Aquella fugaz Copa de la Hispanidad

Cuando entonces, como dec¨ªa Umbral, el 12 de Octubre era una cosa muy seria. El D¨ªa de la Raza, o D¨ªa de la Hispanidadse le llamaba. Llev¨¢bamos al colegio una composici¨®n glosando el viaje de Col¨®n, con sus carabelas pintadas a todo color.
El f¨²tbol no hab¨ªa festejado eso hasta 1972, cuando Espa?a y Argentina decidieron establecer una copa entre ambos pa¨ªses, con esp¨ªritu de permanencia. Se estableci¨® que la copa en juego s¨®lo se dar¨ªa en propiedad con tres victorias consecutivas o cinco alternas. Se llam¨® Copa de la Hispanidad.
La primera se disput¨® el 11 de octubre de 1972. No el 12, porque el 11 era mi¨¦rcoles, d¨ªa del f¨²tbol entre semana. El siguiente, el 18, Espa?a ten¨ªa que recibir a Yugoslavia en Las Palmas, primer partido de clasificaci¨®n para el Mundial 74. El seleccionador era Kubala, que entr¨® tras el fiasco de la no clasificaci¨®n para el Mundial 70. No nos clasific¨® para la fase final de la Eurocopa 72 por culpa de una derrota en Mosc¨². Para esas fechas, llevaba 10 victorias, 5 empates y esa derrota, ¨²nica pero decisiva. Se empez¨® a decir que ganaba batallas y perd¨ªa guerras
Argentina, que tampoco hab¨ªa estado en M¨¦xico 70, estaba dirigida por otro genio retirado, S¨ªvori. La obsesi¨®n era, como en el caso de Espa?a, clasificarse para Alemania 74 y quedar bien all¨ª. Lo tomaban en serio. Pasaron cinco d¨ªas concentrados en El Escorial, antes de bajar a Madrid para el ¨²ltimo entrenamiento. En aquel grupo estaban varios jugadores a los que pronto, cuando se volviera a permitir el fichaje de extranjeros en Espa?a, ver¨ªamos por aqu¨ª.
A pesar de los llamamientos oficiales, esa Copa de la Hispanidad no entusiasm¨® al p¨²blico madrile?o. La Federaci¨®n fue generosa en pases de favor, regal¨® entradas en colegios y cuarteles y hasta lanz¨® el rumor (primera vez se habl¨® de esa posibilidad) de que TVE, que daba el partido, ensombrecer¨ªa la zona de Madrid, en la que se ofrecer¨ªa otra emisi¨®n, para animar la taquilla. La v¨ªspera del partido la secretar¨ªa de TVE lo desminti¨®. Todav¨ªa ni era t¨¦cnicamente posible.
El Bernab¨¦u present¨® una entrada floja, en noche fr¨ªa y lluviosa. Ni siquiera asisti¨® Franco. El m¨¢ximo mandatario fue Garicano Go?i, ministro de Gobernaci¨®n. A las 20:30, en un ambiente fr¨ªo, salieron los dos equipos:
Espa?a: Iribar, Jos¨¦ Luis, Tonono, Gallego, Benito; Pirri, Irureta, Asensi; Amancio, Quini y Valdez.
Argentina: Carnevali; Wolff, Heredia, Bargas, Rosl; Brindisi, Merlo, J.J. L¨®pez, Beto Alonso; Avallay y Ayala. (En el minuto 70 saldr¨¢ B¨®veda por Avallay).
El primer tiempo no est¨¢ mal. Espa?a manda y se adelanta con un buen gol de Asensi, en el minuto 33. En el descanso, Kubala hace tres cambios de golpe: Lora por Pirri, Ufarte por Amancio y Germ¨¢n por Asensi. Los tres retirados hab¨ªan jugado muy bien. Sin ellos, el equipo se cae, el segundo tiempo es malo, el p¨²blico protesta. El juego es infumable, el partido acaba 1-0 con menos gente todav¨ªa en las gradas y aunque Espa?a gana, el malhumor es general. Casi no hay ya nadie cuando Gallego coge el trofeo. Encima, se sabe que ese mismo d¨ªa Yugoslavia, nuestro gran rival para el Mundial de Alemania, ha empatado en Wembley.
