Neymar y Su¨¢rez animan a Messi, que marc¨® ante la Real Sociedad

Vive el Bar?a d¨ªas de vino y rosas, su obra pasa por un momento cumbre y juega tan bien al f¨²tbol que sus retos ya no consisten en ganar los partidos, ni siquiera por goleada, sino que ahora se empe?a en asuntos familiares como el de procurar que no falte nunca el tanto de cada uno de sus delanteros, y menos el de Messi. La productividad de Neymar y Luis Su¨¢rez es tan escandalosa que ayer no pararon hasta que marc¨® el 10. Ocurri¨® en la ¨²ltima jugada de una deliciosa tarde oto?al amenizada por los laterales Alves y Mathieu, y por Iniesta. Hubo un momento en que el gol de Messi se convirti¨® en un asunto de Estado.

La victoria se daba por descontada en el estadio, y tambi¨¦n que anotar¨ªan Neymar y Su¨¢rez, autores de 14 y 12 dianas en la Liga. Al completo partido azulgrana, sin embargo, le segu¨ªa faltando el gol de Messi, igual que pas¨® en el cl¨¢sico, cuando el tanto m¨¢s comentado fue el no gol de Piqu¨¦. As¨ª de endog¨¢mico es el Bar?a. Los delanteros han formado una sociedad tan arm¨®nica que parecen ser tres en uno, igual de importantes y decisivos, aunque respetuosos con una jerarqu¨ªa que concede el n¨²mero 1 a Messi. Y la mejor manera de rendir pleites¨ªa al 10 es regalarle un gol.

El Bar?a est¨¢ de moda y su marca se expande por el mundo y por la Liga. Los clubes buscan entrenadores que conozcan la f¨®rmula azulgrana, igual que fuera la de la Coca-Cola, y la aplican en sus equipos, como la Real, que ha sustituido a un escoc¨¦s caprichoso de nombre Moyes por el fino Eusebio, exjugador de Cruyff, ayudante de Rijkaard, exreponsable del Mini, un t¨¦cnico que siempre aguard¨® poder sentarse un d¨ªa en el banquillo del Camp Nou. El Barcelona le despidi¨® a deshora por ser demasiado buena persona en un filial plagado de escolares indisciplinados y Eusebio ha recalado en San Sebasti¨¢n.

Aunque solo van dos partidos desde el cambio, la Real ya es un equipo m¨¢s aseado, acad¨¦mico y creativo, respetuoso con el talento de jugadores de la talla de Granero, Xabi Prieto, Rub¨¦n Pardo y Canales. Incluso Vela parece haberse olvidado del soccer y la NBA. Los donostiarras se aplicaron en la presi¨®n y la posesi¨®n y no dejaron que el Bar?a saliera de su cancha hasta los 2m y 15s de partido, cuando Rulli le sac¨® un remate de gol a Luis Su¨¢rez. Ocurre que el estilo barcelonista se actualiza y ahora mismo pasa en el cuarto tomo, el de Luis Enrique, evolucionado respecto al de Guardiola, Rijkaard, Cruyff.

Los delanteros han formado una sociedad tan arm¨®nica que parecen ser tres en uno, igual de importantes y decisivos, aunque respetuosos con una jerarqu¨ªa que concede el n¨²mero 1 a Messi

La fusi¨®n funciona moment¨¢neamente de maravilla, y el Bar?a domina la mayor¨ªa de registros futbol¨ªsticos, especialmente el de las transiciones que se apoyan en el v¨¦rtigo, la mejor f¨®rmula para responder al juego de control de la Real. Los azulgrana actuaron con velocidad, profundidad y precisi¨®n, de manera que cada una de sus llegadas fue tan selectiva como definitiva, imposibles de defender para la Real. Rulli, un portero espl¨¦ndido en el mano a mano y en el achique de espacios, redujo los disparos a quemarropa de Su¨¢rez y Neymar. Pero nada pudo ante un cabezazo de Iniesta ¡ªal palo¡ª y los centros de Alves.

Juego por las bandas

Las estupendas asistencias del lateral derecho merecieron una respuesta extraordinaria de Neymar y Su¨¢rez. El brasile?o se anticip¨® a Elustondo y atac¨® el bal¨®n con la zurda hasta colocarlo en la cruceta izquierda del marco de la Real y el uruguayo cruz¨® el bal¨®n con una volea tan pl¨¢stica como la de martes contra la Roma, se?al del estado de gracia que vive el 9, goleador en los ¨²ltimos siete encuentros, ovacionado por la hinchada del Camp Nou. El tiro de Su¨¢rez result¨® tan bello como la comba de Alves y el pase previo para abrir el juego de Iniesta.

Las estupendas asistencias de Alves merecieron una respuesta extraordinaria de Neymar y Su¨¢rez

La Real no pudo reponer fuerzas ni con el descanso de por medio, de manera que se expuso a la goleada en cuanto le fallaron las fuerzas, derrengada por el derroche f¨ªsico que exig¨ªa su propio plan, basado en la presi¨®n alta, y el f¨²tbol del Bar?a, a veces directo y vertical, excelente en el dominio de la f¨®rmula espacio-tiempo y en ocasiones exquisito por el toque y las aceleraciones de jugadores t¨¦cnicamente asombrosos como Iniesta y Messi. La secuencia del 3-0 fue la misma que las del 1-0 y 2-0 con la diferencia que el centro lo puso Mathieu y no Alves, y quien remat¨® volvi¨® a ser Neymar despu¨¦s de la apertura del mismo Iniesta.

El partido pareci¨® que se acababa entonces, por la rueda de cambios, por las tarjetas con las que se carg¨® la Real y por la calma chicha del Bar?a que oblig¨® a una excelente intervenci¨®n de Bravo a tiro de Bruma. Hasta que se reenganch¨® Messi, como si no quisiera ser menos que Su¨¢rez y Neymar, s¨ªmbolos hoy del mejor Bar?a. Advirti¨® el 10 que quer¨ªa marcar un gol y empez¨® a rematar hasta que la pelota dio en el travesa?o de Rulli. Y como no pod¨ªa por s¨ª solo, en su ayuda acudieron sus dos amigos delanteros, especialmente Neymar, que le puso el cuero en la punta de la bota para que la empujara a gol: 4-0.

El equipo quiere hacer part¨ªcipe de su felicidad al reaparecido Messi. El ¨¦xito del Bar?a pasa por la buena convivencia del tridente y de ah¨ª el inter¨¦s de Su¨¢rez y Neymar por ratificar la complicidad con el 10. Los mejores equipos se han destruido por una cuesti¨®n de celos y en pocos clubes se han dado m¨¢s fratricidios que en el Bar?a. No extra?a por tanto el inter¨¦s del Camp Nou por mantener el idilio Neymar-Su¨¢rez-Messi despu¨¦s que nadie haya dado de momento con el ant¨ªdoto anti Bar?a.