Pedro: ¡°Me siento muy c¨®modo con Mourinho¡±
El delantero canario, de 28 a?os, habla de su salida del Bar?a, se muestra agradecido con Guardiola y explica como el portugu¨¦s lo convenci¨® para fichar por el Chelsea
Naci¨® y creci¨® junto al azul del mar en Abades, Tenerife; icono por derecho del mejor Bar?a de la historia, vestido de azul y grana toc¨® el cielo en el Camp Nou y de rojo, el de Sud¨¢frica con Espa?a en el 2010. A los 28 a?os ha fichado por el Chelsea y de azul, ha cambiado la taquilla junto a Neymar y Rafinha por una al lado de F¨¢bregas y la foto del tricampeonato europeo por una apuesta con Mourinho en Stanford Bridge. Es Pedro, ese al que llamaban Pedrito.
Pregunta. Su madre dijo que cada ma?ana le daba las gracias a Guardiola. ?Ya sabe que todo el m¨¦rito es ¨²nicamente suyo?
Respuesta. La importancia de Pep en mi carrera es innegable. Ha sido un entrenador especial, que me dio la oportunidad de cumplir un sue?o. Pero, evidentemente, mi trabajo y el aprendizaje junto a los compa?eros que he tenido me han permitido conseguir muchas cosas.
P. Lo suyo ?es premio al talento o al esfuerzo y el trabajo?
R. B¨¢sicamente al trabajo, al esfuerzo diario. Yo creo que eso es lo que me ha permitido mejorar cada d¨ªa. Tambi¨¦n la ambici¨®n de querer hacerlo bien. No creo que tenga un don, es b¨¢sicamente cuesti¨®n de trabajo y es cierto que he tenido suerte en determinados momentos, pero no tengo una habilidad fuera de lo normal. Lo que nunca he sido es cobarde. Nunca. Siempre he dado la cara. Desde que era ni?o en el campo y fuera he sido valiente y luchador. Nunca me he escondido.
Nunca fui cobarde as¨ª que no iba a serlo ahora que buscaba jugar¡±
P. Que se lo pregunten a los que le conocieron cuando jugaba contra tipos que pod¨ªan ser su padre cuando ten¨ªa 14 a?os en Tenerife, ?no?
R. Si, yo no ten¨ªa miedo, saltaba para esquivar las patadas, pero miedo no ten¨ªa. Me acuerdo de Toni Ayala, que era el entrenador del San Isidro cuando ten¨ªa 14 a?os y siempre dec¨ªa que le daba miedo meterme a jugar en seg¨²n qu¨¦ partidos porque tem¨ªa que me hicieran da?o con alguna patada.
P. ?Fichar por el Chelsea es un ejemplo de su valent¨ªa?
El goleador de las finales
Pedro Rodr¨ªguez lleg¨® al Barcelona en el 2004, en edad de Juvenil.
Con Guardiola en el banquillo, fue uno de los jugadores claves en el filial azulgrana que consigui¨® el ascenso a Segunda B.
Conquist¨® el sextete, en su primera temporada con el primer equipo (2008-09).
Marc¨® el gol definitivo frente al Sevilla en la Supercopa de Europa (5-4) de este a?o, fue su ¨²ltimo tanto con la camiseta azulgrana.
Siempre presente en las grandes citas. Adem¨¢s de marcar en Tbilisi, Pedro le dio al Barcelona la Supercopa de Europa en 2009 frente al Shakhtar Donetsk. Empat¨® el partido en la final del Mundialito de Clubes contra Estudiantes. Y abri¨® el tablero en la Champions de 2011 ante el Manchester United.
Con la selecci¨®n espa?ola debut¨® en 2010 y conquist¨® ese a?o el Mundial de Sud¨¢frica y la Eurocopa de 2012. Ha disputado 51 partidos con La Roja y ha marcado 16 goles.
R. S¨ª. Lo dije el d¨ªa que me desped¨ª en Barcelona, pero si nunca fui cobarde no iba a serlo ahora. Hubiera sido muy f¨¢cil quedarme y salir en la foto, seguir sumando t¨ªtulos y ganar un buen dinero. Ten¨ªa mi vida bien montada, pero sent¨ªa que deb¨ªa irme. Mi vida era c¨®moda fuera del campo pero quer¨ªa seguir jugando. A ver como sale.
