Psic¨®logos, garajes y un ¨¢rbol ca¨ªdo
29/10. Jueves de Psic¨®logo
Hubo un tiempo, donde ir al psic¨®logo (o peor a¨²n, al psiquiatra) supon¨ªa andar mal de la azotea. Y eso estaba mal visto (que se lo digan a Toni Soprano). Afortunadamente esos prejuicios van despareciendo y ahora no resulta sospechoso que un deportista o un equipo se ponga en manos de un profesional de este tipo que le ayude en una parte fundamental de su trabajo, el control emocional. Ha costado demasiado, aunque parezca obvio. La alta competici¨®n exige una capacitaci¨®n f¨ªsica y t¨¦cnica muy importante, pero tiene que estar acompa?ada de una buena gesti¨®n del sistema nervioso, sometido a enormes tensiones. Por eso, y como muy bien dice Pablo del R¨ªo, que sigue a muchos atletas de diversas disciplinas en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, no estamos hablando de tratamiento porque esto no es una patolog¨ªa, sino de entrenamiento. Aqu¨ª radica el principal cambio producido. No se trata de curar nada, sino de mejorar. El aspecto mental es ya otro m¨¢s a entrenar sin necesidad que exista una problem¨¢tica detr¨¢s. Y sospecho que cada vez ser¨¢ m¨¢s mimado, pues quedan pocas dudas de que a determinadas alturas competitivas, lo que marca la diferencia est¨¢ debajo del pelo de los deportistas, m¨¢s que en sus m¨²sculos o habilidades. Mens Sana in Corpore Sano, sol¨ªamos pensar. ?No ser¨¢ al rev¨¦s?
30/10. Viernes de antis
¡°Hay antimadridistas a los que no agrada que el Madrid est¨¦ arriba¡±, dice Rafa Ben¨ªtez en rueda de prensa. Esta vez es el entrenador blanco, pero frases parecidas surgen con enorme frecuencia, siendo curiosamente m¨¢s habitual que salgan de las bocas de entrenadores y jugadores de los equipos grandes. Me sigue repateando esta tendencia a traducir las situaciones en clave de conspiraci¨®n o victimismo. ?Acaso hay que ser antimadridista para que no te agrede ver al Madrid arriba? Si yo soy aficionado al equipo X, ?resulta censurable que desees que al equipo Y o Z no le vaya bien, y as¨ª aumenten las posibilidades de que tu club est¨¦ m¨¢s arriba? Y luego est¨¢ la indefinici¨®n. Hay antimadridistas¡. (me recuerda la famosa frase de Gila, la de aqu¨ª hay alguien que ha matado a alguien) ?A qui¨¦n se refiere Ben¨ªtez? ?no pod¨ªa ser m¨¢s concreto? ?Est¨¢ hablando de aficionados, ¨¢rbitros, instituciones, periodistas o qui¨¦nes? ?O simplemente aboga por que el desacuerdo o la falta de simpat¨ªa te convierte en anti? ?Acaso solo existen dos opciones, estar a favor o ser anti? De verdad, qu¨¦ cansinas resultan estas declaraciones¡?
