Un m¨¦dico espa?ol manda en el Middlesbrough
Luis Gonz¨¢lez Lago trabaja en el equipo de Segunda que, entrenado por Karanka, elimin¨® al Manchester United de la Copa de la Liga
En el f¨²tbol ingl¨¦s hay dos jefes m¨¦dicos espa?oles. Uno es Francisco Biosca, que manda en el Chelsea desde hace a?os; el otro el Luis Gonz¨¢lez Lago, que lleg¨® este verano al Middlesbrough de Aitor Karanka, el equipo de moda esta semana, un segunda que ha eliminado al Manchester United de la Copa de la Liga.
¡°S¨ª, un segunda, pero con unos medios, estructura e instalaciones de los que muy pocos equipos de la Primera espa?ola pueden presumir, quiz¨¢s solo Real Madrid, Bar?a y Atl¨¦tico. Tienen dinero y se lo gastan donde importa¡±, dice Gonz¨¢lez Lago, m¨¦dico del deporte inquieto, curioso y viajero, un culo de mal asiento que ha llegado v¨ªa un curioso laberinto de destinos al fr¨ªo norte de Inglaterra, donde el fr¨ªo mar del Norte azota, donde media docena de futbolistas espa?oles se buscan la vida y a veces, como el portero Mej¨ªas, quien detuvo los penaltis decisivos para matar al equipo de Louis van Gaal en un Old Trafford lleno a reventar, como en todos los partidos, reducido al silencio.
Su primer destino, reci¨¦n terminada la especializaci¨®n en la Complutense de Madrid, fueron Los Angeles Lakers, el equipo de la NBA en el que estuvo un a?o de aprendiz antes de regresar a Espa?a, donde, compagin¨¢ndolo con su consulta en una cl¨ªnica, fue sucesivamente m¨¦dico del equipo ol¨ªmpico en los Juegos de Se¨²l, Barcelona y Atlanta, diez a?os responsable m¨¦dico de la federaci¨®n de gimnasia y un a?o en el Real Madrid de baloncesto. Paralelamente, y antes de trabajar para el Ciudad Real y el Atl¨¦tico de Madrid de balonmano, donde se hizo maestro en el dominio de las t¨¦cnica de reparaci¨®n mediante inyecciones plasma rico en plaquetas, factores de crecimiento, bolas de cristal y otros m¨¦todos en boga, oper¨® a todo tipo de deportistas, a algunos, como al ciclista Pablo Lastras (28 fracturas en su carrera, 10 operaciones), tantas veces que conoce casi mejor que el propio corredor las cicatrices de sus 28 fracturas y de las 10 operaciones a que se someti¨® para tratarlas. ¡°Y cuando se acab¨® el balonmano me sali¨® una oferta de Abu Dabi, del Baniyas FC, donde he resistido dos a?os¡±, dice Gonz¨¢lez Lago. ¡°Al final, sobre todo para mi mujer, la vida se hac¨ªa dur¨ªsima en los Emiratos. Hice la maleta y este verano me volv¨ª a Espa?a¡±.
Si su destino actual es el Middlesbrough, cuarto en la Championship (as¨ª se llama la Segunda inglesa), a un punto del ascenso, la presencia de Karanka, un compatriota, como entrenador nada tiene que ver. ¡°Llegu¨¦ de carambola. A Aitor le conoc¨ª solamente en la ¨²ltima de las varias entrevistas de filtro que me hicieron¡±, dice. ¡°En Espa?a recib¨ª un par de ofertas desoladoras, pero no ten¨ªa prisa por ir a ning¨²n sitio. En estas estaba cuando un masajista ingl¨¦s que conoc¨ªa de los Emiratos me dijo que hab¨ªa una vacante en el Boro y que si le dejaba, enviaba mi curr¨ªculum. Le dije que adelante, pero sin darle importancia, as¨ª que me qued¨¦ sorprendido cuando a las dos semanas empezaron a llamarme. Me llamaron varias veces y despu¨¦s de unas cuantas entrevistas me contrataron¡±.
En Middlesbrough, ciudad azotada por la crisis de la siderurgia y las acer¨ªas, Gonz¨¢lez Lago disfruta de su ciencia, de su equipo, de la pasi¨®n inglesa por el f¨²tbol, de su hinchada solidaria, del mismo sueldo que en Abu Dabi y tambi¨¦n de su poder. ¡°Si hay algo de lo que huyen los ingleses es de tomar decisiones¡±, dice. ¡°As¨ª que las tomo yo todas en las dos ¨¢reas que coordino, la propiamente m¨¦dica y la de la preparaci¨®n f¨ªsica¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.