Nervios en Mestalla

Blanco y negro. Los colores del Valencia. El reflejo de los contrastes que disfruta y sufre el club. No existen tonalidades ni matices intermedios. Para bien y para mal, todo se magnifica en Mestalla. El gol de Paco Alc¨¢cer en los ¨²ltimos minutos de la ¨²ltima jornada ante el Almer¨ªa, ilusionaba al valencianismo, aliviaba a Nuno y Lim. El Valencia alcanzaba la cuarta plaza que le otorgaba la posibilidad de regresar a la Champions solventando la previa de agosto.

La afici¨®n che se congratulaba de la decisi¨®n tomada meses atr¨¢s de entregar su amado Valencia al magnate de Singapur, recibido en Mestalla una tarde de octubre, en el partido ante el Elche, en loor de multitudes a lo Bienvenido m¨ªster Marshall. Llegar¨ªan los fichajes millonarios, las victorias, los ¨¦xitos, los t¨ªtulos. Cumpli¨® su primer cometido Lim dotando a su protegido Nuno de un equipo competitivo, donde destacaban las incorporaciones de Negredo, Rodrigo y Andr¨¦ Gomes. Solo el centrocampista portugu¨¦s rindi¨® a gran nivel justificando de sobra los 15 millones pagados por ¨¦l al Benfica, cuya comisi¨®n fue a parar a Jorge Mendes, amigo y representante de Nuno, socio de Lim. Los casi 60 millones desembolsados por Negredo y Rodrigo no hay por d¨®nde argumentarlos a tenor del rendimiento de ambos.

Las mejores incorporaciones del Valencia en el curso anterior no fueron auspiciadas por Nuno ni Lim. Mustafi y Otamendi fueron contrataciones de Rufete, el director deportivo cuando Amadeo Salvo era el presidente con poder de decisi¨®n hasta que Lim compr¨® el club. 20 millones por dos centrales inmensos, un internacional alem¨¢n y campe¨®n del mundo, y un argentino con dotes de jerarca. Otamendi se meti¨® en el bolsillo a la afici¨®n de Mestalla. Sus formas, car¨¢cter y juego recordaban a Fabi¨¢n Ayala, presente tambi¨¦n en la secretar¨ªa t¨¦cnica del club.

Las cosas han cambiado en pocos meses en un Mestalla proclive a la convulsi¨®n. Otamendi no quiere seguir. Se deja querer por los clubs de Manchester, United y City. Su salida parece cantada. Al Valencia no le quedar¨¢ m¨¢s remedio que aceptar la oferta que m¨¢s se acerque a los 50 millones. Orgullosa y fiel como pocas, la afici¨®n che no entiende que el Valencia no sea la aspiraci¨®n m¨¢xima de un futbolista. Otamendi recibi¨® la fil¨ªpica de la grada en la presentaci¨®n del equipo en el Trofeo Naranja en el que el conjunto de Nuno fue derrotado por la Roma de Totti, que d¨ªas atr¨¢s fue zarandeada por el Bar?a en el Gamper. Tambi¨¦n recibi¨® la reprimenda Nuno. En Mestalla se destruyen ¨ªdolos igual que se crean.

El futuro se juega en la eliminatoria

El entrenador portugu¨¦s se gan¨® el apoyo de la afici¨®n. Las victorias ante el Atl¨¦tico y Madrid amplificaron sus m¨¦ritos, recompensados con alcanzar finalmente la previa de la Liga de Campeones. Termin¨® la temporada y se march¨® Amadeo Salvo y Rufete, tambi¨¦n Ayala. Apenas ten¨ªan capacidad de decisi¨®n. Pocas caras reconocidas han quedado en las oficinas del Valencia. El poder ha quedado en manos de su due?o, Lim, ejecutado por la presidenta Layhoon Chan. Las contrataciones son obra de Nuno y Mendes.

Se esperaba con expectaci¨®n los fichajes para el nuevo prometedor curso. La cartera de Mendes es variada y en ella se encuentran figuras mundiales. Han llegado las caras nuevas. Pero no las esperadas por los seguidores che. La prolongada ausencia de Diego Alves en la porter¨ªa ser¨¢ reemplazada por Mathew Ryan, internacional australiano de 23 a?os procedente del Brujas. De Holanda, del PSV procede Bakkali, prometedor jugador ofensivo de 19 a?os. La misma edad que Danilo Barbosa, centrocampista brasile?o de gran potencia f¨ªsica cedido por el Sporting de Braga con obligado cumplimiento de compra por 15 millones. 19 a?os primaveras tambi¨¦n tiene Santi Mina, delantero que ha despuntado en las dos ¨²ltimas temporadas en el Celta. El conjunto vigu¨¦s ha recibido 10 millones por su pase. Tanto Barbosa como Mina pertenecen a Mendes.

Si el esf¨¦rico est¨¢ de parte del Valencia todo ser¨¢ maravilloso. Pero hay nerviosismo. El equipo no ha seducido en la pretemporada. El futuro se juega en 180 minutos, en la eliminatoria ante el M¨®naco que comienza a decidirse el mi¨¦rcoles, mal rival para asegurar el premio grande de la Champions. Hay en juego demasiados intereses: deportivos, cremat¨ªsticos y de prestigio. Y paz o conflicto en Mestalla.