El Sevilla se asusta ante la Juventus

Triste, y mucho, el partido del Sevilla en Tur¨ªn, donde jug¨® asustado y acobardado ante una Juventus superior, a la que jam¨¢s exigi¨®. El conjunto de Emery, lastrado por un defensivo planteamiento, no compiti¨® y cometi¨® el tremendo pecado de no cre¨¦rselo nunca. Si bien es cierto que el campe¨®n italiano es mejor equipo en todos los aspectos que el andaluz, tambi¨¦n lo es que el Sevilla tiene armas para, al menos, ponerle las cosas complicadas. Ni lo intent¨® el Sevilla, embutido en un traje de frustrante inferioridad, entregado como un cordero a un rival que lo despach¨® casi sin despeinarse.

Los de Emery no tuvieron ni nervio ni f¨²tbol. En su incomparecencia, ni siquiera mostraron agresividad para hacer un partido inc¨®modo. No hubo nada, solo contemplar las evoluciones de la Juventus en espera de un milagro, de una jugada de fortuna, de que le tocara la loter¨ªa. Igual el liderato del grupo no es objetivo del Sevilla, pero mostrarse tan inferior duele, puesto que se demuestra con demasiada resignaci¨®n que el gran escaparate de la Liga de Campeones, el de jugar en la casa del campe¨®n italiano y el subcampe¨®n de la competici¨®n, le viene demasiado grande. Tanto le cost¨® llegar. Tanto esfuerzo se dej¨® en el camino que doli¨® ver al Sevilla tan entregado y a manos de su rival.La Liga de Campeones exige m¨¢s pasi¨®n. Por la grandeza del rival y por la magnitud del escenario, por la propia esencia de la competici¨®n.

El m¨¦todo escogido por el Sevilla para pelear con la Juventus fue de equipo acomplejado. Un 4-4-2 con las l¨ªneas muy juntas y un repliegue intensivo. Vamos, que el Sevilla se acost¨® en las cercan¨ªas de su ¨¢rea a esperar a la Juventus, cediendo el bal¨®n, el espacio y cualquier iniciativa en el juego. Los de Allegri son un gran equipo, todav¨ªa en construcci¨®n, y agradecieron la t¨¢ctica con un dominio brutal. Eso s¨ª, carece de jugadores capaces de hilvanar el juego entre l¨ªneas, por lo que su abrumador dominio no se tradujo en un n¨²mero importante de ocasiones.

El Sevilla no exist¨ªa, acomplejado, entregado a una defensa encomiable, carente de cualquier autoridad para hilvanar alguna jugada, alg¨²n movimiento en ataque que pudiera poner en apuros a la Juventus, demasiado c¨®moda. Chocaba ver a Reyes de delantero, sin contacto con el bal¨®n. Ni Nzonzi ni Konoplyanka entraban en juego y solo la entereza de Kolo y Krychowiak manten¨ªan al Sevilla con vida. Eso, y que dos disparos, uno de Hernanes y otro de Dybala, no entraron de milagro en la meta defendida por Rico. Movido de un lado a otro, el conjunto andaluz resist¨ªa con cierta dignidad, por m¨¢s que el pleito mostraba una pelea de ni?os contra hombres. Se demostr¨® en un contacto entre Pogba y Reyes, donde sobresali¨® la insultante fortaleza del franc¨¦s, y tambi¨¦n en la jugada que desbarat¨® el apocado planteamiento de Emery. Un bal¨®n bombeado al ¨¢rea fue rematado por Morata despu¨¦s de un sensacional salto.

Despu¨¦s de 40 minutos nadando, el Sevilla se ahog¨® cuando las aguas parec¨ªan m¨¢s calmadas, cazado en una jugada demasiado previsible. El remate ajustado, pero flojo, del internacional espa?ol no encontr¨® respuesta ni en Rico, que hizo la estatua, ni en la defensa de Andreolli. Morata, por cierto, es el primer nacido en Espa?a con cinco goles seguidos en la competici¨®n, cuatro ante equipos espa?oles (Madrid, Barcelona y Sevilla).

El gol no alter¨® los pulsos del equipo de Emery. Ni dio un paso adelante ni le meti¨® al partido el nervio que exig¨ªa. La Juventus, incluso, se permiti¨® el lujo de tocar y tocar el bal¨®n, lo que a veces le dio al encuentro un ritmo tedioso. De vez en cuando apareci¨® Rico, que salv¨® el tanto en dos ocasiones ante Dybala, mientras el partido se encaminaba hasta su precipicio. Solo el corto marcador jugaba a favor del gris Sevilla. El 1-0 pod¨ªa verse alterado en una jugada aislada, en un bal¨®n parado, en un milagro llegado del cielo. Por supuesto, no lleg¨®. S¨ª el segundo de la Juventus.