?Cu¨¢ntos dedos ves?
El juego adquiere belleza cuando da calambre, como ayer entre la Juve y el Bayern de M¨²nich
El f¨²tbol ama a los equipos acorralados, casi muertos, como lo estuvo al principio la Juventus, y s¨®lo unos pocos minutos despu¨¦s, en un giro de gui¨®n dram¨¢tico, el Bayern de M¨²nich. No hay nada como un buen inicio, sobrecogedor, que te haga escupir el trago de cerveza. El juego adquiere belleza cuando da calambre. Apenas marc¨® Pogba, tras uno de esos errores que coronan a un defensa y su portero como los mejores del mundo, supimos que el destino cambiaba de signo, igual que en las noches que no vas a salir, y ya est¨¢s con el pijama, como si presintieses el fracaso, y al final sales, y entonces la vida te sonr¨ªe y no paras de decirte ?menos mal que sal¨ª?. De repente, despu¨¦s de seis minutos, era el Bayern el equipo que se encontraba contra las cuerdas.
Enfrente emerg¨ªa un ?lvaro Morata que se hab¨ªa pasado la semana visionando documentales de vida animal y salvaje. Dio sus frutos. En pleno desconcierto alem¨¢n, recogi¨® un chicle del suelo, que resultar¨ªa ser el bal¨®n con el que se jugaba el partido, y en una estampida de 70 metros, durante la que descart¨® rivales y derrib¨® ¨¢rboles al estilo de un rinoceronte, le dej¨® el gol a Cuadrado. Fue una acci¨®n bell¨ªsima, del Renacimiento, que puso a muchos aficionados locales a rezar. Hab¨ªan empezado el partido clasificados para cuartos, con suavidad, y en media hora los turineses le hab¨ªan puesto la maleta en la acera. El Bayern estaba sonado. Guardiola hubiese podido tomar a sus jugadores uno por uno y preguntarles ??Cu¨¢ntos dedos ves aqu¨ª??, y no todos habr¨ªan acertado.
Pero la Juve se olvid¨® de cerrar la eliminatoria. S¨®lo le falt¨® un gesto t¨¦cnico para echar el tel¨®n y regresar feliz a Tur¨ªn. Attilio Bolzoni, periodista que cubri¨® durante 35 a?os los asesinatos de la mafia, cuenta que muchas veces dictaba la cr¨®nica del crimen por tel¨¦fono, y en momentos importantes, al acabar tiraba del cable de la cabina para romperlo, y que el periodista que viniera detr¨¢s no pudiera dictar la suya. Eso fue lo ¨²nico que le falt¨® a la Juve. Tirar del cable e inutilizar el partido. Morata tuvo varias ocasiones. Incluso su entrenador dispuso de alguna, pero sustituy¨® al espa?ol por Mand?ukic.
Entretanto, el Bayern lo arriesgaba todo, el equilibrio defensivo, el guardiolismo, los calzoncillos. Todo. ?Qu¨¦ si no pod¨ªa hacer? Caminaron hacia la electrocuci¨®n, pues. Pero son alemanes. Ellos inventaron el cabezazo, del que han hecho una forma de Ilustraci¨®n. Y como el ¨²ltimo minuto para ellos no tiene secretos, empataron en el 90. Despu¨¦s vino la pr¨®rroga, durante la que cualquier cosa es posible. En el instante que empieza, siempre repito entre dientes lo que le dijo Kennedy a su mujer cuando llegaron a Dallas en noviembre de 1963: ?Nos adentramos en territorio de chiflados?.
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