La tristeza le gana a la alegr¨ªa en el mejor equipo espa?ol
El mi¨¦rcoles se presenta el Movistar sin Adriano Malori, hospitalizado en Argentina, y con Dayer Quintana, victorioso en el Tour de San Luis
El mi¨¦rcoles se presenta en la sede central de Telef¨®nica el equipo Movistar, que no estar¨¢ completo, ni completamente alegre.
Llegar¨¢n a Madrid, donde les espera la prensa de medio mundo, 26 ciclistas. Llegar¨¢n de correr desde Australia fascinados por el nuevo velocista misil, Caleb Ewan, a quien cuando esprinta le cuelga la lengua casi sobre la rueda delantera de su bici, y de Argentina, con el jet lag cerrando sus ojos, o de entrenarse en sus casas, y todos, hasta Dayer Quintana, el colombiano que deber¨ªa estar feliz por su victoria en el Tour de San Luis, con el ¨¢nimo pesado recordando a su compa?ero Adriano Malori, italiano de Parma como la cartuja y el queso, el 27? corredor del equipo, que se qued¨® hospitalizado en Buenos Aires, despertando poco a poco de un coma inducido despu¨¦s de sufrir una tremenda ca¨ªda el viernes pasado.
¡°Est¨¢ evolucionando tan bien en la UCI del hospital de San Luis¡±, dicen en su equipo, ¡°que pensamos que lo podremos trasladar antes de lo previsto a un hospital de Buenos Aires donde le podr¨¢n efectuar ex¨¢menes m¨¢s precisos en el cerebro con su esc¨¢ner de contraste. Somos optimistas, y no creemos que le queden secuelas de la ca¨ªda, aunque no se podr¨¢n descartar completamente hasta pasado un tiempo¡±. Junto a ¨¦l, acompa?¨¢ndolo, se quedar¨¢n su novia, Elisa, que vol¨® desde Italia, y el m¨¦dico del Movistar, Jes¨²s Hoyos. Cuando est¨¦ apto para un vuelo largo, Malori, que el jueves cumplir¨¢ 28 a?os, regresar¨¢ a Italia, donde se operar¨¢ de la fractura de clav¨ªcula que se produjo, junto al traumatismo craneal, en la terrible ca¨ªda.
Cuando se cay¨® Malori, despu¨¦s de que una rueda de su bicicleta se introdujera en una grieta en el cemento de la carretera, su cabeza se golpe¨® fuerte contra el suelo, y se qued¨® tumbado inconsciente, sin responder a ning¨²n est¨ªmulo, los p¨¢rpados rojos y un gran hematoma en la parte derecha del rostro, y los ciclistas que se levantaban detr¨¢s de ¨¦l, pues medio pelot¨®n acab¨® en el cemento, se quedaban p¨¢lidos cuando le adelantaban, y tem¨ªan lo peor. Lo cuenta su compa?ero de equipo y de habitaci¨®n Fran Ventoso, que no duerme desde entonces y recuerda que Adriano iba a su espalda, y marchaban a 65 por hora. A su rueda iba Nairo Quintana, quien tambi¨¦n se cay¨® pero apenas se hizo un rasgu?o en un brazo, y detr¨¢s m¨¢s compa?eros de equipo. Solo se libraron de la ca¨ªda Ventoso y Dayer, el hermano peque?o de Nairo, para quien trabajaba Malori y que al d¨ªa siguiente, el s¨¢bado, en el Alto del Filo de la Sierra de Comechingones, alcanzar¨ªa el maillot verde de l¨ªder. La hab¨ªa guiado Malori en el llano, y en la monta?a le protegi¨® del viento de cara y de los ataques de su compatriota Miguel ?ngel Superm¨¢n L¨®pez su hermano Nairo, tan feliz como ¨¦l por su ¨¦xito y tan apesadumbrado por el recuerdo del compa?ero de Parma, tan querido.
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