?a particip¨® en cuatro competiciones: Liga, Copa, Copa de Ferias y Copa de Europa. La Liga la hab¨ªa acabado cuarto, a veinte puntos del Madrid. En la Copa acaba de eliminarle en octavos el Espanyol. De la Copa de Ferias, cuyas dos ediciones previas hab¨ªa ganado, le elimin¨® en cuartos el Hibernian.
S¨®lo le quedaba una bala, pero como dir¨ªa Valdano, era de ca?¨®n: la Copa de Europa.
La Copa de Europa hab¨ªa sido patrimonio exclusivo hasta entonces del Madrid, ganador de las cinco primeras ediciones. En la sexta se cruz¨® con el Bar?a, en octavos. Pas¨® el Bar?a, con dos muy pol¨¦micos arbitrajes ingleses. Luego, en la semifinal con el Hamburgo de Uwe Seeler, se produjo una curiosa situaci¨®n. El Bar?a viaj¨® a Alemania con la corta renta de un 1-0. El partido de Hamburgo se televis¨® en Espa?a. Iba 2-0 cuando en el minuto 89 se apag¨® la se?al. El horario contratado de los enlaces internacionales se ajust¨® tanto que un peque?o retraso del partido hizo que la pantalla se fuera a negro, con 2-0 y el choque expirando. Fue entonces, en el ¨²ltimo instante y lejos de los ojos de la afici¨®n, cuando Kocsis marc¨® el 2-1. En Espa?a, la mayor¨ªa nos enteramos el d¨ªa siguiente, por el peri¨®dico. En la ¨¦poca no hab¨ªa ni programas de radio nocturnos. Aquel gol milagroso de Kocsis dio paso a un desempate en Par¨ªs que gan¨® el Bar?a.
Tras la derrota del Bar?a en la Copa de Europa de 1961, Kocsis rompi¨® a llorar maldiciendo las porter¨ªas de ese campo de Berna
As¨ª que all¨ª estaba el Bar?a, en la final, en su primer a?o post HH. Helenio Herrera hab¨ªa sido el creador de aquel equipo, ganador en el 60 de Liga, Copa y Copa de Ferias, pero no de la Copa de Europa, de la que le elimin¨® el Madrid, y aquello precipit¨® su salida al Inter de Mil¨¢n. Le hab¨ªa sustituido un yugoslavo, Ljubisa Brocic, ca¨ªdo a su vez en enero ante la mala marcha en la Liga. Ahora el entrenador era su segundo, Enrique Orizaola, que se jugaba su carrera a este partido.
Enfrente estaba el Benfica, en el que asomaba el nuevo poder del f¨²tbol portugu¨¦s. A¨²n no estaba Eusebio, que los siguientes a?os aterrorizar¨ªa Europa con sus goles. Pero era un buen equipo, todos portugueses salvo su entrenador, el h¨²ngaro trotamundos Bela Guttman, un sabio de la ¨¦poca. La perla es Coluna, el diez, mozambique?o como Eusebio y jugador con ciencia, ritmo, pase y gol.
El Bar?a viaja con un problema y una inc¨®gnita. El problema es la baja a ¨²ltima hora de Segarra, candado de la defensa, lesionado ante el Espanyol. Su baja se une a la ya larga del central Rodri. La inc¨®gnita es el papel de Luis Su¨¢rez. Justo cinco d¨ªas antes se ha anunciado su venta al Inter de Helenio Herrera por la fabulosa cantidad de 25 millones de pesetas. Una decisi¨®n muy pol¨¦mica de una comisi¨®n gestora que maneja el club tras la dimisi¨®n en febrero de Mir¨® Sans, a la espera de nuevas elecciones. La gente se pregunta si Luis Su¨¢rez debe jugar o no. Pero es el vigente Bal¨®n de Oro, ?c¨®mo dejarle fuera? Arbitr¨® el suizo Dienst y los equipos fueron:
Barcelona: Ramallets; Foncho, Gensana, Gracia; Verg¨¦s, Garay; Kubala, Kocsis, Evaristo, Su¨¢rez y Czibor.
Benfica: Costa Pereira; Joao, Germano, ?ngelo; Netto, Cruz; Jos¨¦ Augusto, Santana, Aguas, Coluna y Cavem.