Espa?a y Argentina decidieron establecer una copa entre ambos pa¨ªses, con esp¨ªritu de permanencia. No dur¨®
Kubala se queja en Barajas, camino de Las Palmas, de las cr¨ªticas a los cambios. Dice que los tres estaban lesionados, que no podr¨¢n jugar contra Yugoslavia. No es cierto: jugar¨¢n los tres. Empatamos 2-2, lo que a la larga nos dejar¨¢ sin ir a Alemania 74.
?Kubala segu¨ªa perdiendo guerras!
Por su parte, Argentina s¨ª llegar¨ªa a Alemania 74, y cargada de optimismo, pero all¨ª ser¨¢ demolida por la Holanda de Cruyff. Es tras ese partido cuando surge desde Argentina el apelativo de La Naranja Mec¨¢nica para el equipo de Holanda.
El 12 de Octubre de 1974 devolvemos visita, con la Copa de la Hispanidad (que viaja en nuestro avi¨®n) de nuevo en juego. Argentina ha encargado la reconstrucci¨®n a un joven t¨¦cnico, C¨¦sar Luis Menotti, campe¨®n con Hurac¨¢n. El mismo d¨ªa, Independiente juega la Copa Libertadores con el S?o Paulo, as¨ª que a Menotti le faltan sus jugadores, singularmente Bochini y Bertoni. Pero no se queja, se muestra optimista. Compone su once conforme a su exequipo, Hurac¨¢n, y a Boca J¨²niors.
El ambiente es muy distinto del de dos a?os antes en Madrid. Se vive la fiesta y es el primer partido del proyecto Menotti, cara al Mundial 78, otorgado a la propia Argentina. Acude Havelange, presidente de la FIFA, un poco en visita de inspecci¨®n.
En el estadio de R¨ªver Plate hay r¨¦cord de taquilla. Se programan festejos desde una hora antes del partido: bailes t¨ªpicos de ambos pa¨ªses, desfile de ni?os con ense?as de todos los pa¨ªses de la FIFA, exhibici¨®n a¨¦rea y paracaidistas lanzados con precisi¨®n al centro del campo. Participan 1.500 personas. Los capitanes, Brindisi y Claramunt, izan solemnemente las banderas de ambos pa¨ªses. La banda toca los himnos.
Argentina est¨¢ renovad¨ªsima: S¨¢nchez; Pern¨ªa, Paolino, Rogel, Carrascosa; Brindisi, Russo, Babington; Houseman, Di Meola y Ferrero.
Espa?a, tambi¨¦n ha cambiado. Entre los que faltan est¨¢ Amancio, que justo la v¨ªspera ha reaparecido (con dos goles) en un amistoso ante el Nimes, tras la terrible lesi¨®n que le produjo Fern¨¢ndez en Granada antes del verano. Kubala saca a: Iribar; Sol, Benito, Castellanos, Cap¨®n; Claramunt, Pirri, Irureta; Ben¨ªtez, Quini y Churruca.
El partido no responde a la grandeza de los proleg¨®menos. Es soso. En el minuto 69 hay un cu¨¢druple cambio: Trobbiani y Potente por Brindisi y Babington, y Villar y Garc¨ªa Soriano por Quini y Ben¨ªtez. En el 83 marca Pirri, en el 84 Rogel. 1-1. La Copa es para Espa?a, porque las bases del torneo la otorgaban al visitante en caso de empate.
All¨ª muri¨® la Copa de la Hispanidad. Villar, que en su fuero interno consideraba esos minutos finales su debut en la selecci¨®n (oficialmente hab¨ªa debutado antes, ante Turqu¨ªa, pero en un once de suplentes) pretendi¨® desenterrarla en 1988, tiempos ya de Butrague?o y Maradona. Espa?a y Argentina jugaron en Sevilla, pero ya lo de Copa de la Hispanidad no era nombre que convocara consenso. Se llam¨® Copa de la RFEF. Empatamos a uno, goles de Butrague?o y Caniggia.
Y de la Copa de la Hispanidad nunca m¨¢s se supo.
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