P. ?Su mayor orgullo es que Xavi le ponga de ejemplo ante los m¨¢s j¨®venes? ?O que en su momento le se?alara Pep?
R. Me parece incre¨ªble, para m¨ª es un orgullo y un privilegio. Yo me fije en Xavi, en Andr¨¦s, en Puyi, en Vald¨¦s, ellos me transmitieron los valores y fueron mi ejemplo. Que digan eso me llena de orgullo.
P. ?C¨®mo se gana uno el respeto de Messi?
R. No lo s¨¦, supongo que siendo honesto y trabajando. Creo que Leo es un excelente compa?ero, me parece un tipo genial. Hemos vivido muchas cosas juntos, muchos partidos, muchos goles. Me conoce bien.
P. ?Se le hace raro controlar la pelota, levantar la cabeza y no verle a su lado?
R. Si ya se me hizo raro ponerme la camiseta del Chelsea, imag¨ªnate en el campo despu¨¦s de tanto tiempo, as¨ª que claro que se me hace raro no encontrar a Messi, a Alba, a Busi o a Andr¨¦s. Afortunadamente y mientras Del Bosque quiera, seguir¨¦ disfrutando de ellos en la selecci¨®n, pero a Leo le voy a echar mucho de menos, es evidente.
P. ?C¨®mo fue la despedida del vestuario?
R. Fue dura, muy emotiva. Suena a t¨ªpico y a menudo no nos cre¨¦is cuando os decimos que el vestuario est¨¢ s¨²per unido, pero es cierto; por eso fue muy triste decir adi¨®s a esa gente con la que he vivido tantas cosas. No solamente a los compa?eros, tambi¨¦n a los empleados, a gente que se ha desvivido por hacerme la vida m¨¢s f¨¢cil, que se preocup¨® por ayudarme a estar bien, a no lesionarme. Al final lo que m¨¢s echas de menos es a las personas. Para m¨ª fue una despedida dura porque ya fue una decisi¨®n dif¨ªcil la de marcharme. Yo de este club me llevo m¨¢s cari?o que t¨ªtulos.
P. ?Est¨¢ seguro? ?Ha ganado 20 t¨ªtulos!
R. ?Seguro, seguro! la afici¨®n y los compa?eros me lo han demostrado. Las ¨²ltimas semanas han sido incre¨ªbles porque sent¨ª el afecto de una manera muy evidente. Cuando empez¨® a ser p¨²blica mi decisi¨®n de dejar el Bar?a la gente me dej¨® claro que quer¨ªa que me quedara. Me paraba por la calle, ?y me lo ped¨ªan!
P. ?Y nadie logr¨® convencerle de que se quedara? ?Ni Carol, su esposa?
R. Mira, siempre supe que como en el Bar?a no estar¨ªa en ning¨²n sitio, pero ten¨ªa muy claro que si quer¨ªa jugar m¨¢s, no ten¨ªa opci¨®n. No pod¨ªa pasar otro a?o como el pasado, no pod¨ªa. Y Carol lo sabe mejor que nadie porque es quien m¨¢s lo ha vivido.
P. ?Hasta qu¨¦ punto le ha hecho un favor a la econom¨ªa del club con los 30 millones que recibe por su traspaso?
R. No creo, creo sinceramente que no quer¨ªan venderme. Y ni por 200 millones hubiera devuelto todo lo que me ha dado el club todos estos a?os. No hay manera de devolver la felicidad recibida, es imposible cuantificarla. Habl¨¦ mucho con el presidente, con gente del club, y fueron muy sinceros conmigo; me entendieron.
P. ?Y los compa?eros?
R. Los compa?eros, los que m¨¢s. Incluso Iniesta, en un gesto que no olvidar¨¦, fue a hablar como capit¨¢n, en su nombre y en el del equipo, para pedir que fueran comprensivos y me ayudaran. Con ellos fue con quien m¨¢s habl¨¦ del tema.
P. ?Con Neymar tambi¨¦n? ?Cu¨¢ndo le ve¨ªa a ¨¦l o a Luis Su¨¢rez cabrearse cada vez que les cambiaban, qu¨¦ pensaba usted que jugaba tan poco?
R. A veces piensas muchas cosas, pero entiendes los motivos de su ambici¨®n, porque es la misma que yo tengo. Lo puedes entender m¨¢s o menos, pero no tengo un gran reproche, no tengo nada que decir, porque se han portado muy bien conmigo.
