La fugacidad de los entrenadores de la liga argentina arrasa con el campe¨®n
Boca despide a Arruabarrena siete partidos despu¨¦s de ganar el ¨²ltimo campeonato local


En Argentina se repite una y otra vez que los entrenadores duran poco tiempo en sus cargos, pero casi ning¨²n club asume otra pol¨ªtica de contrataci¨®n. La fugacidad de los directores t¨¦cnicos se ha cobrado otra v¨ªctima este lunes cuando el presidente de Boca Juniors, Daniel Angelici, despidi¨® al ¡®m¨ªster¡¯ de su equipo, Rodolfo Arruabarrena, que hab¨ªa cerrado 2015 con la consagraci¨®n en la liga, despu¨¦s de tres a?os de sequ¨ªa del club, y que en 2016 solo hab¨ªa dirigido en siete partidos oficiales, con dos victorias, dos empates y tres derrotas.
La rotaci¨®n de los entrenadores en la Primera Divisi¨®n de Argentina es alta, pero no much¨ªsimo mayor a la de otros pa¨ªses. Por ejemplo, los clubes de la m¨¢xima categor¨ªa del f¨²tbol argentino tuvieron en los ¨²ltimos cinco a?os una media de 6,3 entrenadores. En Espa?a el promedio lleg¨® a 5,1. De todos modos, esa diferencia se nota en el trabajo diario de los ¡®DT¡¯.
¡°El f¨²tbol argentino es m¨¢s cruel que el espa?ol con los t¨¦cnicos. Ac¨¢ se creen que la soluci¨®n a todo es cambiar el t¨¦cnico¡±, opina Carlos Aimar, El Cai, que en su carrera dirigi¨® diez clubes, seis de Argentina, entre ellos Boca y San Lorenzo, y cuatro en Espa?a (Logro?¨¦s, Celta, Tenerife y Legan¨¦s). Aimar hab¨ªa protagonizado como entrenador alternativo uno de los ciclos m¨¢s largos de la liga argentina, el de Ferro Carril Oeste que dirig¨ªa Carlos Griguol entre 1979 y 1987. ¡°Si ¡®quer¨¦s¡¯ tener un proyecto serio, como m¨ªnimo 'necesit¨¢s' un a?o de trabajo. Si 'gan¨¢s' varios en partidos en dos meses, es m¨¢s casual que fruto del ¡®laburo¡¯ (trabajo). Pero los dirigentes de los clubes (en Argentina no son sociedades an¨®nimas sino asociaciones civiles cuyos socios votan a sus presidentes) quieren salvarse cuando los hinchas empiezan a insultar por las derrotas y entonces cambian al t¨¦cnico¡±, explica El Cai.
En Argentina llama la atenci¨®n la volatilidad de los entrenadores en los cinco clubes grandes. En los ¨²ltimos cinco a?os, Boca y River Plate contrataron a cuatro cada uno, pero Racing tuvo seis e Independiente y San Lorenzo, campe¨®n de la Copa Libertadores de 2014, llegaron a ocho. Newell¡¯s Old Boys, de Rosario, el club de la infancia de Lionel Messi, contrat¨® a diez, mientras que San Mart¨ªn, de San Juan, y Godoy Cruz Antonio Tomba, de Mendoza, usaron nueve entrenadores.
En Espa?a, Atl¨¦tico de Madrid y Athletic de Bilbao contrataron tres t¨¦cnicos en cinco a?os, mientras Barcelona y Real Madrid sumaron cuatro. Entre los clubes con m¨¢s ligas en su historia la excepci¨®n es Valencia, con ocho entrenadores desde 2011. Muchos equipos tuvieron seis, pero solo Granada lleg¨® a diez.
Arruabarrena, exdefensa del Villarreal, hab¨ªa llegado a la conducci¨®n t¨¦cnica de Boca a finales de 2014. En 2015 gan¨® la liga y la Copa Argentina, un trofeo de menor importancia. En 2016, comenz¨® la temporada con un empate en la Copa Libertadores, una derrota 0-4 ante San Lorenzo por el ¨²nico partido de la Supercopa argentina, otro certamen de relevancia dudosa, y un inicio mediocre en el torneo local, con dos victorias, un empate y una derrota, la ¨²ltima el pasado domingo en el cl¨¢sico con Racing. Precisamente, el Boca de El Vasco logr¨® casi el 75% de los puntos disputados, pero solo un cuarto de los dirimidos contra los grandes del f¨²tbol argentino. Y eso lo hundi¨®, sobre todo d¨ªas antes de que el xeneixe vuelva a enfrentarse ante la Academia en la Libertadores y frente a River en la liga. Guillermo Barros Schelotto, exatacante de Boca y exentrenador de Palermo, es el principal candidato a sucederlo.
¡°Para muchos hinchas la vida pasa porque su club gane o pierda el fin de semana, y entonces hay un salvajismo cuando no ¡®gan¨¢s¡¯, la gente te insulta por la calle y eso afecta al t¨¦cnico¡±, explica Aimar. ¡°Los dirigentes piensan que cambiando al ¡®DT¡¯, calman a la gente, pero los problemas pueden continuar. Si un dirigente contrata un t¨¦cnico y a los dos meses lo despide, ?se equivoc¨® el t¨¦cnico o el dirigente? Lo que primero se hace es dudar del entrenador, sin analizar si el plantel de jugadores es capaz de pelear por el campeonato¡±, a?ade Aimar, y recuerda sus ochos a?os consecutivos en Ferro. ¡°Con Ferro nos pas¨® que el equipo ven¨ªa del ascenso (Segunda) y lo sacamos dos veces campe¨®n, tres veces subcampe¨®n, generamos jugadores, pero era un club social con f¨²tbol, no hab¨ªa desesperaci¨®n por salir campe¨®n. Como est¨¢ la cosa, ahora veo imposible que se repita algo as¨ª, pero est¨¢ el ejemplo de Belgrano, que mantiene a su t¨¦cnico desde hace cinco a?os, Ricardo Zielinski, que le dio resultados y sac¨® jugadores de las inferiores (cantera)¡±, concluye Aimar.
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