Valer¨®n contra la ansiedad de Las Palmas en su duelo ante el Zaragoza
El mediapunta de 40 a?os aporta templanza en el partido final por un puesto en Primera
Es un partido sin posibilidad de enmienda, con un trasfondo econ¨®mico y social porque subir a Primera Divisi¨®n es la vida para los clubes de f¨²tbol de Las Palmas o Zaragoza, representativos de dos ciudades entre las diez m¨¢s pobladas de Espa?a, damnificadas ambas por un traum¨¢tico alejamiento de la categor¨ªa que les corresponde por historia, tradici¨®n y potencial. Parten los aragoneses con ventaja en la ida, donde vencieron por 3-1, pero con el h¨¢ndicap de tener que defenderla en el estadio de Gran Canaria (a las 19, en horario peninsular, retransmitido por Canal +). Pero en la isla pesa el recuerdo del fiasco del a?o pasado en id¨¦ntica tesitura ante el C¨®rdoba. Son momentos en los que los mensajes apuntan m¨¢s a la cabeza que a las piernas, en los que se esquiva el coraz¨®n, pero irremediablemente se acaba en ¨¦l. ¡°Esto no se juega, se vive¡±, zanja Ranko Popovic, el t¨¦cnico del Zaragoza.
Y entre todas las arengas, entre los llamamientos a la calma del t¨¦cnico del Las Palmas, el veterano Paco Herrera, emerge una figura que cumpli¨® cuarenta a?os el mi¨¦rcoles pasado. Discreto como es, nadie sabe a estas alturas si el de hoy ser¨¢ el ¨²ltimo partido como futbolista para Juan Carlos Valer¨®n. Despu¨¦s de tres operaciones en su rodilla izquierda y de que le fracturasen dos veces el peron¨¦ de la misma pierna imparte en el ep¨ªlogo de su carrera un magisterio sobre el c¨¦sped que a¨²n marca diferencias. En la anterior eliminatoria de la promoci¨®n fue titular en Valladolid y jug¨® diez memorables minutos para cerrar la eliminatoria en Canarias. En Zaragoza sali¨® al campo para encender la luz de su equipo cuando iba cuesta abajo. La afici¨®n rival le recibi¨® con una ovaci¨®n.
A Valer¨®n (40 a?os)?le conmociona el recibimiento de tantas aficiones agradecidas. La suya, la amarilla, se congreg¨® en buen n¨²mero para levantar al ¨¢nimo del equipo la madrugada del jueves en el aeropuerto de Gando. Juan Moreno Artiles estaba all¨ª, regresaba con ellos desde Zaragoza. Le llaman ¡°El Boya¡± y regenta un bar y restaurante playero en Arguineguin donde se ubica una pe?a que lleva el nombre de su emblema futbol¨ªstico, quiz¨¢s m¨¢s que David Silva, campe¨®n de Europa, del Mundo, de la Premier League, un fen¨®meno que palidece ante el aura de Valer¨®n. ¡°Le reconocen en todos los campos, de todos entra y sale entre aplausos. Los ¨¢rbitros saben que si se cae es falta porque es incapaz de enga?arles¡±, apunta el Boya. Se conocen desde ni?os. En un poblado construido para acoger a los asalariados de una cementera que mira al mar grancanario creci¨® Valer¨®n. Su padre trabajaba all¨ª. Hace ya un tiempo que falleci¨®, pero Moreno no duda al afirmar que dej¨® una impronta que mantiene vigente una saga. En la fachada del local que acoge la pe?a Juan Carlos Valer¨®n, donde es f¨¢cil ver al futbolista en sus ratos de ocio, se leen palabras que en realidad son lemas: ¡°Sacrificio. Equipo. Tradici¨®n. Superaci¨®n. Constancia. Honestidad. Humildad. Fe, Familia. Respeto¡±. ¡°Todas le definen¡±, aclara el Boya.
A Valer¨®n hay que entenderlo a partir de su relaci¨®n con Dios, pero ser¨ªa simplista quedarse ah¨ª y no entrar en su universo ¨¦tico y de comportamiento y como lo aplica. ¡°?l cree que cada uno de nosotros tenemos un don y que caemos en los modismos y no siempre lo encontramos. Cree que si perseveramos en encontrar ese don y lo hallamos tendremos ¨¦xito en la vida¡±, explica Javier Lavandeira, profesor y entrenador de f¨²tbol, con el que acab¨® colaborando para escribir un libro titulado ¡°El entrenamiento del f¨²tbol ofensivo¡± que alberga frases firmadas por Valer¨®n que son peque?as joyas: ¡°El talento es saber estar dentro y fuera de un terreno de juego¡±. ¡°El orden en el f¨²tbol no es un laberinto por el que moverse sin posibilidad de cambio, sino todo lo contrario¡±. ¡°La mayor¨ªa de la gente relaciona talento con jugador de corte t¨¦cnico y no siempre es as¨ª¡±. Si a Valer¨®n se le pregunta por un futbolista al que admire no tiene dudas: Mauro Silva.
