La soberbia del que siempre tiene raz¨®n
"El camino al infierno est¨¢ pavimentado de buenas intenciones"
Un amigo ingl¨¦s dec¨ªa el otro d¨ªa de alguien: "No quiere ganar, solo quiere tener raz¨®n". ?De qui¨¦n hablaba? ?Del idealista Jeremy Corbyn, nuevo l¨ªder del partido laborista brit¨¢nico? No. Hablaba de Ars¨¨ne Wenger, el entrenador del Arsenal.
Un amigo espa?ol dec¨ªa el otro d¨ªa que, seg¨²n las estad¨ªsticas, un portero tiene m¨¢s opciones de parar un penalti si se queda quieto que si se tira a la izquierda o la derecha. Esto le recordaba a alguien. ?A qui¨¦n? Al inmovilista Mariano Rajoy, el presidente de gobierno de Espa?a. Pero podr¨ªa igual haber estado hablando de Ars¨¨ne Wenger.
Ser un aficionado de un equipo de f¨²tbol es vivir atado al vag¨®n de una monta?a rusa, un sube y baja permanente. Est¨¢ condenado a transitar entre la euforia y el desconsuelo, la esperanza y el abatimiento. A no ser que uno sea un aficionado del Arsenal, en cuyo caso la vida es m¨¢s previsible. La frustraci¨®n es el pan de cada d¨ªa.
El club que m¨¢s cobra en el mundo por ver un partido en su estadio, el que m¨¢s dinero tiene ahorrado en el banco, el que m¨¢s seguidores tiene en la gran capital global que es Londres hoy en d¨ªa perdi¨® esta semana en la Champions, en casa, contra el Olympiacos griego, quedando pr¨¢cticamente eliminado de la segunda fase de la competici¨®n. Wenger ha logrado que el Arsenal se clasifique para la m¨¢xima competici¨®n europea 17 temporadas seguidas pero nunca la ha ganado y las ¨²ltimas cuatro temporadas no ha avanzado m¨¢s all¨¢ de octavos de final. Tampoco ha ganado la liga inglesa desde 2004.
Su rival en el Chelsea, Jos¨¦ Mourinho, declar¨® con su habitual mordacidad el a?o pasado que Wenger era "un especialista en el fracaso". Cruel, el comentario, pero certero. El problema del Arsenal es Wenger y las claves de su fracaso las dieron el amigo ingl¨¦s y el espa?ol. Wenger se aferra a una antigua, bienintencionada y admirable ideolog¨ªa que no es posible aplicar en el mundo como es hoy; e, inmune a toda evidencia en contra, no cambia de postura.
Tiene dos art¨ªculos de fe: jugar al estilo del Barcelona de Pep Guardiola, priorizando la posesi¨®n del bal¨®n; no sucumbir al desenfreno de gastarse enormes cantidades en el fichaje de jugadores nuevos, aunque todos sus rivales lo est¨¦n haciendo, aunque disponga de suficiente efectivo, como escribi¨® un columnista ingl¨¦s hace unas semanas, para saldar la deuda griega. Los mediocres resultados de Wenger se deben a su insistencia en cerrar los ojos a una innegable verdad: que para ganar sin caer en la herej¨ªa de jugar a la defensiva, de aparcar el autob¨²s de vez en cuando, hay que tener a los mejores jugadores, los m¨¢s dotados para controlar el bal¨®n y saber pasarlo a un compa?ero con m¨¢xima eficacia bajo m¨¢xima presi¨®n.
Tambi¨¦n ayuda tener alguien en el equipo que sepa meter goles. Pero mientras todos los equipos de la Premier ficharon a al menos un delantero en el verano, el ¨²nico fichaje que hizo Wenger fue un portero, Petr Cech, del Chelsea. Por motivos que solo son explicables como expresi¨®n de su obcecada sensaci¨®n de infalibilidad, no puso a Cech en el once contra el Olympiacos esta semana; puso a su n¨²mero dos, el colombiano David Ospina, responsable de un error atroz en uno de los tres goles del equipo griego. Su principal goleador, Olivier Giroud, mientras tanto, sufrir¨ªa por tener cabida en el once inicial del Crystal Palace o el Leicester City, o en los equipos B del Real Madrid, Bayern M¨²nich o Barcelona.
Desde hace m¨¢s de una d¨¦cada los aficionados del Arsenal han tenido un par de expresiones lit¨²rgicas: "Ars¨¨ne knows", o Ars¨¦ne sabe; y "In Ars¨¨ne we trust", en Ars¨¨ne confiamos. Con cada temporada que pasa menos conservan la fe. La derrota contra el Olimpiacos, que hab¨ªa perdido sus 12 anteriores partidos disputados en campos ingleses, tiene que haber reducido el n¨²mero que sigue creyendo en ¨¦l casi a cero. Se convertir¨¢n, se supone, a una nueva fe, o esperanza, que empieza a recorrer el estadio del Arsenal: que cuando acabe esta temporada Wenger se vaya y lo reemplace Guardiola. Ese es el sue?o del amigo ingl¨¦s que dec¨ªa que Wenger ten¨ªa menos inter¨¦s en ganar que en tener raz¨®n. Es un fan¨¢tico del Arsenal, este sabio, y vive hace ya demasiado tiempo hundido en la desesperaci¨®n.
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