Los ¡®All Blacks¡¯ escapan de la trampa argentina
Nueva Zelanda exhibe su banquillo y remonta (26-16) a unos Pumas que malgastaron 20 minutos de superioridad
Los All Blacks, un grupo que se autodefine en la pizarra de su vestuario como ¡°el equipo m¨¢s dominante de la historia del mundo¡±, han hecho valer este domingo su hegemon¨ªa subsistiendo a toda una encrucijada. Argentina se crey¨® la haza?a de ganar a Nueva Zelanda por primera vez. Y tuvo razones para ello. Dominadores del encuentro tras un excelso tramo final del primer tiempo, los Pumas desaprovecharon una oportunidad pintiparada con 20 minutos de superioridad num¨¦rica en la que no supieron condenar al rival. Siempre a una distancia razonable, aguantaron los gendarmes del rugby, capaces de mantener la calma hasta que la infinita calidad de su banco destroz¨® a los recambios albicelestes.
Wembley, una plaza acostumbrada al clamor de la historia, enmudeci¨® para disfrutar cada fonema de la Haka All Black, patrimonio mundial para un pa¨ªs que vive para el rugby, tanto que debate si llevar el emblema a su bandera nacional. Fue la excepci¨®n a un ambiente imponente en la mayor entrada en la historia de un Mundial (89.019 espectadores). Si el rugby es considerado un evento m¨¢s familiar que el f¨²tbol, los argentinos evocaron una pasi¨®n desorbitada, prueba de c¨®mo el oval tambi¨¦n se merece la distinci¨®n de albiceleste.
Desafiar a los All Blacks es una odisea t¨¢ctica. Argentina tiene clara su apuesta por la delantera, aunque pueda resultar predecible. Los neozelandeses suelen ver con buenos ojos que los rivales se lancen contra ellos para castigarles cuando la jugada se rompa. Es en esa construcci¨®n prodigiosa donde marcan la diferencia respecto al resto. Los argentinos lograron enclaustrar la verticalidad del rival, pero concedieron siete penalizaciones en el ecuador del primer acto que Nueva Zelanda ingres¨® pacientemente a su cuenta para situarse con un 9-0. Mientras, su zaguero Ben Smith hac¨ªa gala de recursos pasando el oval entre sus piernas.
N. ZELANDA, 26-ARGENTINA, 16
Nueva Zelanda: Ben Smith; Nehe Milner-Skudder (Beauden Barrett, m. 51), Conrad Smith, Ma'a Nonu (Sonny Bill Williams, m. 45), Julian Savea; Dan Carter, Aaron Smith (TJ Perenara, m. 69); Kieran Read, Richie McCaw, Jerome Kaino (Sam Cane, m. 63); Sam Whitelock, Brodie Retallick (Victor Vito, m. 71); Owen Franks (CharlieFamuina, m. 51), Dane Coles y Tony Woodcock (Wyatt Crockett, m. 45).
Argentina: Joaquin Tuculet (Lucas Amorosino, m. 70); Santiago Cordero, Marcelo Bosch, Juan Martin Hernandez, Juan Imhoff; Nicolas Sanchez (Jer¨®nimo de la Fuente, m. 69), Tomas Cubelli (Mart¨ªn Landajo, m. 62); Leonardo Senatore (Juli¨¢n Montoya, m. 65), Juan Martin Fernandez Lobbe, Pablo Matera; Tomas Lavanini, Guido Petti (Mariano Galarza, m. 23); Nahuel Tetaz Chaparro (Ramiro Herrera, m. 55), Agustin Creevy (Lunas Noguera, m. 70) y Marcos Ayerza.
Ensayos: Aaron Smith y Sam Cane para Nueva Zelanda; Guido Petti por Argentina.
Golpes de castigo: Dan Carter (4) y Nicol¨¢s S¨¢nchez (3).
Llegar¨ªa entonces la sublevaci¨®n de Argentina, que no parar¨ªa de ganar metros con las incisiones de sus alas y la presencia de su pack. El premio se lo llev¨® Guido Petti, que se lanz¨® con el alma a ensayar antes de dejar el encuentro lesionado. La secuencia multiplic¨® la confianza albiceleste, con Juan Mart¨ªn Hern¨¢ndez compitiendo en creatividad con cualquier rival, pasando el bal¨®n de espaldas si se terciaba. Por algo le apodan El Mago.
Argentina ya hab¨ªa acelerado las pulsaciones del choque y Richie McCaw, no solo el capit¨¢n neozeland¨¦s sino el jugador con m¨¢s internacionalidades en la historia del rugby, cometi¨® la indecencia de zancadillear a un rival y cortar el saque r¨¢pido. Castigado 10 minutos al banquillo por su ofensa, no pudo contener su frustraci¨®n cuando Conrad Smith le acompa?¨® en el deshonor tras jugar la pelota desde el suelo. McCaw se levant¨® antes de tiempo, prueba del momento cr¨ªtico que afrontaban sus pupilos.
Decidi¨® Argentina quedarse con los tres puntos de la falta en lugar de buscar el ensayo contra dos jugadores menos. Su apuesta conservadora se torn¨® improductiva, concediendo instantes despu¨¦s un golpe evitable por no liberar al placado. Solo los All Blacks eran capaces de sumar tres puntos con semejante inferioridad, limitando da?os al vestuario (13-12). Sumar¨ªa tres puntos m¨¢s Argentina en la reanudaci¨®n, pero el r¨¦dito se torn¨® escaso y los siete minutos de sanci¨®n que le quedaban a Smith pasaron sin excesivas urgencias para los neozelandeses.
De vuelta a la igualdad, los All Blacks hicieron valer su orgullo y su lista de efectivos desde el banco, con un Sonny Bill Williams omnipresente. Argentina, con suplentes m¨¢s modestos, se vio obligada a vivir en su propia l¨ªnea de 22, defendiendo un colch¨®n de cuatro puntos que debi¨® ser mayor, aunque lograba resistir gracias a los nervios de las camisetas negras en la finalizaci¨®n y el prometedor Milner-Skudder no logr¨® embolsar un offload definitivo de Williams.
Argentina se limitada a interceptar, patear lo m¨¢s lejos posible y buscar respiro ganando alguna mel¨¦. No bast¨®, porque los All Blacks pusieron el campamento base demasiado cerca de su zona sagrada y acabaron retomando la delantera. Los albicelestes pusieron todos sus efectivos para empujar la plataforma que el rival hab¨ªa formado tras la touch y Aaron Smith, que logr¨® escabullirse, asegur¨® la conquista al filo de la hora. No tendr¨ªan recursos Los Pumas, derribados en sus l¨ªneas por un imponente Brodie Retallick y condenados por otro suplente, el delantero Sam Cane, que pos¨® a placer tras una secuencia impoluta, instantes despu¨¦s de haber arruinado una autopista creada por Williams. En la hora que aguant¨® su aliento, Argentina puso a prueba la resistencia an¨ªmica de un equipo que no solo persigue el t¨ªtulo, sino que asume su responsabilidad con la historia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.