El Athletic exprime al Madrid
Los de Zidane resuelven un partido estupendo ante un decidido y valiente rival
Hay victorias de alcance, como la del Madrid ante un bizarro Athletic, que jug¨® en el Bernab¨¦u con garbo y aplomo. En Chamart¨ªn, esta vez no hubo el pase¨ªllo de rigor para los blancos. Ni siquiera cuando Cristiano mantuvo el guion local de las ¨²ltimas jornadas con un gol madrugador. El equipo vasco no estaba dispuesto a rumiar la derrota sin m¨¢s, por predecible que fuera. Se despleg¨® con valent¨ªa, acept¨® un pulso en las ¨¢reas y plante¨® un duelo esgrimista. Una apuesta de grandeza que exigi¨® lo mejor del Madrid, obligado a estar en alerta hasta el ¨²ltimo suspiro, cuando de nuevo abri¨® la cartuchera CR. En La Castellana, el portugu¨¦s a¨²n mantiene el mazo. Entre unos y otros, el resultado fue un partido estupendo, macizo siempre, estilista por momentos. Un reto acorde con un cl¨¢sico, como as¨ª deben subrayarse los encuentros entre Athletic y Real Madrid, por m¨¢s que las esencias de unos y otros les hayan distanciado con el paso de los tiempos.
Tantas veces pacato en Chamart¨ªn, sabedor de lo que supone su singularidad frente a uno de los mayores emporios del planeta, esta vez el Athletic reneg¨® de ser un paria. Con Valverde no hay achique que valga. En la plantilla hay un cesto notable, una mezcla de eternos en plenitud, como Aduriz e Iraizoz, chicos ya cuajados, como Be?at y De Marcos, y una a?ada de noveles con vuelo como Sabin Merino y Lekue. Incluso sin Williams y San Jos¨¦, sancionados, la cuadrilla rojiblanca compiti¨® muy bien, con orgullo. El tanto de apertura de CR, que sac¨® de rueda a Etxeita y dinamit¨® la pelota en una escuadra, result¨® enga?oso. Nada que ver con la trama de los ¨²ltimos tr¨¢nsitos por el Bernab¨¦u.
Decido a encapotar al Madrid, el conjunto visitante acogot¨® cuanto pudo a su rival en el per¨ªmetro de Keylor Navas. El Athletic quer¨ªa alejar al adversario, trabar su circulaci¨®n de puerta a puerta. Dejaba la suya abierta, pero era su ¨®rdago para el do de pecho. Especialmente en el primer acto, no hubo madridista que pudiera permitirse una sobremesa. Del paso al frente del Athletic lleg¨® el empate. Eraso achuch¨® a Varane, que no hizo migas con Keylor, y el navarro aprovech¨® el desatino. El gol alter¨® al central franc¨¦s tanto como hab¨ªa quedado tocado Etxeita en el que abri¨® el marcador. CR le busc¨® las cosquillas en m¨¢s de una ocasi¨®n.
De larguero a larguero, el partido iba golpe a golpe, con el medio campo minado por el embudo del Athletic. El meollo estaba en las ¨¢reas, donde no ten¨ªan respiro Iraizoz y Keylor, silbaban las balas. El portero rojiblanco fue capital en dos asaltos de Kovacic y Danilo, novedades de Zidane. El croata, chisposo, no perdi¨® plano y se ofreci¨® y se ofreci¨® como auxiliar de todos. Y ello sin perder de vista ambas porter¨ªas. Un joven con recorrido, buen complementario por ahora. Danilo recuper¨® su banda, la derecha, a costa de Carvajal, exiliado a la izquierda. Pese a no patinar como en otras ocasiones, de nuevo dej¨® menos huella que el canterano. El fogoso y punzante lateral que se vio en Oporto est¨¢ por llegar, si llega.
Al traj¨ªn de Iraizoz no era ajeno Keylor, imposible cuando te merodea alguien como Aduriz, cuyo poso con los a?os es extraordinario, un caso primordial en cualquier simposio futbolero. Un cabezazo suyo hizo tragar saliva al meta local, que respondi¨® de maravilla. Pero este ariete tambi¨¦n tiene pies, y un complicado remate se le fue al larguero tras asistencia de Balenziaga. Pero este delantero tambi¨¦n tiene f¨²tbol, no solo es un subsidiario del gol. Con el tiempo ha ganado sabidur¨ªa en otros paisajes, tiene otra panor¨¢mica y se puede contar con ¨¦l para trenzar el juego.
El partido estaba en ebullici¨®n, intenso, precioso, cuando James caz¨® un zurdazo desde la frontal. Un gol acorde al espect¨¢culo. M¨¢s que un disparo fue un estallido, imposible para Iraizoz. Otro gui?o del colombiano, poco a poco reanimado en la era Zidane. A un paso del intermedio, el Madrid teji¨® una jugada sutil, toque a toque, como demanda el t¨¦cnico franc¨¦s. Hasta que CR filtr¨® el bal¨®n para Kroos, grapado en la zona caliente del rival, por donde no acostumbra a dejarse la suela. El alem¨¢n limpi¨® la red del Athletic. Adem¨¢s de por la punter¨ªa, excelentes noticias para el Madrid: Modric, James y Kroos han marcado en los dos ¨²ltimos partidos. Todo equipo necesita el gol extra de su columna de centrocampistas.
Ni con el 3-1 se afloj¨® del todo el Athletic, que aun con menos dep¨®sito por su derroche del primer tramo, mantuvo el pulso. El Madrid, advertido del peligro, quiso templar. Modric se sacudi¨® algo el nudo al que le hab¨ªan sometido Be?at e Iturraspe, y socorri¨® a Kovacic y Kroos a la hora de gobernar el juego. Los muchachos de Valverde no recularon, aunque les falt¨® mayor picante ofensivo. La tuvo Aduriz, pero se le anticip¨® Navas. El Madrid no estaba del todo a salvo. Menos cuando al colegiado le dio por expulsar a Varane por dos tarjetas similares, ambas por esa dichosa y confusa acci¨®n de los saltos con p¨¦rtiga. En ninguno golpe¨® al contrario, sino que cogi¨® impulso con los brazos. El celo arbitral le conden¨®. Al mal trago respondi¨® CR, ya con el maratoniano De Marcos desplomado, s¨ªmbolo del extenuante partido rojiblanco. Cuando Elustondo certific¨® el 4-2 ya solo sirvi¨® para rebajar la goleada. Lo mereci¨® el Athletic. Lo sud¨® el Madrid, forzado como muy pocas veces en Chamart¨ªn. Un triunfo de valor. Una derrota sin reproches. Un partido de altura.
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