Radwanska, toda una ¡®maestra¡¯
La talentosa polaca bate a la checa Kvitova en la final (6-2, 4-6 y 6-3) y conquista la Copa de Maestras, su primer gran trofeo. Cometi¨® solo cinco errores en todo el duelo
Frente al power game y la izquierda seccionadora de Petra Kvitova, temple, ponderaci¨®n y an¨¢lisis; control y dominio absoluto de la escena. Despu¨¦s, maestr¨ªa, la que exhibi¨® La Profesora Radwanska, Agnieszka Radwanska. La polaca, de 26 a?os, se convirti¨® en la nueva maestra del circuito femenino al derrotar en la final a la checa por 6-2, 4-6 y 6-3, despu¨¦s de dos horas y cinco minutos de enfrentamiento. Tras eliminar a Garbi?e Muguruza en las semifinales, una nueva exhibici¨®n de la n¨²mero seis del mundo, que elev¨® en Singapur el primer gran trofeo de su carrera.
Un t¨ªtulo que, de alg¨²n modo, supone el reconocimiento a una magn¨ªfica jugadora, heterodoxa, porque Radwanska rompe con los est¨¢ndares del tenis actual. Frente a la potencia y las bolas duras, la polaca conserva la esencia del juego de antes, que premiaba el talento por encima de los f¨ªsicos (el suyo, de 1,73 y 56 kilos) y la fuerza. Muy reconocida entre las tenistas, a¨²n le faltaba un galard¨®n importante. En 2012 pis¨® la final de Wimbledon, pero choc¨® con Serena Williams, y dos a?os despu¨¦s se qued¨® a un solo paso de luchar por el t¨ªtulo en Australia.
Ahora, en su sexta participaci¨®n en la Copa Masters, estrena su casillero de trofeos mayores. Hasta ahora, Pek¨ªn (2011) y Miami (2012) eran sus mejores metas. Muy reconocida entre sus compa?eras, por su comprensi¨®n del juego y su riqueza t¨¦cnica, Radwanska concibe el tenis de forma cerebral y arquitect¨®nica; domina a la perfecci¨®n las proporciones de la pista y gestiona los espacio. Luego, ejecuta. Y si encima la superficie beneficia su capacidad defensiva, como lo hace la capa rugosa del Singapore Indoor Arena, que agarra la pelota y le hace perder revoluciones, mejor que mejor para ella.
Frente a la potencia? actual, la polaca representa la esencia del juego t¨¦cnico de los viejos tiempos
Contra Kvitova, dolorida del muslo derecho, la polaca continu¨® la clase que imparti¨® un d¨ªa antes, frente a Muguruza. De nuevo, un mejunje de cortadas, derechas y dejadas. Esta vez, sin embargo, la resistencia fue todav¨ªa mayor. Kvitova peg¨®, peg¨® y peg¨® sin perder nunca la fe. La checa, con menos cartel medi¨¢tico que otras, cuenta entre otros m¨¦ritos con dos coronas de Wimbledon (2011 y 2014) y con el aval de saber ya lo que era ganar (2011) este torneo.
Lo que de inicio parec¨ªa muy decantado a favor de Radwanska, se transform¨® despu¨¦s en un choque de poder a poder. La fiabilidad de la polaca (un solo error no forzado en los dos primeros set, cinco en todo el partido) fue correspondida con una catarata de golpes ganadores (41) de Kvitova, que le infligi¨® un parcial de siete juegos a uno para darle vidilla a la final, presenciada en primera fila por leyendas como Martina Navratilova o Chris Evert. Sin embargo, pese a llevarse el segundo parcial, sus 53 errores no forzados le condenaron ante La Profesora, ya Maestra. Una docente ejemplar.
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