El camino a R¨ªo pasa por la felicidad
Jessica Vall, la primera nadadora en confirmar su presencia en los Juegos, basa su ¨¦xito deportivo en el bienestar emocional
En una de las habitaciones del Hotel Catalonia de Sabadell sonaba el s¨¢bado por la noche samba. En el inmueble se hospedan la mayor¨ªa de participantes de los campeonatos nacionales de Espa?a de nataci¨®n, pero nadie pareci¨® extra?ado. Algunos picaban a la puerta y entraban contentos, como si los compases sure?os ahuyentaran las posibles molestias. Jessica Vall (Barcelona, 1988) celebraba con ?frica Zamorano, su amiga y compa?era de estancia, el billete para los Juegos Ol¨ªmpicos. ¡°Est¨¢bamos muy felices¡±.
La alegr¨ªa de Vall no es algo circunstancial. La catalana sonr¨ªe cuando habla de R¨ªo y sonr¨ªe cuando colabora con el IMIM, el centro del Hospital del Mar orientado a la investigaci¨®n. Adem¨¢s de nadar como pez en el agua, la ciencia es una de sus pasiones. ¡°Y la sanidad¡±, puntualiza. Sorprende que alguien de trato tan f¨¢cil renunciara a estudiar medicina por ¡°el trato con los pacientes¡±. Su reconocida hipocondr¨ªa la ech¨® atr¨¢s. ¡°?Se me habr¨ªan pegado sus males!¡±. Y vuelve a re¨ªr.
La relaci¨®n de la nadadora con el agua es un v¨ªnculo que traspasa lo profesional. Existe un enlace personal. Todo empez¨® a los tres a?os, cuando sus padres descubrieron que la peque?a Jessica ¡°quemaba¡± todas sus energ¨ªas despu¨¦s de unas cuantas zambullidas. Desde entonces, la piscina no le ha abandonado.
¡°La nataci¨®n es solitaria en la competici¨®n; pero es colectiva a la hora de entrenar¡±
Los 50 metros de la piscina se convirtieron en su v¨¢lvula de escape cuando sus padres se separaron a los nueves a?os. ¡°Mi n¨²cleo familiar se rompi¨®¡±, recuerda. ¡°Y el que lo acaba pasando mal son los hijos¡±. Vall se encontr¨® en una situaci¨®n compleja para una ni?a con mucho camino por recorrer. ¡°Sab¨ªa lo que pasaba, pero no lo entend¨ªa¡±, a?ade. La piscina era el medio ideal para quemar una rabia imposible de canalizar.
Sus registros no eran especialmente brillantes. Ni ganaba medallas ni estaba en las listas de grandes promesas. Pero disfrutaba de los entrenamientos y de la compa?¨ªa. Vall reivindica la paradoja del agua: ¡°la nataci¨®n es solitaria en la competici¨®n; pero es colectiva a la hora de entrenar¡±. Sin compa?eros nadando en el carril de al lado o esperando bajo una toalla, su amor por la piscina ¡°no ser¨ªa el mismo¡±. Por lo que a menudo siente los ¨¦xitos ajenos como propios, como cuando corri¨® a abrazar a Zamorano tras su clasificaci¨®n para los Juegos.
La carrera de Vall cambi¨® cuando acab¨® Biolog¨ªa. Despu¨¦s de cinco a?os en la universidad se encontr¨® el mismo problema que tantos otros j¨®venes: ¡°Un vac¨ªo existencial¡±. Por lo que decidi¨® dedicar su tiempo a la competici¨®n. Dej¨® de tener que correr ¡°para llegar a todo¡± y se olvid¨® al fin de la maldita fiambrera que le acompa?aba con la comida.
Pero si sus marcas salieron reforzadas, su ¨¢nimo result¨® mermado. No re¨ªa. ¡°No era feliz¡±, rememora. En su interior se preguntaba si entregarse en cuerpo y alma a la piscina era lo correcto. Por lo que tom¨® una decisi¨®n.
Vall encontr¨® en 2013 un sitio en el IMIM gracias al padre de Ona Carbonell. Los proyectos del centro pudieron encajar en su puzzle deportivo y la barcelonesa encontr¨® entonces un equilibrio emocional que considera ¡°b¨¢sico¡±. Con los Juegos a punto de inaugurarse, su jefe le liber¨® de actuar presencialmente.
La concesi¨®n del IMIM es una muestra de la continua adaptaci¨®n de aquellos que rodean a una nadadora de ¨¦lite. ¡°Mucha gente se ha sacrificado por m¨ª¡±, se sincera; ¡°y es lo que llevo peor¡±. Habla de su pareja, de sus padres, de su abuelo y de todos aquellos implicados en su evoluci¨®n. Pero sabe que sin el sacrificio de tantos, su ¡°sue?o¡±, los Juegos Ol¨ªmpicos, no habr¨ªa sido posible.
La catalana enlaza el entrenamiento como una ense?anza para la vida: ¡°Demuestra que todo esfuerzo cosecha sus frutos¡±. Vall cay¨® en las semifinales de los mundiales de Barcelona de 2013 con un registro de 2m27s, y dos a?os despu¨¦s, se colg¨® el bronce en Kaz¨¢n con 2m22,76s. Sembr¨®, recogi¨® y en agosto se ir¨¢ a R¨ªo. Es feliz.
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