Francia apuesta por un cambio de filosof¨ªa
El XV del Gallo olvida el ¡®rugby champagne¡¯ apostando por un juego m¨¢s eficaz, pero menos espectacular
Philippe Sella, leyenda del rugby franc¨¦s de los a?os 80 y 90, afirma que el rugby champagne es "un estado de esp¨ªritu; una filosof¨ªa que se caracteriza por libertad de expresi¨®n de cada jugador, que necesita que todos los componentes del equipo jueguen coordinados y se inspiren unos a otros". Lo que en f¨²tbol podr¨ªa ser el jogo bonito brasile?o, algo de lo que la selecci¨®n de rugby francesa ha prescindido en el Mundial de Inglaterra.
Dejar el juego de mano y jugar a patadas es una decisi¨®n cada vez m¨¢s criticada que solo se justificar¨ªa con unos resultados que todav¨ªa no han llegado. Un ambiente poco propicio antes de medirse el s¨¢bado (21.00, Canal+ Deportes) en cuartos de final a Nueva Zelanda, uno de los mejores equipos de la historia.
Sella fue uno de los m¨¢ximos exponentes de aquel estilo que alcanz¨® su c¨¦nit en los ochenta, cuando era alabado en el norte y en el sur y que trajo de cabeza a sus archienemigos ingleses, famosos por su juego tosco y, al mismo tiempo, eficaz. Esa parece ser la nueva filosof¨ªa adoptada por el XV del Gallo.
La Francia que ha acudido a Inglaterra bajo la direcci¨®n de Philippe Saint-Andr¨¦, tambi¨¦n jugador en los a?os 80, se ha llenado de gente fuerte, fiel al plan general, que deja poco espacio a la magia. Ahora los tres cuartos centro son gente como el lento Mathieu Bastareaud, cuya figura tan musculosa se asemeja m¨¢s a un delantero, o Wesley Fofana, que destaca m¨¢s por su capacidad para cargar contra rivales que por sus pases a la remanguill¨¦. En casa, seg¨²n el diario L'?quipe, se han quedado los virtuosos del juego a la mano, como Fran?ois Trinh-Duc o Maxime Mermoz.
Los de Saint-Andr¨¦ se clasificaron para los cuartos de final gracias a las tres primeras victorias frente a rivales muy inferiores, pero defraudaron ante Irlanda. En un pa¨ªs donde el rugby es casi como una religi¨®n y pugna con el f¨²tbol como deporte predilecto, los Bleus no solo deben ganar, sino tambi¨¦n hacerlo con estilo.
La fama del rugby en Francia se basa en eso, esa mezcla entre el juego t¨¢ctico y duro del hemisferio norte y el desempe?o vivo, r¨¢pido, ¨¢gil e imprevisible de las potencias meridionales. Algo a lo que los hombres entrenados por Philippe Saint-Andr¨¦ no parecen aspirar en el campo.
"Ganar no nos basta. Nos gusta el juego r¨¢pido. Llevar la iniciativa", explica Sella. Seg¨²n ¨¦l, la clave de ese estilo est¨¢ en la uni¨®n de dos factores: talento y trabajo de anticipaci¨®n. Dos caracter¨ªsticas para las que es b¨¢sico una voluntad com¨²n al servicio del juego sin ataduras de los m¨¢s atrevidos. "No val¨ªa de nada si Blanco o yo romp¨ªamos una defensa con una finta y un pase largo de 15 metros si despu¨¦s no ten¨ªamos apoyos. Todos sab¨ªamos que pod¨ªa ocurrir y est¨¢bamos preparados para ello", recuerda; "es un estilo colectivo".
A pesar de que Francia s¨ª tiene en su apertura titular, Fr¨¦d¨¦ric Michalak, un claro representante del rugby champagne, contra Irlanda, cuando el 10 se sac¨® una jugada de la chistera, se vio solo ante la organizada defensa contraria. Un ejemplo de que el plan de Saint-Andr¨¦ para sus tres cuartos es ser eficaz antes que espectacular. Un reflejo de sus tiempos de jugador.
"Philippe Saint-Andr¨¦ era tres cuartos ala. Un rematador quir¨²rgico y as¨ª juega su equipo. De manera eficaz", intercede otro exinternacional, Emile Ntamack, que sabe lo que es ser parte del cuerpo t¨¦cnico de la selecci¨®n francesa, llegar a una final de un Mundial, perderla por un punto ante unos All Blacks casi imbatibles y que no guste ni tu manera de saludar.
Sella tambi¨¦n rompe una lanza en favor de su excompa?ero y sus pupilos: "En un Mundial lo importante es ganar y jugar el siguiente partido". Por su parte, la afici¨®n se encomienda a un milagro similar al de los cuartos de final de 2007, en los que con un ambiente similar, en el mismo escenario y contra el mismo rival, Francia se impuso pese a cr¨ªticos y pron¨®sticos. En esta ocasi¨®n lo volver¨¢n a intentar, pese al cambio de filosof¨ªa.
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