El Bar?a tiene la defensa remendada, pero su equipo es de f¨¢bula, y a¨²n quedan fuera de ¨¦l tres delanteros extraordinarios: Tejada, Villaverde y Eulogio Mart¨ªnez. Kubala juega de extremo derecha; aunque sin desborde, pero distribuye bien desde ah¨ª, un poco al estilo del Beckham de la d¨¦cada pasada. Evaristo y Kocsis atacan por el centro, Czibor desborda por la izquierda, Luis Su¨¢rez arma desde atr¨¢s y a veces aparece por la banda derecha. El Barcelona es muy superior, a pesar de que Verg¨¦s no termina de hacerse con Coluna, ¨²nica salida del Benfica. La superioridad del Bar?a va goteando ocasiones. Llega el 1-0 en el minuto 20; es una de las apariciones de Su¨¢rez por la derecha, con centro medido que Kocsis (Cabecita de Oro, le apodaban) cabecea a gol.
El Bar?a sigue mandando, aunque se echa en falta algo m¨¢s de ritmo.
En tres minutos todo se complica. En el 30, Coluna lanza a Cruz, que se va de Foncho; Ramallets sale precipitadamente y Cruz que llega antes, cruza el bal¨®n y remata Aguas a puerta vac¨ªa. 1-1. En el 33, bal¨®n alto al ¨¢rea del Bar?a, Gensana lo toca de cabeza, sale hacia atr¨¢s, Ramallets, cegado por el sol, lo palmotea, pega en la parte alta de su palo izquierdo y bota en el suelo. ?Dentro de la porter¨ªa? ?Fuera? Ramallets jur¨® hasta su muerte que ese bal¨®n no entr¨®. La jugada (la final entera) se puede ver en youtube. Despu¨¦s de botar en el suelo, el bal¨®n sale de la porter¨ªa. Incluso parece levantar algo de polvo de cal, se?al de que habr¨ªa botado en la raya. Pero Dienst da gol.
Queda un tiempo, el Bar?a es mejor y al reanudarse el partido se masca el gol en la porter¨ªa de Costa Pereira. Pero donde llega es en la otra, cuando en un raro contraataque Coluna caza un rebote y suelta una colosal volea desde la media luna. Esta vez no es culpa de Ramallets. El partido se pone 3-1 en el 54.
Ahora el Bar?a ya se lanza al ataque con otro nervio. Kubala va y viene al centro del campo, Luis Su¨¢rez prodiga m¨¢s su llegada por las bandas, todos los delanteros juegan bien, el Bar?a achicharra el ¨¢rea de Costa Pereira, donde los defensas se multiplican. Hay rebotes, rechaces en la raya. En el 68, un bal¨®n parecido al del gol tonto del Bar?a: un centro alto al que Germano mete la cabeza, pasa sobre Costa Pereira, que iba a por ¨¦l, Kocsis acude para cabecear a puerta vac¨ªa ?y lo manda al palo! Tres minutos despu¨¦s, Kubala agarra un tirazo desde la frontal del ¨¢rea que pega en el palo derecho, recorre toda la l¨ªnea, rebota en el izquierdo y vuelve al campo, donde lo recoge, ya d¨®cil, Costa Pereira. En el 75, Czibor coloca un zurdazo terrible a la escuadra a la salida de un c¨®rner que vale el 3-2. ?A¨²n hay tiempo! Sigue el acoso, los remates, las paradas de Costa Pereira. La jugada m¨¢s perfecta del partido, con intervenci¨®n de toda la genial delantera, termina en un remate seco de Czibor desde el punto de penalti que se estrella en el palo. El agobio es incesante. En el 88 hay tres c¨®rners seguidos. No hay respiro para el Benfica, pero el partido termina as¨ª.
Kocsis, en el vestuario, rompi¨® a llorar en una especie de acceso de histeria, maldiciendo los postes de ese campo mientras Czibor se encierra en un mutismo alucinado. En la final del 54, Hungr¨ªa tambi¨¦n hab¨ªa estrellado dos balones en los postes de aquel campo.
Postes cuadrados cuya forma estaba proscrita ya entonces en muchos sitios, entre otros Espa?a. Pronto los proscribir¨ªa la FIFA para todos los campos del mundo, recomendando los ovales. Qued¨® la leyenda de que se cambiaron a partir de aquel partido, culpando a su forma del injusto resultado de aquel partido. Nunca he encontrado nada que certifique eso. Los postes cuadrados pod¨ªan provocar da?o a los jugadores, pero no atra¨ªan m¨¢s balones que los ovalados. Aquel 3-2 fue simplemente inexplicable.
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