Ni con 200 millones habr¨ªa devuelto al Bar?a todo que me dio¡±
P. ?Cu¨¢ndo dej¨® de ser Pedrito y se convirti¨® en Pedro?
R. No lo s¨¦, pero s¨ª s¨¦ que no soy el mismo jugador que lleg¨® al primer equipo que el que se fue, es evidente. Me he ganado el cari?o de la gente, pero tambi¨¦n el respeto de la gente y de los compa?eros, Tengo esa suerte y lo reconozco.
P. El gol de Tiblisi es su ¨²ltimo servicio al Bar?a, y ?el m¨¢s triste? ?Lo necesitaba?
P. No creo que lo necesitara. ?Triste? Raro. Fue un d¨ªa duro para m¨ª, si, una celebraci¨®n extra?a porque sab¨ªa que pod¨ªa ser la ¨²ltima. No me quedar¨ªa con el recuerdo de ese gol, sino con la sensaci¨®n de haberlo dado todo cada d¨ªa. Recuerdo el gol a Estudiantes, que fue muy importante para mi carrera y para el barcelonismo, o el de Wembley, por lo que fue aquel d¨ªa. Me llevo momentos grabados en el alma. Y hay partidos en los que no marqu¨¦ y estoy muy orgulloso, pero para un delantero, un partido sin gol le deja un vac¨ªo. Por ejemplo en San Mam¨¦s jugu¨¦ bien; ese remate al larguero pudo cambiar la eliminatoria de la Supercopa. Jugu¨¦ bien, pero no entr¨® y...
P. ?Por qu¨¦ se fue al Chelsea?
R. Porque fue el equipo que m¨¢s inter¨¦s demostr¨® en querer ficharme. Y porque pude elegir.
Mourinho no me prometi¨® jugar, pero me dijo lo que necesitaba o¨ªr¡±
P. ?Y c¨®mo ocurri¨®?
R. Cosa de d¨ªas. Empez¨® con una llamada de Cesc. Luego ya me llam¨® Mou y fue definitivo para que tomara una decisi¨®n.
P. Perdone pero me imagino la escena: usted en el sof¨¢ jugando con su hijo Brian, suena el tel¨¦fono y Carol le dice: ¡®Pedro, ponte que es Mourinho¡¯.
R. ?No hombre, no! Primero Cesc me dice que el m¨ªster quiere hablar conmigo, que si puedo atenderle, y nos facilita la manera de contactar. Me llama, hablamos¡
P. ?Y le prometi¨® ser titular?
R. No, me hizo sentir importante. No hay futbolista en el mundo que se crea que va a jugar siempre, no soy tan bobo. Bueno, supongo que Messi sabe que ¨¦l va a jugar siempre porque nunca habr¨¢ nadie mejor que ¨¦l en el equipo, pero yo no. Mourinho no me lo prometi¨® porque tampoco un entrenador puede prometer algo as¨ª. Fue una buena charla, me explic¨® la situaci¨®n de su equipo, me dijo que esperaba de m¨ª y escuch¨¦ lo que que necesitaba o¨ªr, que iba a ser importante, que conmigo el equipo iba a crecer¡ Me dio confianza. Y adem¨¢s era la posibilidad de vivir en Londres, un privilegio. Aunque me est¨¢ costando encontrar casa, a ver si ya la semana que viene lo dejo resuelto.
P. ?Qu¨¦ le ha pedido Mourinho que haga en el campo?
R. Nada raro, que haga lo que s¨¦, mi juego, que busque el desequilibrio, que trabaje en defensa y que en ataque haga transiciones r¨¢pidas y desborde.
P. ?Entiende que no se entienda que se haya ido con Mou?
R. S¨ª. El pasado est¨¢ ah¨ª y hay gente que no perdona lo que pas¨®, pero los deportistas tenemos una manera distinta de valorar las cosas, seguramente.
