Las decisiones de Zidane que hundieron al Madrid en Wolfsburgo
El t¨¦cnico encaden¨® en Alemania una serie de medidas que expusieron a la defensa primero y bloquearon el ataque despu¨¦s
La derrota del Madrid en Wolfsburgo no obedeci¨® a la superioridad t¨¦cnica del equipo alem¨¢n. El 2-0 fue la consecuencia de una concatenaci¨®n de decisiones que sumadas hundieron a Cristiano y a sus compa?eros en una ci¨¦naga. El responsable fue Zinedine Zidane. El franc¨¦s descubre cualidades que podr¨ªan convertirlo en un gran entrenador en el futuro. De momento, en Valdebebas aseguran que es un aprendiz del oficio. Los empleados y los jugadores madridistas consultados entienden que en Alemania perdi¨® la batalla t¨¢ctica. De su capacidad para reconducir la situaci¨®n el pr¨®ximo martes en la vuelta de los cuartos de final de la Champions depender¨¢ el ¨¦xito o el fracaso de la temporada.
La estructura. Zidane pidi¨® a sus tres centrocampistas que formaran un bloque compacto con los dos centrales, situando a Casemiro en el eje. Con y sin la pelota, la posici¨®n de Kroos y Modric no deb¨ªa variar excesivamente. El peso de la movilidad en ataque recay¨® sobre los laterales y los puntas.
La salida del bal¨®n. Casemiro tuvo orden de adelantarse diez metros cada vez que el Madrid iniciara la jugada desde atr¨¢s, para permitir que Modric y Kroos fuesen quienes dieran el primer pase, eximiendo al brasile?o de participar en la circulaci¨®n y limitando su acci¨®n a la cobertura. La consecuencia fue que Casemiro se convirti¨®, sin pretenderlo, en el primer defensa del Wolfsburgo pues tap¨® la v¨ªa central de comunicaciones entre los interiores y los delanteros madridistas.
El Madrid corri¨® menos que nunca en Europa
El despliegue f¨ªsico de los jugadores del Madrid ante el Wolfsburgo fue inferior al realizado en el resto de partidos de esta edici¨®n de la Champions. Los jugadores blancos corrieron un total de 104,137 kil¨®metros, una marca que recorta a la registrada en el partido ante el Malm?e durante la fase de grupos en el Santiago Bernab¨¦u, un partido que acab¨® 8-0, y que marc¨® el r¨¦cord negativo hasta el encuentro del mi¨¦rcoles con 104,486 kil¨®metros. La mejor marca registrada hasta el momento por el equipo de Zidane tuvo lugar en el encuentro de ida de los octavos ante la Roma (0-2), con 111,818 kil¨®metros.
Los laterales. Zidane lo puso en pr¨¢ctica contra la Roma cuando adelant¨® a los dos laterales a posiciones de extremos para iniciar las jugadas en el estadio Ol¨ªmpico. La idea ¡ªque pretende sumar gente al ataque¡ª acab¨® aislando a los laterales cuando los volantes intentaron apoyarse en ellos; y cuando el Madrid perdi¨® el bal¨®n, el rival les cogi¨® la espalda demasiado lejos para hacer la transici¨®n defensiva a tiempo. En Roma, Mohamed Salah le gan¨® la espalda a Marcelo y estuvo a punto de adelantar a su equipo. En Wolfsburgo, Bruno y Draxler desbordaron a Marcelo y a Danilo con mejor suerte. Los dos goles llegaron desde fuera.
Las ayudas. Quienes observaron los entrenamientos a diario indican que Zidane practic¨® el repliegue con Kroos y Modric. El problema radica en que no basta con correr hacia atr¨¢s. Adem¨¢s de retroceder, Kroos y Modric debieron cortar las l¨ªneas de pase entre las bandas y el interior abri¨¦ndose a los lados y, en su caso, ocupando la zona que dejan los laterales cuando se cierran en el ¨¢rea. Como no manejan conceptos defensivos porque son mediaspuntas, y como nadie se lo recalc¨®, se olvidaron de hacerlo. Los goles del Wolfsburgo vinieron precedidos de acciones en las que ni Kroos ni Modric supieron interrumpir las conexiones entre Bruno, Draxler, Sch¨¹rrle y Arnold.
Benzema. Despu¨¦s de que sufriera un golpe en la rodilla izquierda, y tras un examen sobre el terreno, los m¨¦dicos aconsejaron a Zidane retirar al delantero. El t¨¦cnico tard¨® media hora, alegando que Benzema le hab¨ªa dicho que estaba bien. Fuentes del club indican que entonces equivoc¨® el cambio: en lugar de sacar a un mediapunta que se asociara con Cristiano y Bale, dio entrada a Jes¨¦, otro atacante muy vertical. En la plantilla recuerdan que James o Isco habr¨ªan sido los especialistas indicados.
El descanso. Cuando el ¨¢rbitro pit¨® el descanso m¨¢s de un jugador entr¨® al vestuario expectante ante lo que se supon¨ªa deb¨ªa ser un discurso incendiario del entrenador areng¨¢ndolos para presionar bien arriba. Pero lo que se encontr¨® la plantilla en el camerino fue la versi¨®n m¨¢s ponderada de Zidane. El t¨¦cnico pidi¨® calma. Dijo que ante todo deb¨ªan ser prudentes, no perder las posiciones ni la paciencia, y que as¨ª llegar¨ªan las ocasiones de gol. Indic¨® que era fundamental que Modric, Casemiro y Kroos mantuvieran la estructura original puesto que perder las vigilancias podr¨ªa exponerlos a recibir el tercer gol y eso ser¨ªa fatal. La charla enfri¨® al equipo. El Madrid remat¨® dos veces a puerta antes del descanso y una vez despu¨¦s. El Wolfsburgo tir¨® cinco veces en la primera parte y dos en la segunda.
Los cambios. Recuerda un futbolista que el Madrid perdi¨® claridad en ataque en la medida en que el Wolfsburgo se atrincheraba para proteger la ventaja conseguida. Los espacios se redujeron y Bale, tapado entre l¨ªneas, fue un objetivo dif¨ªcil de localizar para sus compa?eros. La situaci¨®n demand¨® m¨¢s creatividad. Introducir a James o a Isco y sacar a Casemiro. Pero Zidane, fiel a su plan, no improvis¨®. Mantuvo al brasile?o y sustituy¨® a Modric por Isco. El equipo acab¨® empantanado.
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