31/10. S¨¢bado de l¨ªo sobre l¨ªo
Como si la cosa no estuviese ya suficientemente caliente, llegan unos periodistas graciosos y se monta otro l¨ªo. La temperatura del Mundial GP sigue aumentando. Un d¨ªa se lapida a Rossi, otro el propio Rossi pide la suspensi¨®n cautelar para no tener que salir ¨²ltimo, y en el ¨²ltimo episodio la familia M¨¢rquez y unos periodistas italianos se denuncian mutuamente por un incidente en un garaje. Y todav¨ªa estamos a m¨¢s de una semana de la carrera definitiva. Lo m¨¢s curioso del tema es c¨®mo ha ido desplaz¨¢ndose el protagonismo desde Lorenzo y Rossi, los dos que se est¨¢n jugando el Mundial, hacia M¨¢rquez. Desde que lo apunt¨® Rossi con el dedo y ahora con este asunto de los de la tele, el que acapara titulares es ¨¦l, hasta dar la sensaci¨®n que el foco para Valencia est¨¢ m¨¢s centrado en el todav¨ªa actual campe¨®n, que en la pelea directa entre Lorenzo y Rossi. No creo que de aqu¨ª a la semana que viene la cosa se temple, y encima el ¨²ltimo gran premio se corre en territorio de dos de los implicados, lo que har¨¢ que la temperatura ambiental se sume a la que se vivir¨¢ en los boxes y en las curvas. ?nimos caldeados, motos a todo trapo, rencillas ya no disimuladas y un t¨ªtulo mundial en juego. Demasiada gasolina de todo tipo como para temer que esto no termine de la mejor manera.
Lo que ha terminado ha sido el Mundial de Rugby, acontecimiento deportivo irrenunciable. Han ganado los All Blacks, pero sobre todo, y como ocurre cada cuatro a?os, ha ganado el rugby, el espect¨¢culo que genera en el campo y en la grada, los valores inquebrantables que lo soportan y que no son violados est¨¦ lo que est¨¦ en juego. Durante mes y medio han dado ejemplo y dejado en evidencia otros comportamientos en otras especialidades. El triunfo de Nueva Zelanda estaba casi cantado, pues han sido los grandes dominadores del torneo. Tanto en semis contra Sud¨¢frica como en la final ante Australia, no mostraron su mejor versi¨®n, pero su superioridad les permite lograr sus objetivos sin necesidad de petarla en cada encuentro. Eso s¨ª, en los d¨ªas buenos y en los no tanto, es un espect¨¢culo verles. Desde los armarios movi¨¦ndose a velocidades que contradicen su tama?o y musculatura hasta ese Dan Carter descomunal en acierto e inteligencia y con una pierna izquierda que parec¨ªa una ca?¨®n de precisi¨®n. Lo mismo Florentino ha visto la final y ha pedido su fichaje.
01/11. Domingo de ¨¢rbol ca¨ªdo
Desayuno tranquilamente con el art¨ªculo de John Carlin sobre Mourinho y me congratula compartir sentimientos. O falta de ellos, pues el autor concluye con una declaraci¨®n inequ¨ªvoca. ¡°?Compasi¨®n? Ninguna¡±. Como mis cr¨ªticas hacia este t¨®xico personaje vienen de muy lejos, no temo caer en lo de hacer le?a del ¨¢rbol ca¨ªdo, pues llevo intentando hacer le?a incluso cuando el ¨¢rbol estaba bien erguido, soportado por sus resultados, que para sus defensores justificaban unos m¨¦todos a menudo deleznables. Pero claro, lo que ocurre con este tipo de personajes, afortunadamente escasos, es que cuando los resultados no acompa?an, no les queda nada donde agarrarse. Ni el juego, ni el estilo, ni la elegancia, ni la humanidad. Nada.
Esto no impedir¨¢ que despu¨¦s del Chelsea llegue otro equipo que le fiche. Y casi con toda seguridad, su proyecto no ir¨¢ m¨¢s all¨¢ del tercer a?o. Es normal, pues es el tiempo en el que los jugadores, los clubes o los aficionados acaban hasta el gorro de ¨¦l. Su m¨¦todo de motivaci¨®n se basa en el enfrentamiento, el encabronamiento, la constante b¨²squeda de un enemigo sobre el que cargar iras. Y claro, esto tiene un coste de felicidad, lo que convierte sus proyectos en poco sostenibles. Al principio se acepta, pero llega un momento que su veneno deja de tener efecto. Y poco a poco se va quedando solo en su batalla imaginaria frente a todos, y que como est¨¢ ocurriendo ahora, termina rozando el patetismo.
Buena semana a todos
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