El baloncesto espa?ol se enreda con los papeles
Los pasaportes falsos alertan sobre el descontrol en los despachos y avivan el debate sobre las canteras
Marcus Slaughter es de San Leandro, California; Andy Panko, de Harrisburg, Pennsylvania. Son dos de los cientos de jugadores estadounidenses que se ganan la vida en Europa. Sus destinos se cruzaron la pasada temporada. Ambos tramitaron a trav¨¦s de su agencia de representaci¨®n sendos pasaportes de Guinea Ecuatorial. Obtenerlos fue cosa r¨¢pida. Slaughter lo aport¨® y el Real Madrid pudo inscribirle como Cotonou, como si fuera un comunitario m¨¢s. Ello permiti¨® al Real Madrid, en febrero de 2015, ocupar sus dos plazas de jugadores extranjeros con el mexicano Ay¨®n y el argentino Campazzo.
El problema es que, cuando se tramitaron las fichas de Slaughter y Panko, la Federaci¨®n Espa?ola repar¨® en que el n¨²mero de sus pasaportes guineanos era el mismo. Ahora, un juzgado de Madrid investiga si Slaugther y Panko cometieron un delito de falsedad en documento p¨²blico. La Asociaci¨®n de Clubes (ACB) y el Barcelona ¡ªque cuando Slaughter utiliz¨® el pasaporte en cuesti¨®n perdi¨® la Copa y la Liga ante el Madrid¡ª se han personado en la investigaci¨®n, como antes lo hab¨ªan hecho el Fuenlabrada, el equipo entonces de Panko, y la Asociaci¨®n de Baloncestistas Profesionales (ABP).
No defendemos por defender al jugador espa?ol, sino de que los aficionados puedan sentirse m¨¢s identificados con sus equipos¡± Alfonso Reyes, presidente de la Asociaci¨®n de Baloncestistas
¡°Lo que nos ocupa es que se llegue hasta las ¨²ltimas consecuencias y que se castigue a los autores del delito, porque he hablado con los jugadores y ellos ni lo sab¨ªan¡±, explica Alfonso Reyes, presidente de la ABP. ¡°Lo que nos preocupa es que se pudieran burlar los controles, y que, adem¨¢s, desde que la Federaci¨®n lo alert¨®, la ACB haya seguido la pol¨ªtica de mirar hacia otro lado¡±.
Los pasaportes expr¨¦s se obten¨ªan hace a?os aprovechando las facilidades que conced¨ªan pa¨ªses como Bulgaria o Georgia, o a trav¨¦s de matrimonios de conveniencia. En los ¨²ltimos tiempos se ha aprovechado el acuerdo Cotonou, de intercambio comercial y de asistencia firmado en 2000 entre la Uni¨®n Europea y los estados de ?frica, el Caribe y el Pac¨ªfico.
Discusi¨®n sobre cupos
En paralelo, la ABP firm¨® un acuerdo de cupos con la ACB. Cada equipo debe contar al menos con cuatro jugadores de formaci¨®n, y como tal se entiende a todo aquel comunitario y/o asimilado formado deportivamente en Espa?a. Por ejemplo, se considera as¨ª a jugadores como el sueco Hakansson o el montenegrino Todorovic. La ABP tiene recurrido aquel convenio, que ya ha vencido y debe ser renegociado. Considera como ¡°un decretazo¡± del presidente del Consejo Superior de Deportes, Miguel Cardenal, que el cupo se rebajara de cinco a cuatro jugadores de formaci¨®n. Este concepto, seg¨²n la ABP, se debe redefinir. Considera que a muchos extranjeros les basta con poco tiempo en la cantera de un club espa?ol para obtener esa consideraci¨®n. ¡°Es una cuesti¨®n de voluntad de los clubes¡±, mantiene Reyes. ¡°No tratamos de defender por defender al jugador espa?ol, sino de que los aficionados puedan sentirse m¨¢s identificados con sus equipos e identifiquen tambi¨¦n a los rivales¡±.
Al mismo tiempo, deben ser tenidos en cuenta los derechos de libre circulaci¨®n de los trabajadores y ciudadanos del espacio europeo. ¡°Se deben controlar los pasaportes, por supuesto, pero ?qui¨¦n es nadie, por ejemplo, para decir que el Congo no puede naturalizar a Wallace o Azerbay¨¢n a Carroll?¡±, concluye un directivo de una agencia de jugadores. ¡°La sobreprotecci¨®n de los espa?oles tampoco ayuda mucho, y va en contra del mejor espect¨¢culo del mundo y de la normativa de la UE¡±, concluye.
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