El Athletic descarrila en Granada

Se puede hacer un ensayo psicol¨®gico sobre el efecto moral del gol en propia puerta a los cinco minutos de partido. O sobre el beneficio o el perjuicio de los parones ligueros cuando has alcanzado la velocidad de crucero y ganas los partidos por inercia (siete seguidos el Athletic, por ejemplo). O sobre el m¨ªtico esp¨ªritu samaritano del Athletic que suele, seg¨²n la tradici¨®n, ayudar al necesitado (y el Granada, colista, lo estaba con un solo partido ganado hace tres meses). Se puede analizar lo que se quiera y explicar hasta lo inexplicable.

Pero la realidad es terca y su terquedad dice que el Granada fue m¨¢s inteligente, m¨¢s activo, m¨¢s organizado que su rival en un partido que naci¨® ca¨®tico pero que el conjunto de Sandoval fue construyendo poco a poco ante la mirada perdida del Athletic. Y la realidad dice que entre los 28 futbolistas que participaron en ¨¦l, solo uno se gan¨® ese titulo, el joven Success, un prodigio de fortaleza, velocidad y t¨¦cnica que abri¨® una v¨ªa de agua en el Athletic hasta que agotado y roto se retir¨® en el minuto 59. Suyo fue el pase que Laporte empuj¨® a la red (?a d¨®nde iba Iraizoz?) y suyo fue el segundo gol, tras otro error de Laporte en la salida del bal¨®n, culminado por un despeje atolondrado de Etxeita y un remate furioso del jugador nigeriano que se merec¨ªa un gol real y no uno accidental.

Y naci¨® ca¨®tico el partido, sin continuidad, en el que solo la rutina de las faltas romp¨ªa la monoton¨ªa de los pelotazos. Los del Athletic buscaban la segunda jugada, presuponiendo que Aduriz cazar¨ªa el bal¨®n al vuelo. Los del Granada ten¨ªan un ¨²nico destinatario, Success, que una y otra vez se escapaba por la banda izquierda sin que De Marcos, poco o nada ayudado por Williams, pudiera perseguir m¨¢s que su sombra. En el centro del campo, Fran Rico, Rub¨¦n P¨¦rez y Javi M¨¢rquez se mostraban muy superiores a Be?at y San Jose, no solo en n¨²mero , sino tambi¨¦n en organizaci¨®n.

Y en ese caos de faltas y pelotazos pudo sin embargo el Athletic empatar el partido un segundo antes de que Del Cerro Grande pitara el final del primer acto. Andr¨¦s Fern¨¢ndez, en su ¨²nico error, se trag¨® un libre indirecto de Be?at y Aduriz remat¨® a placer , pero la pelota golpe¨® en Ruben P¨¦rez que evit¨® que el error de su portero acabase como el error de Laporte. Entre medio, un bocadillo de nada, solo aderezado por la sal de Success y la pimienta del joven venezolano Pe?aranda entregado a una pelea sin descanso.

Mejor¨® el Athletic en la segunda mitad. Ya aparec¨ªa Williams, gobernaba Be?at y Aduriz encontraba m¨¢s socios con los que compartir la pelota. Williams exigi¨® lo mejor de Andr¨¦s Fern¨¢ndez tras un gran pase de Aduriz que poco despu¨¦s cabeceaba un c¨®rner al poste y posteriormente el portero del Granada repel¨ªa el reate de San Jos¨¦. Flaqueaba el Granada, m¨¢s encogido en su campo hasta que lleg¨® el segundo gol y el Athletic entendi¨® el mensaje: hab¨ªa descarrilado en Los Carmenes despu¨¦s de su trayecto placentero en la Liga.

Hasta la ¨²ltima jugada, otro segundo antes de que Del Cerro Grande se?alara el final del partido, fue un homenaje al descarrilamiento: un bal¨®n que se colaba en la porter¨ªa de Andr¨¦s lo sac¨® Laporte al intentar remacharlo. Una mala tarde a tiene cualquiera. La buena la tuvo Success que, ya roto, fue ayudado por De Marcos, su v¨ªctima. Nobleza obliga.