El despertar de los reci¨¦n llegados del rugby
La primera fase del Mundial de Inglaterra ha certificado que se han reducido las diferencias entre las mejores selecciones del mundo y el resto
Tras la fase de grupos del octavo Mundial de rugby, el quinto de la era profesional, una cosa parece clara: se ha reducido la abismal diferencia que separa a las grandes potencias y los equipos de segunda o tercera fila. Ya no se ven marcadores con 100 puntos, de hecho pocos son los que pierden por m¨¢s de 50, los que m¨¢s anotan no son campeones del mundo y no hay partido en el que no sea duro conseguir el bonus ofensivo -que se da cuando se anotan cuatro ensayos o m¨¢s-.
Cierto, en cuartos no hay muchas caras nuevas, pero para la historia queda la inimaginable victoria de Jap¨®n sobre Sud¨¢frica en la primera jornada y la clasificaci¨®n de Georgia como tercera de grupo C por delante de Tonga. Adem¨¢s, la cerrada aristocracia -formada por neozelandeses, ingleses, australianos, franceses, galeses, sudafricanos, irlandeses y escoceses- trata como a iguales a los temidos Pumas argentinos, que con 179 puntos han sido los m¨¢ximos anotadores de la primera fase y los primeros en evitar que los casi imbatibles All Blacks de Nueva Zelanda no sumen todos los puntos bonus ofensivos en una primera ronda.
En la televisi¨®n inglesa llevan todo el torneo alabando a los equipos peque?os, que seg¨²n los comentaristas han mejorado mucho en defensa. Pese al abultado resultado entre australianos y uruguayos (65-3), todos apuntaban hace unos a?os habr¨ªa sido mucho peor. Hoy en d¨ªa parece dif¨ªcil ver a alguien marcando m¨¢s de 100 puntos en un partido mundialista, para lo que hay que remontarse al Nueva Zelanda-Portugal de 2007 (108-13).
Georgia y Jap¨®n han dado ejemplo desde el primer minuto con sus victorias inesperadas ante rivales que les superaban en el r¨¢nking mundial. El juego f¨ªsico y la defensa aguerrida de los Lelos georgianos sorprendi¨® a los confiados tonganos y fueron puestos como ejemplo de c¨®mo jugar contra los All Blacks, aunque terminaron el Mundial sufriendo (17-16) para ganar a Namibia, que al perder por menos de siete puntos cosech¨® su primer punto en cuatro torneos.
Mientras, los asi¨¢ticos hac¨ªan historia: ¡°humillaron¡± a una engre¨ªda Sud¨¢frica y triunfaron contra Samoa, cuartofinalista en 1991 y 1995. Adem¨¢s tras su victoria en el ¨²ltimo partido contra Estados Unidos (28-18), consigui¨® por primera vez en la historia un balance positivo de victorias, tres, y derrotas, una. Siempre han ido al Mundial como representante de Asia, pero, en Inglaterra, con juego y resultados han acallado a los cr¨ªticos que recelaban del porque se les hab¨ªa concedido la organizaci¨®n del pr¨®ximo torneo en 2019.
Lelos y japoneses han mandado a las selecciones polinesias, en las que el rugby es el deporte rey, a disputar la clasificaci¨®n para el pr¨®ximo Mundial al arrebatarles el tercer puesto de sus grupos, que da acceso directo a Jap¨®n-2019, algo que no entraba en las quinielas de muchos.
Un deportes menos t¨¦cnico
La menor diferencia tambi¨¦n se ve reflejada en las estad¨ªsticas de la Copa del Mundo. En las tres anteriores ediciones, el n¨²mero de partidos que terminaban con una diferencia de m¨¢s de 50 puntos en el marcador rondaba la decena; ocho en 2011, 10 en 2007 y 11 en 2003.
Por el contrario, en 2015 solo en dos partidos se ha dado esta diferencia. La sufrida por Uruguay, ¨²nica selecci¨®n de jugadores compuesta en su gran mayor¨ªa por amateurs, contra Australia (65-3), y en su ¨²ltimo partido del Grupo B, Sud¨¢frica apabull¨® a EE UU (64-0), aunque los Sprinboks marc¨® 5 ensayos (31 puntos) en los ¨²ltimos 20 minutos. En 2011, hasta en ocho encuentros se marcaron m¨¢s puntos que en cualquiera de esos dos duelos.
Seg¨²n Rodrigo Cap¨® Ortega, primer profesional de la historia de Uruguay que no ha acudi¨® al Mundial por una decisi¨®n personal, las claves son la profesionalizaci¨®n de todos los equipos y que rugby moderno es un 80% f¨ªsico. ¡°Los uruguayos por desgracia tienen que trabajar y entrenar. Todo un lastre en un deporte de ¨¦lite que en estos momentos es sobre todo f¨ªsico¡±, explica desde Francia. Que el juego sea menos t¨¦cnico, junto con la emigraci¨®n de los jugadores a otras ligas y torneos, repercute en que las diferencias sean menores, seg¨²n el campe¨®n de Francia en 2013 con Castres.
Por supuesto, en deporte todo puede ocurrir, pero hace cuatro a?os cualquiera hubiera dicho que una victoria de Jap¨®n sobre Sud¨¢frica en un Mundial era una broma comparable a que Brasil perdiera 7-1 una semifinal de un Mundial de f¨²tbol jugada en Maracan¨¢.
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