P. Dijo Cesc que Pep y Mou. no son tan distintos ?Lo ve as¨ª?
R. Por la intensidad de los entrenamientos, son parecidos. En ese sentido tienen similitudes, no permiten que se baje el nivel de intensidad ni un minuto. En la idea de buscar la presi¨®n, en la voluntad de juntar mucho las l¨ªneas, s¨ª se parecen, pero son diferentes en otras cosas, creo yo. Pero me gusta como trabaja Mou, me siento c¨®modo. Tiene una mentalidad positiva y ganadora. Estoy encantado, porque nada me gusta m¨¢s que ganar. La verdad es que uno tiene una imagen suya que cuando le conoces, cambia mucho, no es lo que parece.
Se me hace muy raro tener la pelota y no encontrar a Messi en el campo¡±
P.?Se imagina volver al Camp Nou y meter un gol? ?O mejor verse con el Bar?a en la final de la Champions?
R. No quiero ni pensar en la posibilidad de ir al Camp Nou, nunca celebrar¨¦ un gol contra el Bar?a y, por supuesto, en una final no quiero ni verlo. No imagino un equipo m¨¢s dif¨ªcil de ganar en una final. Si el destino dice que se tiene que dar, se dar¨¢, pero si de m¨ª depende, que nunca suceda.
P. ?Ya le ha tocado cantar en el vestuario?
R. No, tengo la novatada preparada, pero de momento me he librado.
P. ?Le llaman Peter?
R. No, me llaman Pedro.
P. Y su madre, ?qu¨¦ le dice? ?que coma?
R. Mi madre est¨¢ feliz, me ve contento. Y lo estoy, estoy muy orgulloso de jugar en el Chelsea.
El extremo por definici¨®n se qued¨® sin sitio
Los extremos siempre tuvieron sitio en el Barcelona, y m¨¢s desde la llegada en 1988 de Johan Cruyff, un t¨¦cnico que despreciaba a los falsos laterales que ocupaban habitualmente las bandas, tanto que en una entrevista al diario L'Equipe lleg¨® a decir: "El que invent¨® lo de los carrileros deber¨ªa estar colgado de un ¨¢rbol". Cruyff se las tuvo tiesas en sus inicios con una parte de la afici¨®n y de la cr¨ªtica por poner a Lineker en un costado del ataque azulgrana para que de 9 jugara Julio Salinas.
El protagonismo de los extremos en el Camp Nou, sin embargo, ha menguado con la evoluci¨®n del llamado estilo Bar?a. Ya en la ¨²ltima etapa de Guardiola tuvieron tanta relevancia los centrocampistas como delanteros del estilo de Tello o Cuenca. La tendencia ha sido la de alimentar el ataque con futbolistas m¨¢s familiarizados con el gol que con el regate y el centro, misi¨®n de la que ahora se ocupan m¨¢s los laterales. As¨ª se entender¨ªa el papel de Villa, Alexis y tambi¨¦n de Pedro.
El fichaje de Luis Su¨¢rez acentu¨® esa sensaci¨®n, y m¨¢s despu¨¦s que el uruguayo ocupara el puesto de ariete cl¨¢sico y Messi regresara a la banda derecha, la que ocup¨® en su estreno con el primer equipo, cuando debut¨® con Rijkaard. Su¨¢rez, Messi y Neymar marcaron 122 goles la temporada pasada y a partir del tridente el Barcelona alcanz¨® el triplete.
La partida de Pedro explica el poder del tr¨ªo ofensivo del Bar?a. El canario ha emprendido de forma voluntaria el mismo camino que dos extremos m¨¢s cl¨¢sicos, ambos traspasados por el club, como son Deulofeu ¡ªjugador del Everton, club entrenado por Robert Mart¨ªnez¡ª y Adama Traor¨¦, que recal¨® en el Aston Villa. Ni uno ni otro eran del agrado de Luis Enrique.
El t¨¦cnico prefiere a los delanteros con gol y que adem¨¢s sean continuos en su juego, y no como los cl¨¢sicos extremos que tienden a aparecer y desaparecer en funci¨®n de la posesi¨®n de la pelota. Pedro reun¨ªa las dos condiciones solicitadas por el entrenador ¡ªera intenso en las dos bandas y su media goleadora siempre fue muy alta¡ª, pero se top¨® con tres compa?eros que no solo exigen la titularidad en cada partido sino que adem¨¢s no aceptan ser sustituidos. A la espera del polivalente Aleix Vidal, que no puede jugar hasta enero, Munir y Sandro son m¨¢s noveles, m¨¢s condescendientes y juegan m¨¢s centrados que en las bandas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.