El Espanyol golpea mejor
Burgui, Gerard Moreno y Marco Asensio se lucen en el equipo blanquiazul ante un Sporting luchador pero desafortunado

Como si no tuvieran el precipicio de la Segunda bajo sus pies, el Sporting y el Espanyol rompieron a jugar en un partido precioso para los espectadores y desesperante para los entrenadores que fomentan el control. Se not¨® el ¨ªmpetu juvenil, abundante en los dos equipos, con celebraci¨®n final para el Espanyol, que tuvo el acierto necesario primero y la fortuna despu¨¦s, cuando el Sporting roz¨® el empate con dos remates al larguero y baj¨® los brazos tras un gol en propia puerta.
El partido confirm¨® que el f¨²tbol es un estado de ¨¢nimo. El del Espanyol estaba por los suelos antes de la victoria frente al Deportivo, que no s¨®lo salv¨® el cuello de Galca. Convenci¨® a sus jugadores que tienen juego de sobra en sus botas para no andar por la Liga con la angustia del descenso en los talones. Con futbolistas tan desequilibrantes como Gerard Moreno, Burgui y Marco Asensio, s¨®lo hace falta un m¨ªnimo de estabilidad defensiva para que lleguen los resultados.
El Espanyol estaba tan convencido de sus posibilidades que ni siquiera se inmut¨® cuando Carlos Castro inaugur¨® el marcador. El delantero de la cantera hab¨ªa fallado la primera, en un mano a mano que le gan¨® Pau L¨®pez, pero no desperdici¨® el regalo del portero espa?olista, que dej¨® a sus pies un despeje blando al centro de Isma L¨®pez. Fue un gol t¨ªpico de delantero en racha, como el que volver¨ªa a meter al Sporting en el partido, en el alocado arranque del segundo tiempo.
Como es casi norma en El Molin¨®n, el Sporting no fue capaz de administrar su ventaja. Ni siquiera con el cambio de esquema de Abelardo, que mand¨® al banquillo a Halilovic para jugar con dos delanteros, fue capaz de controlar el centro del campo. El goteo de llegadas del Espanyol no tuvo reflejo en el marcador hasta el minuto 41, pero mereci¨® la pena esperar. Porque Burgui firm¨® una obra de arte, recorriendo todo el frente de ataque como si no hubiese un pelot¨®n de defensas enfrente para lograr el empate.
El Espanyol estaba tan convencido de sus posibilidades que ni siquiera se inmut¨® cuando Carlos Castro inaugur¨® el marcador
Gerard Moreno, que hab¨ªa jugado bien y rematado mal en el primer tiempo, encontr¨® la inspiraci¨®n tras el descanso. Primero aprovech¨® el despiste de Luis Hern¨¢ndez, incapaz de contrarrestar un centro de Javi L¨®pez, para marcar desde cerca. Y 10 minutos despu¨¦s, rivaliz¨® con Burgui por el mejor gol del partido con una conducci¨®n por el pico derecho del ¨¢rea que culmin¨® magn¨ªficamente con un remate de zurda teledirigido a la red, digno de los que tantas veces hemos visto de Messi.
Con 1-3 parec¨ªa todo decidido, pero si algo distingue al equipo de Abelardo es su inconformismo. Con un estilo m¨¢s directo, sin tanta elaboraci¨®n como su rival, acort¨® distancias gracias a un cabezazo de Carlos Castro a centro de Jony, que en su d¨ªa m¨¢s gris apareci¨® en los dos goles de su equipo. Como si la inspiraci¨®n de Castro hubiese dejado seco a su compa?ero de ataque, Sanabria, el Sporting se qued¨® a un paso de la remontada. Porque el paraguayo fall¨® dos oportunidades clar¨ªsimas, la segunda con un remate al larguero en el ¨¢rea peque?a.
Rachid tambi¨¦n se encontr¨® con la madera en un centro-chut que sorprendi¨® a Pau. Y cuando El Molin¨®n lamentaba tanta desgracia, lleg¨® el golpe definitivo. Marco Asensio dirigi¨® la contra por la banda izquierda y busc¨® el pase de la muerte, que no lleg¨® a su destino porque se interpuso la pierna de Luis Hern¨¢ndez, que acab¨® en gol para completar su desafortunado partido. Quedaban 10 minutos y los jugadores del Sporting volcaron toda su desesperaci¨®n con entradas fuera de lugar, saldadas con varias tarjetas y la expulsi¨®n de Nacho Cases.
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