Pirri y Zoco, dos bodas de impacto y diferentes
A Santiago Bernab¨¦u le sentaron regular ambos romances. Ten¨ªa una visi¨®n muy castrense del f¨²tbol y cualquier relaci¨®n con la far¨¢ndula le parec¨ªa perturbadora
La temporada 68-69 el Madrid gan¨® la Liga con solvencia. Solo perdi¨® un partido, en la pen¨²ltima jornada, en Elche. El t¨ªtulo hizo olvidar el chasco en la Copa de Europa, en la que cay¨® en la segunda eliminatoria, ante el Rapid de Viena. La alegr¨ªa de la Liga se cort¨® cuando en la primera eliminatoria de Copa el Madrid cay¨® ante el Atl¨¦tico. La temporada madridista termin¨® ah¨ª. Pero quedaban dos curiosos acontecimientos que celebrar: las bodas de Pirri y Zoco con dos celebridades de la ¨¦poca, la actriz Sonia Bruno y la cantante Mar¨ªa Ostiz.
Pirri y Zoco formaban la l¨ªnea media en a?os en los que a¨²n se cantaban las alineaciones al modo cl¨¢sico, a pesar de que ya se jugaba el 4-3-3. En puridad, Zoco era defensa libre y Pirri un centrocampista de amplio espectro, con quite, despliegue y gol. Ambos eran c¨¦lebres, internacionales, queridos en todos los campos por su conducta.
Mar¨ªa Ostiz, una avilesina criada en Navarra, era cantautora de mucho ¨¦xito. Bella voz, guitarra en el regazo y canciones dulces, que evocaban las bondades de su tierra y de la descansada vida del que huye del mundanal ruido. Nada de protesta. Era muy cat¨®lica, como Zoco. Se conocieron por un reportaje period¨ªstico de Jos¨¦ Vicente Hern¨¢ez para el ya desaparecido Dicen, de Barcelona. Era una serie en la que reun¨ªa al azar a un futbolista con una famosa. Zoco qued¨® prendado de Mar¨ªa y le pidi¨® a Hern¨¢ez el tel¨¦fono. Este, muy caballero, le dijo que previamente le pedir¨ªa permiso a ella. ¡°Se lo pidi¨® y ella se lo dio. ?Eso me anim¨®!¡±, me comentar¨ªa a?os despu¨¦s el propio Zoco.
Paralelamente, Pirri hab¨ªa conocido a Sonia Bruno en la fiesta del diario vespertino Pueblo, el de m¨¢s tirada de la ¨¦poca, que cada a?o entregaba unos premios llamados: Populares de Pueblo. Les sentaron juntos en la cena, se gustaron y empezaron a salir.
Sonia Bruno se llama en realidad Mar¨ªa Antonia Oyamburu Bruno, lo de Sonia Bruno era su nombre art¨ªstico. Barcelonesa de origen vasco, hab¨ªa trabajado como secretaria de direcci¨®n justamente en el Dicen. Luego fue modelo y m¨¢s tarde actriz de mucho ¨¦xito. La actriz de moda en Espa?a en esos a?os, puede decirse. Flequillo, ojos bonitos, sonrisa insuperable y la mejor minifalda de la ¨¦poca. No eran a?os a¨²n de destape, pero s¨ª de minifalda.
A Bernab¨¦u le sentaron regular ambos romances, sobre todo el de Pirri, me cont¨® un d¨ªa Agust¨ªn Dom¨ªnguez, n¨²mero dos de Saporta. Bernab¨¦u ten¨ªa una visi¨®n muy castrense del f¨²tbol, cualquier relaci¨®n con la far¨¢ndula le parec¨ªa perturbadora. Y, en efecto, hab¨ªa precedentes malos. Las dos historias salieron adelante y entre la afici¨®n empezaron a conocerse y a comentarse, en general desde el mismo escepticismo de Bernab¨¦u. ?Para qu¨¦ una famosa? ?El ¨²nico famoso de la casa tiene que ser el futbolista!
