El Bernab¨¦u ovaciona a Totti
El delantero italiano, de 39 a?os y un ¨ªdolo para los romanistas, se despide de la Champions en el Santiago Bernab¨¦u
Los hinchas de la Roma no van a ning¨²n sitio sin la pancarta (en realidad se parece m¨¢s a un trozo de s¨¢bana): ¡°No Totti no party¡±. Sin Totti no hay juerga. Anoche luc¨ªa en el Bernab¨¦u, en el sector de los visitantes, repleto y de lo m¨¢s ruidoso. Francesco Totti, el capit¨¢n, fue el hombre m¨¢s coreado cuando el speaker ley¨® las alineaciones. Totti, a sus 39 a?os, sigue siendo el capit¨¢n y el titular para los romanistas. Aunque no juegue de inicio y aunque el brazalete lo lleve otro (De Rossi cuando est¨¢, o Florenzi como contra el Real Madrid). Para los romanistas, Totti sigue siendo titular, aunque Spalletti no cuente con ¨¦l. Salvo para peque?os ratos de partido.
El club quiere convencerle para que cuelgue las botas y se quede con alg¨²n cargo
Anoche, el t¨¦cnico italiano, le dej¨® despedirse de la Champions. Le mand¨® a calentar despu¨¦s del primer gol del Madrid. Totti salt¨® al campo en el minuto 75, despu¨¦s del 2-0, con el partido finiquitado. El Bernab¨¦u se puso de pie y le regal¨® una ovaci¨®n de las que te ponen los pelos de punta. De las que, posiblemente, a un futbolista nunca se le olvida. A?os m¨¢s tarde de la que recibi¨®, por ejemplo, Alessandro Del Piero en el mismo estadio, segu¨ªa acord¨¢ndose de ella. Dec¨ªa Del Piero que esos aplausos eran uno de los momentos m¨¢s bonitos que hab¨ªa tenido en su carrera. Totti, que debut¨® en la Serie A cuando Emilio Butrague?o todav¨ªa jugaba en el Madrid, tambi¨¦n tuvo la despedida que se merece.
Despedida de la Champions, de momento, teniendo en cuenta que termina contrato en junio y que el due?o del club, el americano James Pallotta, le quiere jubilar. El ¡®fantasista¡¯ quiere renovar un a?o. El club quiere convencerle para que cuelgue las botas y se quede con alg¨²n cargo o que se siente al lado de Spalletti para ir aprendiendo el oficio de entrenador. Totti, por su parte, que sigue siendo el primero que llega a Trigoria (la ciudad deportiva de la Roma) y el ¨²ltimo que se va, dice que se sigue sintiendo futbolista, que est¨¢ bien f¨ªsicamente y que no ha llegado todav¨ªa el momento de dejarlo. Su renovaci¨®n o adi¨®s forzoso tiene en vilo a la Italia futbolera.
Contaba Jorge Valdano el lunes en una entrevista en el diario italiano La Repubblica que si los jugadores hubiesen imaginado lo doloroso que es decir adi¨®s al f¨²tbol, se habr¨ªan hecho pintores o escultores para no dejarlo nunca. Totti el f¨²tbol lo ha pintado, con sus faltas, sus pases, sus virguer¨ªas, su forma tan peculiar de llevar las medias y con su pasi¨®n. Por eso y por su amor a la ciudad y al equipo de su vida, se ha convertido en la escultura de la Roma. Por eso sin Totti no hay juerga. Lo sabe el Bernab¨¦u que le ovacion¨® como se hace con las leyendas.
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