Espa?a arrolla a Rusia y se proclama campeona de Europa de f¨²tbol sala

Espa?a ten¨ªa una cuenta pendiente y la cobr¨® ayer en el Kombank Arena de Belgrado. La selecci¨®n escogi¨® el m¨¢s ¨¦pico de los escenarios y venci¨® en la final a su verdugo de la ¨²ltima Eurocopa, Rusia. Los de Venancio L¨®pez vencieron con comodidad y se coronaron campeones de Europa. Es su s¨¦ptimo europeo, tantos como goles consigui¨® ayer.

El t¨ªtulo evidencia el potencial futbol¨ªstico de Espa?a, que lleg¨® al torneo con las bajas de jugadores emblem¨¢ticos como Aicardo, Fernandao o Lozano, pero que encontr¨® relevos de garant¨ªas en ?lex y Miguel¨ªn, ambos m¨¢ximos goleadores del campeonato. El mallorqu¨ªn se reivindic¨® con un hat-trick y se llev¨® la Bota de Oro por su mayor n¨²mero de asistencias.

Los de Skorovich salieron a empujar, a espesar el juego espa?ol con firmeza rusa y ardor brasile?o. Jugadores habilidosos como Robinho o Lyskov fueron los primeros en buscar el golpe a golpe, pero La Roja, ayer de blanco, se supo mover como nadie en aquel oleaje de tensi¨®n y rigidez. Miguel¨ªn respondi¨® a un latigazo de bienvenida de R¨®mulo con una chilena que solo pudo rechazar el larguero. Alarg¨® el tanteo Lyskov con una volea que sac¨® un pie providencial de Sedano.

La igualdad emocional desemboc¨® en un torrente de juego de los de Venancio L¨®pez tras el gol de ?lex. A partir de ah¨ª la tirantez se deshizo y la calidad de los Miguel¨ªn, Pola y compa?¨ªa fluy¨® por el parqu¨¦ serbio. Espa?a creci¨® y su dominio estall¨® a falta de cinco minutos del descanso: Pola maximiz¨® dos errores defensivos de la guardia rusa y entre tanto y tanto Rivillos aprovech¨® un buen pase de Ortiz. R¨®mulo orient¨® a cinco segundos del entretiempo el camino de la remontada, pero su gol no encontr¨® continuidad.

Ante la solidez defensiva de Espa?a, Skorovich no dud¨® a falta de 13 minutos en colocar a su goleador como portero-jugador, pero la idea no dio sus frutos. Espa?a puso un ojo al bal¨®n y otro al reloj, y cada vez que tuvo opci¨®n, agujere¨® la porter¨ªa hu¨¦rfana de los rusos. Miguel¨ªn, en dos ocasiones, y Rivillos, pusieron el dedo en la herida y sentenciaron una final que maquillaron dos golazos de Milovanov y Robinho. Este ¨²ltimo fue el fiel reflejo del juego de su selecci¨®n: brillante con el bal¨®n en los pies pero incapaz de infiltrarse en las l¨ªneas espa?olas. El brasile?o no supo perder y solt¨® una patada que no encontr¨® respuesta.

Pero La Roja estaba para otra cosa. Para festejar y celebrar su s¨¦ptima Eurocopa.