El Celta castiga al Atl¨¦tico
El conjunto gallego aprovecha los errores defensivos de un extra?o cuadro rojiblanco y alcanza las semifinales de la Copa del Rey
El Celta castig¨® los errores defensivos de un desconocido Atl¨¦tico y se clasific¨® con todos los merecimientos para las semifinales de la Copa. Si en Vigo ya dio muestras de su ambici¨®n, en el Calder¨®n tampoco se arrug¨®. Supo aguantar los embates de su rival y le machac¨® en cada ocasi¨®n que pudo. Al equipo de Simeone no le van los partidos abiertos. Le exponen demasiado y le desvirt¨²an la gran solidez defensiva que hasta anoche le manten¨ªa vivo en todas las competiciones. Los tres goles que recibi¨® fueron fruto de despistes inusuales. Groseros para un equipo que ha hecho del lema de la porter¨ªa a cero un acto de fe inquebrantable y primordial. La eliminaci¨®n es un varapalo por la condici¨®n de favorito y la tradici¨®n copera de su historia.
El Celta ven¨ªa a por el partido y la eliminatoria y se la llev¨® marcando tres goles, un registro que parec¨ªa imposible endos¨¢rselo al Atl¨¦tico. Supo manejarse con y sin la pelota, con un futbolista como Orellana, capaz de dominar el juego desde un costado. Siempre listo para ocupar los espacios y elegir el pase m¨¢s da?ino.
Ten¨ªa el equipo gallego la cita en la cabeza de su entrenador. No se sabe si se ten¨ªan m¨¢s ganas los entrenadores, enfrentados por el expolio de Augusto, o los jugadores, aleccionados para una batalla f¨ªsica sin cuartel. No hubo futbolista en el campo que no hiciera un sobreesfuerzo en la presi¨®n. El partido fue espasm¨®dico. Jugado a los golpes del marcador que propician las eliminatorias coperas hasta que termin¨® roto.
El ritmo fue infernal desde el primer momento. En esa din¨¢mica el partido fue ense?ando protagonistas. El primero Sa¨²l, dominador durante muchos minutos del inicio de un juego tan impulsivo como a veces impreciso. Se impuso Sa¨²l por su despliegue y por zancada. Puede que a¨²n no est¨¦ para llevar la manija del equipo, pero la continuidad de la que goza le est¨¢ dando la confianza necesaria para descolgarse en ataque y lastimar al contrario. Suyas fueron dos internadas que amenazaron la porter¨ªa de Rub¨¦n. Griezmann y Carrasco acompa?aron bien a Sa¨²l en esos intentos de romper la defensa del Celta, con movilidad y disparos.
Era m¨¢s el partido del Atl¨¦tico cuando Guidetti caz¨® un bal¨®n largo a un costado y rompi¨® a God¨ªn. La jugada termin¨® en un saque de esquina que castig¨® a los rojiblancos. Pablo Hern¨¢ndez se aprovech¨® del doble fallo de God¨ªn y Gabi para rematar de cabeza cruzado sin oposici¨®n. La celebraci¨®n de Berizzo delat¨® esa cuenta pendiente que tiene con Simeone. As¨ª fue en cada gol.
Solo Griezmann
Aceler¨® y se aceler¨® el Atl¨¦tico necesitado ya de dos goles. Encontr¨® respuesta al borde de la media hora en una jugada muy de Carrasco. El belga se fue de fuera hacia adentro para acomodarse un disparo potente que rechaz¨® Rub¨¦n y empuj¨® Griezmann. El franc¨¦s sigue siendo la ¨²nica garant¨ªa de gol de su equipo. Un problema que no acaba de resolver ni Simeone, ni Vietto, ni ninguno de los delanteros. Con esa carest¨ªa arriba la temporada se le puede hacer muy larga a los rojiblancos. M¨¢s cuando el sistema defensivo no cumple, como sucedi¨® anoche. Correa, en el tiempo que jug¨®, se postul¨® como acompa?ante de Griezmann. Esa noria de socios del franc¨¦s no acaba de consolidar el ataque rojiblanco.
Con el partido y la eliminatoria empatadas se lleg¨® al descanso, en el que Berizzo tuvo que cambiar de portero por la lesi¨®n de Rub¨¦n. La reanudaci¨®n mostr¨® a ese Atl¨¦tico extra?o, fr¨¢gil cuando los espacios abundan. Un pase corrido a la espalda de God¨ªn que Guidetti estrell¨® contra Moy¨¢ denot¨® ese s¨ªntoma de que a campo abierto los de Simeone sufren. Fue el propio Guidetti, tras una p¨¦rdida entre Gabi y Sa¨²l el que empez¨® a sentenciar la eliminatoria. A la carrera solt¨® un derechazo desde 25 metros que revent¨® la escuadra izquierda de Moy¨¢. Con tres goles que remontar, Simeone tir¨® del efecto Correa. Nada m¨¢s salir escarb¨® huecos por el centro y envi¨® un potente disparo al larguero. Al poco, Pablo Hern¨¢ndez cabece¨® tambi¨¦n en solitario un centro desde la derecha que cerr¨® la eliminatoria. Acababa de entrar en el campo ?liver, pero ese tercer tanto puso demasiada distancia. Pele¨® el Atl¨¦tico con orgullo hasta el final, pero solo le sirvi¨® para que Correa acortara distancias al final y se reivindicara como el pr¨®ximo acompa?ante de Griezmann.
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