Los goles alivian a un mal Bar?a
Leo Messi firma la victoria de un equipo azulgrana irreconocible en la primera parte despu¨¦s del gol inicial de Munir
Ya escarmentado en Mestalla y Cornell¨¤, y retratado por el empate cedido ante el Deportivo, el Bar?a solucion¨® con m¨¢s oficio que f¨²tbol un dif¨ªcil partido en M¨¢laga. Ocurre cuando el calendario se aprieta y la Copa y la Champions alternan con la Liga. Las rotaciones son traicioneras, el entrenador no da siempre con la alineaci¨®n y los partidos se complican si el adversario es una fiera como el M¨¢laga. Ninguno de los aspirantes, o de los mejores equipos, ha tenido un encuentro f¨¢cil ante el plantel de Javi Gracia. Al Barcelona le redimi¨® la abundancia de recursos y su capacidad para corregirse despu¨¦s de regalar medio partido pese contar con un gol de ventaja nada m¨¢s saltar al c¨¦sped de la Rosaleda.
M?LAGA, 1 ¨C BARCELONA, 2
M¨¢laga: Kameni; Rosales, Angeleri, Weligton (Duda, m. 83), Torres; Juanpi, Recio (Fornals, m. 69), Camacho, Chory Castro; Cop (Santa Cruz, m. 80) y Charles. No utilizados: Ochoa; Albentosa, Horta y Tissone.
Barcelona: Bravo; Aleix Vidal, Mascherano, Vermaelen (Mathieu, m. 46), Adriano (Sergi Roberto, m. 73); Arda, Busquets, Iniesta; Messi, Su¨¢rez y Munir (Rakitic, m. 56). No utilizados: Ter Stegen; Bartra, Dani Alves y Sandro.
Goles: 0-1. M. 1. Munir. 1-1. M. 31. Juanpi 1-2. M. 51. Messi.
?rbitro: Clos G¨®mez. Amonest¨® a Charles, Vermaelen, Messi, Arda, Fornals y Duda.
La Rosaleda. Unos 25.000 espectadores.
Aunque no paran de salir noticias de Nolito, y a veces tambi¨¦n de Denis Su¨¢rez, futbolistas que Luis Enrique reclama en el mercado invernal para reforzar el ataque debilitado desde la salida de Pedro, el delantero que marca los goles del Bar?a se llama Munir. Pichichi de la Copa (5), Munir empuj¨® el bal¨®n a la red en La Rosaleda, como si siguiera la actualidad azulgrana, despu¨¦s que Luis Su¨¢rez rematara en posici¨®n dudosa una asistencia de Messi. La pelota dio en el culo de Kameni y, sobre la l¨ªnea de meta, qued¨® a merced del joven ariete, que puso la punta de la bota en silencio, para no molestar, m¨¢s resolutivo y menos presionado desde que se supone que ceder¨¢ su plaza de cuarto delantero a Nolito o Denis Su¨¢rez.
El gol fue tan r¨¢pido como sorprendente si se tiene en cuenta que no se hab¨ªa cumplido ni un minuto de juego y que los azulgrana solo hab¨ªan contado un tanto ¡ªVermaelen¡ª en los tres ¨²ltimos partidos con el M¨¢laga. Hubo quien quiso ver en el 0-1 la mejor recompensa para la ofensiva alineaci¨®n de Luis Enrique. Jugaban tres delanteros, Arda e Iniesta como interiores y en el lateral izquierdo reaparec¨ªa Adriano, un peligro para las dos porter¨ªas, tambi¨¦n para la de Bravo.
