El Real Madrid se receta f¨²tbol
Zidane y Modric apelan al buen juego y la paciencia para remontar ante un inesperado Wolfsburgo. La eliminatoria mantiene en alerta roja al club blanco
M¨¢s de una vez se le fue la olla, cosa extra?a, ya que por lo general Zinedine Zidane jugaba con hielo. Ahora, en su amanecer como t¨¦cnico en la ¨¦lite, ante la primera gran alerta que debe afrontar, no duda en apuntar de nuevo a la mente fr¨ªa. El Madrid, jugadores, entrenador y presidente, afrontan ante el rebelde Wolfsburgo un reto con el que no contaban: remontar un 2-0 para encadenarse a las semifinales de la Liga de Campeones. ¡°Oigo demasiados mensajes calientes y es lo contrario de lo que necesitamos, porque para pasar la eliminatoria habr¨¢ que tener mucha cabeza¡±, dijo ayer el franc¨¦s. Modric, tipo que tambi¨¦n es poco proclive a la efervescencia, abund¨® en el mensaje de su preparador: ¡°Hay que entrar al partido con la cabeza fr¨ªa, ser pacientes y jugar al f¨²tbol¡±. De eso se trata, por m¨¢s que, como es l¨®gico, la hinchada prepare una jornada con Chamart¨ªn en combusti¨®n, con la caldera bien atizada, como en las grandes ocasiones, aunque esta no contaba tras el sorteo.
Hizo bien Modric en apelar a lo que suele hacer de maravilla, como es jugar al f¨²tbol. Justo lo que le falt¨® al Madrid en su p¨¦simo apeadero por Alemania. En la ida consinti¨® que el Wolfsburgo fuera el Wolfsburgo, un equipo respetable, por supuesto, pero limitado a explotar las escasas virtudes que tiene. El grupo de Zidane le toler¨® exprimir sus ¨²nicos recursos y, a cambio, el Madrid nunca fue el Madrid, ni siquiera un poco de un Madrid no necesariamente extraordinario. Alguna raci¨®n de un Real m¨¢s aut¨¦ntico deber¨ªa valer para dar un giro a la eliminatoria. Del propio Madrid depende.
Lo saben Modric y Zidane. Lo peor que puede pasarle al equipo es llegar al partido en estado de p¨¢nico. De ah¨ª las cautelas de ambos protagonistas del d¨ªa previo. ¡°Hay que estar juntos, no podremos resolverlo en cinco minutos¡±, reflexion¨® el futbolista. ¡°Tenemos 90 minutos y se sabe que en el f¨²tbol puede pasar de todo; cuando Piqu¨¦ nos hizo el gol en el Camp Nou est¨¢bamos a 13 puntos del liderazgo, ahora estamos a cuatro¡±, subray¨® el entrenador.
Lo peor que puede pasarle al equipo es llegar al partido en estado de p¨¢nico
Adem¨¢s de envidar por la paciencia, desde la caseta madridista los otros t¨¦rminos m¨¢s repetidos fueron ¡°concentraci¨®n¡± y ¡°equilibrio¡±. En el primer asalto, Draxler y Sch¨¹rrle, lo mejor del cuadro alem¨¢n, evidenciaron que sin estar bajo arresto son un peligro al contragolpe. Lo mismo dio que apenas tuvieran acompa?antes, ellos solos lograban desarmar a su distinguido oponente. Hoy, en caso de que su equipo hiciera una simple diana en el Bernab¨¦u, el Madrid se ver¨ªa obligado a multiplicar la remontada, a llegar al menos al 4-1. Al referirse al equilibrio, Zidane no dud¨® en aludir a Casemiro, jugador que cuando su equipo tiene la pelota ¡°ya est¨¢ pensando en lo que pueda suceder¡±. Pero, como ya se advirti¨® hace una semana, con el brasile?o como ¨²nico nexo entre defensa y ataque no basta.
El calado de la noche invita a pensar en un equipo m¨¢s gremial que nunca. Para ello, Zidane tiene donde escoger, con toda la plantilla en plenitud, incluidos sus compatriotas Varane y Benzema, ya recuperados. Salvo que insista con el se?alado Danilo en detrimento de Carvajal, todo apunta a que el resto ser¨¢n los mismos que patinaron en la ida.
Por la diferencia de jerarqu¨ªa de un club y otro, todo el peso caer¨¢ sobre el Madrid. El conjunto alem¨¢n sabe que est¨¢ ante una oportunidad ¨²nica, con la que no contaba, lo que procura metabolizar hasta el tu¨¦tano para sacudirse la presi¨®n. Al frente del discurso, Dieter Hecking, el entrenador. ¡°No tenemos tensi¨®n, de hecho, este mediod¨ªa nos hemos re¨ªdo mucho. Estamos contentos con la misi¨®n que tenemos, pero el Madrid es el favorito y nuestra tarea es que fracase, debemos ser valientes y tener ¨¢nimo, porque no vamos a poder controlarlo todo y cometeremos errores. Lo que hay que procurar es que sean pocos¡±.
Un traspi¨¦ definitivo abrir¨ªa en el Madrid un cisma de proporciones incalculables. Al tratarse del Madrid y su competici¨®n fetiche, con la que ha construido su m¨ªstica universal, caer eliminado siempre abre una brecha considerable. Es la losa de tantas leyendas. Pero esta vez, la etiqueta del rival acentuar¨ªa la herida, m¨¢xime tras un curso que, sin un milagro en la Liga, acabar¨ªa en barbecho. Y ya ser¨ªan dos temporadas consecutivas, algo insostenible en una entidad como esta. Los remedios no ser¨ªan f¨¢ciles, con un presidente de dif¨ªcil sucesi¨®n si no se modifican los estatutos, un icono de la casa en el banquillo que podr¨ªa quemarse ya en sus primeros pasos en la gran pasarela y una plantilla no del todo amortizada, muy costosa y con pocos relevos en el mercado.
Con tanto en juego, el Real Madrid no encontrar¨¢ mejor receta que aplicarse con el f¨²tbol, aunque por el camino tambi¨¦n tendr¨¢ que cerrar la jornada con el coraz¨®n en los huesos. Pese al resultado a superar, para el Madrid no hay mayor enemigo que el mismo Madrid. Est¨¢ en alerta roja por flojera propia, pero tiene casi todo lo que le falta al Wolfsburgo: excelentes futbolistas, un gen europeo ¨²nico y un escenario que ha espantado a tantos y tantos. Cualquier otro estr¨¦pito ser¨ªa un fraca
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