A estas alturas resulta ocioso apuntar cual es su don, pero Lavandeira entendi¨® hace ocho a?os que pod¨ªa explotarlo tambi¨¦n al otro lado de la l¨ªnea de cal. Valer¨®n cay¨® gravemente lesionado justo cuando se sacaba la titulaci¨®n b¨¢sica de entrenador. Lavandeira, que entonces entrenaba al juvenil B del Deportivo, era uno de sus profesores en el curso. Aquel verano de 2007 cuando hubo que realizar la fase pr¨¢ctica el mejor jugador del club acudi¨® a sus oficinas para preguntar si era posible que le asignaran aquel equipo juvenil. La conexi¨®n brot¨® inmediata en lo futbol¨ªstico y en lo personal. ¡°Me ayud¨® mucho el concepto que tiene Juan Carlos sobre vivir sin rencor porque sostiene que tenerlo es algo que te mina a la hora de mirar hacia delante, que si das vueltas sobre ese idea no prosperas en tu l¨ªnea, te hace mella. Me dijo que tratase de desgastarme en aquello que realmente pod¨ªa cambiar¡±, recuerda Lavandeira.
Valer¨®n lleg¨® a aquel colectivo con una sencillez que desarm¨® a todos, siendo era una estrella se aplic¨® para cargar con los conos y las picas, para madrugar los domingos y subirse a un autocar y compartir horas. Para ense?ar f¨²tbol y vida. ¡°Era un libro abierto¡±, aseguran quienes le trataron aquella campa?a. Y es justo ahora, en la v¨ªspera de un partido tan decisivo, cuando Javier Lavandeira recuerda uno de los roles en los que le impresion¨® su dictado: ¡°Era brillante en las charlas cuando explicaba a los chavales qu¨¦ hacer cuando un partido vira hacia lo inesperado o como superar situaciones de presi¨®n¡±. ¡°No solo es muy cercano al jugador sino que transmite paz y te libera de ansiedad: te acerca al rendimiento¡±, concluye Miguel ?ngel Valer¨®n, su hermano dos a?os mayor, promesa truncada por una devastadora lesi¨®n en un tobillo, que mira al partido de hoy y el papel que debe jugar Juan Carlos. ¡°En la situaci¨®n que llega Las Palmas tras lo ocurrido el a?o anterior y la necesidad colectiva de ascender, yo por sus cualidades le pondr¨ªa como entrenador en las horas previas al partido. Es dif¨ªcil entender desde fuera como te pueden temblar las piernas, pero ocurre¡±. Y concluye: ¡°Mi hermano es el mejor psic¨®logo deportivo que conozco¡±.
Porque tambi¨¦n a estas alturas conviene considerar que entre quienes tratan a Valer¨®n se apunta que atesora algo m¨¢s que bondad (en su d¨ªa se neg¨® a tomar la v¨ªa legal de denunciar al Deportivo por impagos y todos sus compa?eros han cobrado menos ¨¦l, que espera un gesto del club, por otra parte obligado con otros acreedores) y capacidad para jugar la pelota. ¡°Siempre est¨¢ con proyectos de f¨²tbol en la cabeza para formar algo, para construir¡±, previene Lavandeira. ¡°Pocos interpretan este deporte como ¨¦l, dentro y fuera del campo. Cuando empez¨® como jugador era un diamante en bruto y ahora lo es para otro papel en el f¨²tbol¡±, sostiene su hermano Miguel ?ngel. Los ¨²ltimos meses los ha pasado Valer¨®n compaginando sus obligaciones con la misi¨®n de entrenar al juvenil del Abrisajac (acr¨®nimo de Abraham, Isaac y Jacob, un gui?o b¨ªblico), una iniciativa de su familia por crear hace ya 17 a?os un proyecto integrador con el f¨²tbol como excusa, siempre como pasi¨®n. Con ¨¦l, como con el partido de hoy, no hay ma?ana. Nadie le ve tomando decisiones a largo plazo. Valer¨®n cree que tiene un destino marcado y puestos a adivinarlo quienes le rodean lo tienen claro: ¡°Ser¨¢ un gran entrenador o un gran director deportivo. Ser¨¢, si alguien lo valora, un excepcional director de f¨²tbol porque tiene una cualidad que no todos atesoran, la de saber detectar cu¨¢les son los mejores¡±. Mientras tanto tiene una misi¨®n que cumplir, ayudar a que Las Palmas vuelva a Primera. Despu¨¦s dejar¨¢ que se acerque el futuro, seguramente mientras se sienta en el bar del Boya y degusta un clipper de fresa, un refresco de denominaci¨®n de origen canaria. Dicen que su sabor le apasiona casi tanto como el f¨²tbol.
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