Muguruza resiste a Radwanska y disputar¨¢ la final de Wimbledon
La hispano-venezolana vence a la polaca (6-2, 3-6 y 6-3 en una hora y 56 minutos) y luchar¨¢ contra Serena Williams (6-2 y 6-4 a Sharapova) por su primer t¨ªtulo del Grand Slam, el s¨¢bado
Lo advert¨ªa un d¨ªa antes su preparador, Alejo Mancisidor: ¡°Va a depender de ella¡±. Y ella, una irrupci¨®n maravillosa en el deporte espa?ol, lo asume y acata: ¡°S¨¦ que tengo las condiciones, pero ahora va a depender todo de m¨ª, de d¨®nde yo decida que quiero llegar y si quiero llegar all¨ª¡±. Garbi?e Muguruza, la chica que entr¨® de puntillas en el torneo y que poco a poco se ha ganado un hueco en el coraz¨®n de Wimbledon, disputar¨¢ el pr¨®ximo s¨¢bado la final del major despu¨¦s de vencer (6-2, 3-6 y 6-3 en una hora y 56 minutos) a Agnieszka Radwanska en La Catedral. Su rival ser¨¢ la estadounidense Serena Williams, pentacampeona en Londres, imponente (6-2 y 6-4) frente a la rusa Maria Sharapova.
Lo que se advert¨ªa hace tres a?os, cuando irrumpi¨® con fuerza en el profesionalismo despu¨¦s de pulirse durante a?os en la Academia Bruguera de Barcelona, se constata con este ¨¦xito en Wimbledon. Muguruza, 21 a?os, hija de un emigrante vasco (Jos¨¦ Antonio) y una venezolana (Scarlet Blanco), est¨¢ llamada a hacer algo grande en esto del tenis. El s¨¢bado pasar¨¢ lo que tenga que pasar contra Serena, a la que ya derrrib¨® el a?o pasado en la segunda ronda de Par¨ªs. La proyecci¨®n de Garbi?e, primera espa?ola en llegar tan lejos desde Arantxa S¨¢nchez Vicario (1996, frente a la alemana Steffi Graf) trasciende a la lucha por el t¨ªtulo de Londres.
Muguruza ya es toda una realidad. Su acceso a la final le garantiza una cantidad de puntos que, como m¨ªnimo, le aupar¨¢n hasta el noveno puesto del r¨¢nking de la WTA a partir del pr¨®ximo lunes. Eso, en el presente m¨¢s inmediato, porque despu¨¦s se intuye un camino dorado para ella. Naci¨® en Caracas, pero al final se decant¨® por defender a Espa?a. Sin embargo, su juego y su estilo sobre la pista no remiten al de tenistas como la propia Arantxa, Conchita Mart¨ªnez o la misma Carla Su¨¢rez, con la que compite en la modalidad de dobles. Garbi?e no tiene quiz¨¢ las dotes t¨¦cnicas de todas ellas, pero como contrapartida tiene el f¨ªsico, imprescindible en el deporte de hoy d¨ªa, una autoconfianza de acero y una pegada demoledora.
Es primera espa?ola en llegar tan lejos en Londres desdeArantxa S¨¢nchez Vicario, en 1996
Lo demostr¨® en el careo con Radwanska, 26 a?os y 13? del mundo, una adversaria curtida que ya disput¨® la final de Londres en 2012 y un a?o m¨¢s tarde las semifinales. La polaca sali¨® a la pista como si no hubiese almorzado. Sus pelotas apenas cog¨ªan revoluciones y sus segundos servicios, blandos y previsibles, eran como una perita en dulce para Muguruza. Esta pretendi¨® arrollar desde el principio. La sucesi¨®n de puntos ganadores y servicios del primer parcial as¨ª lo hac¨ªa prever. Break para abrir boca y un segundo demarraje para irse (4-1) y encarrilar el duelo. Hab¨ªan pasado solo 34 minutos.
El segundo set tambi¨¦n comenz¨® a pedir de boca, con una ruptura y un poco m¨¢s de tierra de por medio. Sin embargo, cuando se transita por las aristas de un torneo grande llegan de vez en cuando los mareos. Sin comerlo ni beberlo, Radwanska despert¨® y teji¨® ese juego cerebral que consume a quien est¨¢ al otro lado de la red. Propuso intercambios y sac¨® a relucir su cat¨¢logo: reveses cortados, derechas liftadas y bolas a las l¨ªneas; cambios de altura envenenados. Garbi?e pudo haberla liquidado si da otro golpe de ri?¨®n con 3-1 y 15/30 a su favor, pero err¨® y a partir de ah¨ª entr¨® en una fase de v¨¦rtigo y descontrol (23 errores no forzados, por los 16 del otro lado). Un escenario ideal para la polaca, que dio la vuelta al parcial y emprendi¨® el desaf¨ªo psicol¨®gico.
Pero Muguruza no es ya solo esa chica impetuosa de antes. Ahora sabe calibrar los tiempos y tiene una fuerza mental a prueba de bombas. Resisti¨® el conato y poco a poco, abarcando la pista a base de zancadas y encontrando los ¨¢ngulos, maniat¨® a Radwanska. Primero la contuvo y despu¨¦s dio continuidad a su festival de ganadores (39 frente a 16); tambi¨¦n hizo suyo el juego en la red (24 subidas, 17 de ellas culminadas) y sigui¨® inquebrantable al servicio (retuvo hasta el 79% de puntos con primeros y firm¨® seis aces, por uno solo de Radwnaska).
No tiene quiz¨¢ las dotes t¨¦cnicas de Carla o Conchita, pero a¨²na f¨ªsico,? autoconfianza y una pegada brutal
A partir de ah¨ª, a volar. De nuevo, para conservar el ritual, celebr¨® el triunfo sobre el c¨¦sped, esa superficie en la que hasta ahora se encontraba tan extra?a. ¡°Me ha costado cogerle el punto, pero la hierba me ayuda¡±, dice Garbi?e, cuyo nombre le cuesta un mundo pronunciar al personal anglosaj¨®n del torneo; Garbine Mugurusa, le llaman por aqu¨ª. Y, con solo 21 a?os, ya est¨¢ haciendo historia para el tenis espa?ol. ¡°Vivo en una burbuja. Es un sue?o¡±, contaba estos d¨ªas. As¨ª es. Y se llama Garbi?e. Gar-bi-?e... Mu-gu-ru-za.
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