El Villarreal empata con el Espanyol sobre la bocina
Musacchio resuelve en los compases finales un saque de esquina y certifica las tablas ante un Espanyol que trat¨® sin ¨¦xito dormir el duelo
Es ¨¦poca de cambio en el Espanyol, quiz¨¢ el m¨¢s en¨¦rgico y dr¨¢stico en su historia. Se ha dado el relevo en la presidencia, en la directiva y hasta en la publicidad de la camiseta, se despidi¨® hace unos d¨ªas entre sollozos el director deportivo y hace poco se apost¨® por Galca en el banquillo. Pero el juego blanquiazul hace tiempo que adquiri¨® su identidad, f¨²tbol de contras, v¨¦rtigo y prisas, y eso no se toca a no ser que se vaya por delante en el marcador porque alcanza para ensamblarse en Primera ¡ªpor m¨¢s que ahora la pretensi¨®n del mandatario chino Chen Yansheng sea ir a la Champions en tres a?os gracias a su solvente chequera¡ª y hasta para acorralar a un Villarreal que corri¨® mucho pero jug¨® poco, aunque lo suficiente para empatar a ¨²ltima hora tras un saque de esquina resuelto por Musacchio, que le gan¨® la posici¨®n a Diop aunque tambi¨¦n le agarr¨® con el brazo izquierdo para evitar que le disputara el salto.
ESPANYOL, 2 ¨C VILLARREAL, 2
Espanyol: Pau; Javi L¨®pez, ?lvaro, Roco, Duarte; Diop, Jordan; Burgui (V¨ªctor ?lvarez, m. 68), Asensio, Gerard Moreno; y Caicedo (Salva Sevilla, m. 42). No utilizados: Bardi; Abraham, Ciani, Fuentes y Mamadou.
Villarreal: Areola; Mario, Musacchio, Bailly (Bonera, m. 46), J. Costa; Dos Santos (Baptistao, m. 65), Bruno, Trigueros, Su¨¢rez; Soldado y Bakambu. No utilizados: Barbosa; Rukavina, Pina, Bonera, Nahuel y Castillejo.
Goles: 1-0. M. 3. Caicedo. 1-1. M. 23. Trigueros. 2-1. M. 39. Moreno. 2-2. M. 88. Musacchio.
?rbitro: P¨¦rez Montero. Amonest¨® a Jord¨¢, Jaume Costa, Moreno, Salva Sevilla y V¨ªctor ?lvarez. Expuls¨® a Moreno (m. 89).
Cornell¨¤-El Prat. 16.251 espectadores.
El duelo, sin demasiada pausa porque el Villarreal tambi¨¦n gusta del ataque vertical ¡ªaunque m¨¢s que por la v¨ªa directa opta por dotar de cierta seguridad a sus pases, diligentes y urgentes, que ocupan todas las l¨ªneas hasta el ¨¢rea rival¡ª, pareci¨® un asunto entre delanteros. En una esquina Soldado, fino, habilidoso en el juego de entrel¨ªneas y en las mezclas, tambi¨¦n en el punto final; y en la otra Caicedo, el primo de Zumosol, potencia pura y remate oportuno. Y los dos se salieron con la suya. Soldado, por ejemplo, entendi¨® que si bajaba a recibir instalaba la duda en los centrales del Espanyol, que no sab¨ªan si salir de sitio o pedir a los atareados mediocentros que les echaran un cable. Ni lo uno ni lo otro y tras un pase de Bruno, el 9 se marc¨® un taconazo tan delicioso como pragm¨¢tico para habilitar la ruptura de Trigueros, que defini¨® ante la media salida de Pau. Era el empate porque la primera palabra, nada m¨¢s abrir boca al encuentro, la hab¨ªa dicho Caicedo.
Fue, claro, en una jugada de esas hom¨¦ricas que tanto le van; le lleg¨® un pelotazo de Diop que meci¨® con el pecho y, a trompicones porque Bailly casi le arrebata el bal¨®n, dej¨® a tres rivales atr¨¢s para definir con la derecha. Y en una galopada similar, bien se pudo se?alar un penalti de Bailly sobre el ariete. Ah¨ª se acab¨® Caicedo porque sus herc¨²leos m¨²sculos le jugaron una mala pasada, por lo que debi¨® abandonar el c¨¦sped.
Juego de bandas
Descartadas las posesiones largas ¡ªalgo extra?o en un equipo con tan buen pie para el f¨²tbol como el de Marcelino¡ª, ambos se volcaron por los costados. En el Villarreal ped¨ªan paso por la izquierda un Denis Su¨¢rez que agitaba el partido desde su parcela y que se apoyaba en Jaume Costa, pertinaz en doblarse y en sacar centros con veneno que despej¨® a tiempo la zaga blanquiazul. Y en el Espanyol se subrayaba Asensio por la derecha, siempre elegante en la conducci¨®n y en el pase; y se reivindicaba Burgui por la izquierda, profundo, un tanto chup¨®n pero habilidoso al fin y al cabo, puesto que se invent¨® un disparo desde la frontal del ¨¢rea que s¨®lo el poste se atrevi¨® a escupir y despu¨¦s un centro a los dominios de Areola que hizo la estatua entonces y tambi¨¦n cuando Moreno puso la bota para marcar.
El tanto desnort¨® al Villarreal, afectado por las ans¨ªas explicadas en malos pases y peores controles, en ataques est¨¦riles y nervios en la composici¨®n desde atr¨¢s. Lo contrario al Espanyol, que no negoci¨® en su acoso intenso tras p¨¦rdida y que hasta se despleg¨® con parsimonia con la idea de cantarle una nana al duelo. Pero les sali¨® rana la artima?a porque cuando ya se cre¨ªa que la primera piedra del nuevo proyecto llegar¨ªa con un triunfo bajo los brazos, apareci¨® Musacchio y su cabeza. Agua helada para el Espanyol y un caramelo para el Villarreal.
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