Ensimismado
Se acuerda de un invierno en el que estuvo all¨ª arriba, en el alto de Belagua, disfrutando del paisaje despu¨¦s de una excursi¨®n monta?era de pretemporada
Qu¨¦ r¨¢pido pasa lo bueno, -piensa el corredor apenas comenzado el briefing-, parece que hace un rato me estaba quitando el buzo despu¨¦s de la crono por equipos, y ya estoy de nuevo con el dorsal puesto dispuesto a afrontar una nueva etapa, esto no puede ser cierto.
¡¡°chavales, se acab¨® lo que se daba y vuelta al tajo¡±¡ Oye hablar al director mientras comienza a dar las explicaciones sobre la etapa del d¨ªa, y piensa que despu¨¦s de estar toda la semana pensando en ese d¨ªa de descanso, ¨¦ste ha pasado en un suspiro y, aunque ha tratado de exprimir al m¨¢ximo esas horas de relax, han pasado tan deprisa que parece que en su organismo no han dejado la m¨¢s m¨ªnima huella.
Hace un rato, ojeando el libro de ruta, se ha sorprendido al darse cuenta de que ya iba por la p¨¢gina 109 de un total de 232. Hasta ahora hab¨ªa que ir d¨ªa a d¨ªa, daba miedo ¨Cy eso que no es supersticioso- aventurarse unas p¨¢ginas m¨¢s adelante por no agobiarse con lo que a¨²n quedaba. En realidad no era miedo: era respeto a la carrera, esto es el Tour y ¨¦l lo sabe bien. Ahora ese respeto se ha desbloqueado por completo. Ha podido pasar y ojear las p¨¢ginas con total libertad. Hoy el Soudet, ma?ana el Tourmalet, pasado ma?ana Plateau de Beille; luego el repecho de Rodez, Mende, la llegada a Gap y todos los Alpes. Casi nada. Incluso se ha permitido el lujo de marcar con un doblez la p¨¢gina de una etapa de la tercera semana, ya habr¨¢ tiempo de hablar de ello. Y lo sorprendente es que ahora eso no le satura, lo acepta con pasmosa naturalidad. Este es el men¨² y habr¨¢ que escuchar el guion para cumplir con lo que el equipo mande.
¡"son 15.3 kms al 7.4% de media, casi 1.150 metros de ascensi¨®n hasta la meta de la Pierre-Saint-Martin¡±¡ oye decir al director, pero sus pensamientos fluyen por otro camino. Se acuerda de un invierno en el que estuvo all¨ª arriba, en el alto de Belagua que es como ¨¦l conoce ese collado, disfrutando del paisaje despu¨¦s de una excursi¨®n monta?era de pretemporada a la Mesa de los Tres Reyes, qu¨¦ buenos recuerdos.
¡¡±sobre todo Froome y Quintana¡±¡ oye de fondo. Y piensa en Froome y en su hijo; en su hijo y Froome, se corrige. Su hijo, junto con su familia, que le han visitado ayer aprovechando la cercan¨ªa a casa: c¨®mo cambian estos cr¨ªos en pocas semanas; y que le ha preguntado si Froome es su amigo, porque le ha visto un d¨ªa en las im¨¢genes de la tele hablando con ¨¦l. Y que a ver si le pide una gorra, que el botell¨ªn del Sky ya lo tiene, porque a ¨¦l le encanta la equipaci¨®n de los brit¨¢nicos, pero que ¨¦l quiere una gorra, que est¨¢ harto de tener tantas de las del equipo de su papi. Sonr¨ªe de improviso y se encuentra con la mirada de reproche de su compa?ero de al lado, muy serio, que con un gesto y sin pronunciar palabra le increpa: ?de qu¨¦ te r¨ªes t¨² ahora?
¡¡°?de acuerdo chavales?...entendido, ?no?¡±... y todos contestan con un movimiento r¨¢pido de cabeza que se entiende como afirmativo y ¨¦l se suma al gesto de un modo mec¨¢nico y autom¨¢tico.
Lo tienes claro, ?no?, -le pregunta directamente el director-. Totalmente, le responde con la ¨²nica palabra que va a pronunciar en todo el briefing. As¨ª me gusta, a ver si es verdad, -le dice el director que parece que ya ha terminado pero a?ade-: y a ver si te espabilas, que parece que est¨¢s medio dormido. Y ¨¦l se queda pensativo porque sabe que dormido no, lo que est¨¢ es ensimismado.
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