Quiz¨¢ era un buen plan para ganar, no para jugar a f¨²tbol, como se advirti¨® despu¨¦s que sacara de centro el M¨¢laga. No se recuerda una actuaci¨®n m¨¢s calamitosa del equipo de Luis Enrique como la oficiada hasta el descanso en La Rosaleda. Irreconocible, el equipo recul¨® hacia su porter¨ªa y los errores se sucedieron tan repetidamente que el gol se daba por supuesto por un error propio o un acierto ajeno: Juanpi empat¨® finalmente despu¨¦s que el cuero rebotara en Mascherano. El Jefecito fue el ¨²ltimo en ceder despu¨¦s de que ya se hubieran extraviado Bravo, los cuatro zagueros, Messi, Iniesta y hasta Busquets.
La intervenci¨®n del 10
La pelota no sal¨ªa de la cancha del Bar?a, desmontado por la presi¨®n alta del M¨¢laga. Los dos laterales sangraban, los centrales no atinaban a sacar la pelota y nadie conectaba con los interiores, menos con los delanteros, salvo en el minuto 43, cuando Messi fall¨® un gol seguramente porque se confi¨®, ido como parec¨ªa, espectador del juego del M¨¢laga, que atacaba como una manada de b¨²falos: los saques de esquina alternaban con los rebotes, los balones divididos y las acciones susceptibles de penalti, ninguna pitada por Clos G¨®mez. A falta de Piqu¨¦, la estructura defensiva result¨® especialmente fr¨¢gil, de la misma manera que ning¨²n futbolista asum¨ªa la carga ofensiva en ausencia de Neymar.
La falta de control de los azulgrana, aturdidos por su gol, reincidentes en las p¨¦rdidas, m¨¢s primitivos que nunca con el esf¨¦rico, contrastaba con la agresividad blanquiazul, significativa cuando interven¨ªa Vermaelen. El belga se convirti¨® en el foco del desastre y fue sustituido por Mathieu. Muy confundido, quer¨ªa ganar seguridad el Bar?a para elaborar mejor, acampar en cancha contraria, y recuperar su versi¨®n habitual, siempre condicionada por Messi. Jug¨® mejor sin que con Munir.
A partir de la racionalidad, el Bar?a recondujo el partido y lo decant¨® de nuevo a su favor con un gol acrob¨¢tico de Messi, que remat¨® de volea un centro de Adriano. El tanto seren¨® al Bar?a y sac¨® del encuentro al M¨¢laga. Luis Enrique quit¨® a Munir y puso a Rakitic para que Arda se situara como delantero, una manera de equilibrar a su equipo, asegurarse la posesi¨®n y focalizar el f¨²tbol en la cancha del M¨¢laga.
Aunque el M¨¢laga se entrega con gusto a la estrategia, m¨¢s con Duda y Santa Cruz, el Bar?a redujo el choque a un rondo solo alterado por dos tiros de Messi. No perdon¨® el Barcelona su segunda ventaja y desde la normalidad se apunt¨® un triunfo que brilla m¨¢s en el marcador y en la tabla que en el campo de la Rosaleda.
Bravo se queda sin r¨¦cord en el estreno de Munir
Bravo, que de una parte a otra pas¨® de jugar como un futbolista a sacar de meta como un portero cl¨¢sico, encaj¨® un gol despu¨¦s de mantener a cero su marco desde el partido con el Deportivo. En nueve encuentros los azulgrana solo hab¨ªan tomado dos goles, ambos en la Copa ¡ªCaicedo y Aduriz¡ª, defendida por Ter Stegen.
El M¨¢laga, que ha perdido dos partidos de los nueve ¨²ltimos, suma los mismos goles (16) que Neymar, sustituido por Munir, que cuenta cinco tantos en la Copa y se estren¨® en la Liga.
Ausente Neymar, el jugador que m¨¢s faltas recibe (93) y en m¨¢s goles participa (34 de los 92), el Bar?a no pudo alinear al tridente, que solo ha actuado en 13 de los 36 encuentros disputados.
Luis Enrique sum¨® su partido n¨²mero 24 como invicto y se sit¨²a a cuatro partidos del r¨¦cord de Guardiola (28).
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