Pero llegaron a su feliz t¨¦rmino y produjeron sendas bodas ese verano del 69, muy diferentes. Zoco y Mar¨ªa se casaron casi en secreto, en el Castillo de San Javier, en Olite, con solo 17 invitados (familia direct¨ªsima y alg¨²n amigo ¨ªntimo) y all¨ª mismo pasaron la luna de miel. Pensaron primero en el 8 de junio, cumplea?os de ella, pero el cura les advirti¨® de que como era s¨¢bado habr¨ªa gente y les reconocer¨ªan. Ellos buscaban estricta intimidad y se casaron el lunes 10. Ella de blanco blanqu¨ªsimo, ¨¦l de impecable traje negro.
Lo de Pirri y Sonia fue de muy otra forma. Se casaron el 12 de julio, en la parroquia de Santa Rita de Madrid, con multitud de famosos entre los invitados (la plantilla del Madrid y lo m¨¢s granado de la gente del cine) y un tumulto a las puertas, a duras penas contenido por las fuerzas de orden p¨²blico. Fue casi como lo de Lolita y aquello de Lola diciendo ¡°si me quer¨¦is, irse¡±. Sonia llev¨® un original vestido de novia minifaldera. Pirri visti¨® de azul el¨¦ctrico y corbata sicod¨¦lica. Fue boda de portadas de prensa rosa. Bernab¨¦u acudi¨®, pese a sus reticencias iniciales, y se retrat¨® con la pareja y con su inseparable puro. Hasta les regal¨® la nevera para el nuevo hogar.
Tambi¨¦n la luna de miel fue diferente: se fueron en coche a recorrer Europa: Francia, Italia, Yugoslavia, Grecia, Turqu¨ªa... Turismo de cultura y de playa.
Zoco y Mar¨ªa se casaron casi en secreto, con s¨®lo diecisiete invitados. Lo de Pirri y Sonia fue de muy otra forma, con multitud de famosos entre los invitados
Mar¨ªa Ostiz sigui¨® grabando, pero restringi¨® sus apariciones en p¨²blico y en televisi¨®n. Sonia dej¨® radicalmente el cine. A¨²n hoy, ni quiere ver sus pel¨ªculas ni quiere que las vean sus hijos y sus nietos. Claro que durante un tiempo se siguieron proyectando, y cada vez que hab¨ªa alguna escena picante, un beso o algo as¨ª, saltaba alguno diciendo: ¡°?Que viene Pirri!¡±, o cosa parecida. Un d¨ªa empez¨® a correr un rumor infamante: Sonia habr¨ªa dado a luz a un hijo negro. Fue una leyenda urbana de esas que se convierten en irresistibles: ¡°Que s¨ª, te lo juro, la enfermera que la asisti¨® fue al colegio con mi hermana y se lo ha contado¡±. Por supuesto, no hubo nada de eso, pero ser actriz y casarse con un futbolista era algo que en la ¨¦poca no se toleraba tan bien.
En cuanto a Zoco, ya cont¨¦ aqu¨ª que su mayor apuro era que Bernab¨¦u conociera a Mar¨ªa. Mar¨ªa era muy recatada, y Bernab¨¦u era bastante bruto en bastantes cosas. En a?os en que se ten¨ªa por castos y sagrados los o¨ªdos de las mujeres, en a?os en que los varones habl¨¢bamos con extrema prudencia ante ellas, ¨¦l era capaz de cualquier cosa. Por eso Zoco retras¨® el encuentro, hasta que un d¨ªa fue inevitable. Bernab¨¦u cubri¨® ampliamente los peores temores de su jugador: ¡°Si un d¨ªa te cansas de ¨¦l, nos lo devuelves al club para semental¡±, le dijo a Mar¨ªa, que qued¨® espantada.
Pirri y Sonia siguen juntos y felices. Tuvieron hijos, tres varones, y siete nietos. Igual de unidos han estado Mar¨ªa Ostiz y Zoco, hasta la reciente y tan sentida muerte de este. Los Zoco-Ostiz dejan dos hijos y una hija, y ocho nietos.
Cuatro vidas colmadas, pues. Y como futbolistas, los dos completaron con gran rendimiento sus carreras. Les retir¨® la edad, no les retir¨® ni acort¨® su tiempo ninguna distracci¨®n derivada del matrimonio con una famosa. Ellas sacrificaron sus carreras, en todo en un caso, en gran parte en otra, por ellos y por los hijos.
El tiempo no justific¨® las reticencias de Bernab¨¦u.
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