Cristiano es demasiado para el Wolfsburgo
El Real Madrid estar¨¢ en su sexta semifinal consecutiva de Champions gracias a tres goles del portugu¨¦s
Se remang¨® Cristiano y sobre el Wolfsburgo cay¨® una tromba. Por tres veces, un do de pecho. No solo fueron tres goles del portugu¨¦s, hubo mucho m¨¢s de este genio, enchufado de principio a fin, como si fuera una cruzada personal. Ronaldo se olvid¨® de su imponente historial y esta vez el Jefe fue el Jefe, con lo que ello supone para el resto de la tropa, que en una noche de posibles desvelos encontr¨® en el luso a un corneta de primera. Excesivo para el equipo alem¨¢n, que para lo que tiene compiti¨® con dignidad. Se enfrent¨® a un CR en ebullici¨®n, a un Madrid con hueso. En general, bien en todas las l¨ªneas y con jugadores como Benzema y Carvajal una escala por encima. Para colmo, el Wolfsburgo perdi¨® muy pronto a Draxler, lesionado. Un Everest para el conjunto alem¨¢n, retorcido por un Madrid que de vuelta s¨ª fue un Madrid.
Nunca es f¨¢cil gestionar un 2-0 en contra, por mucho que los galones no sean los mismos. Con ello ten¨ªa que jugar el Madrid, con f¨²tbol, cabeza y coraz¨®n. Tuvo un poco de todo. De entrada, desat¨® la tormenta perfecta en el primer cuarto de hora. Enchiron¨® al equipo alem¨¢n, que no le daba a un bote, y le tuvo cerca de su portero, con un canguelo de a¨²pa, con un pie en la lona hasta que Cristiano sac¨® el mazo por dos veces en apenas un minuto. Debi¨® tomar nota Zidane, no del autor de los goles, el de costumbre, sino del protagonista del pre¨¢mbulo en las dos acciones: Carvajal. La aportaci¨®n del canterano, relevo del extraviado Danilo, result¨® capital. De alguna forma, fue el catalizador en los momentos de combusti¨®n, en el inicio del encuentro. Primero, se anticip¨® a Draxler en los dos primeros intentos del alem¨¢n, tormento de Danilo en la ida. Un mensaje contundente para todos, colegas y p¨²blico. La raya estaba marcada. No se contuvo con ello el lateral, que empin¨® al equipo en las dos jugadas del gol. Una, con un robo al temido Draxler que deriv¨® en un pase terminal para el emboque de CR. A continuaci¨®n, otra escalada del chico concluy¨® en un c¨®rner cabeceado por Cristiano.
Como broche a la puesta en escena de Carvajal, a la primera que le encar¨® Draxler, con un control orientado de bailar¨ªn, el madrile?o meti¨® la pierna, con m¨¢rmol. Su rival se fue a la enfermer¨ªa minutos despu¨¦s. Faena completa del exfutbolista del Bayer Leverkusen, donde se gan¨® gran reputaci¨®n en la Bundesliga. Por su tierra, donde el rastrillo pesa m¨¢s que la propia cuna, algunos han dudado sin motivo, como Zidane en el primer envite con el equipo germano. Danilo, que no era descamisado en el Oporto, quiz¨¢ est¨¦ por llegar; Carvajal hace tiempo que lleg¨®.
A hombros de Carvajal, con la escopeta de Cristiano y el Wolfsburgo a un paso del siniestro total, desamparado, incapaz de darse un respiro, el Madrid ten¨ªa el partido so?ado. En quince minutos, la eliminatoria igualada y el adversario consciente de la selva en la que estaba. El guion id¨®neo. Pero hasta el descanso, el conjunto espa?ol digiri¨® mal la ventaja. La situaci¨®n requer¨ªa la banderilla final, sin locuras. Era cuesti¨®n de que el f¨²tbol siguiera su curso. Era demasiado pronto para administrar el marcador, pero el Real Madrid recul¨®, con la zaga marcha atr¨¢s y los atacantes en su ¨®rbita. Un alivio para el grupo de Hecking, que pudo resoplar y dar palique al bal¨®n. Solo Luiz Gustavo inquiet¨® a Keylor, con un zapatazo lejano, pero el Madrid jugaba con fuego. Un gol no siempre es caro, porque muchas veces no es hijo del juego. Es cuesti¨®n de conceder la posibilidad. El Real Madrid no es un equipo tejido para contemplar, ocurre que tampoco para gobernar. Lo suyo es la caballer¨ªa, la que regres¨® en el segundo acto, con CR al frente.
Hasta entonces, por momentos, el Madrid dio vida a su rival, se encogi¨® m¨¢s de la cuenta y no encontr¨® salida. Bale, que hizo un l¨ªo a Vierinha en la ida, se enquist¨® en la otra banda y solo Benzema advert¨ªa las fugas rivales. Ca¨ªdo a la izquierda, el franc¨¦s destap¨® sus esencias, que no son pocas. De vuelta del par¨¦ntesis del intermedio, el Madrid ya fue otro, lo m¨¢s parecido al que hab¨ªa arrancado. Con otra marcha y la zaga m¨¢s adelantada acorral¨® de nuevo a su oponente. Percut¨ªan los laterales, Casemiro hac¨ªa de guardi¨¢n, Cristiano manten¨ªa la mecha¡ No hab¨ªa ida y vuelta, con el Wolfsburgo proclive a la pr¨®rroga o la inspiraci¨®n divina. No la precisa CR, que brind¨® con la hinchada con una falta directa, en la que enhebr¨® la pelota entre Naldo y Guilavogui, que dejaron un boquete en la barrera. Antes, Ramos cabece¨® al poste y el rebote no entr¨® de milagro, o eso pareci¨®.
El tercero de CR llev¨® el ¨¦xtasis a la grada. Solo se impon¨ªa la l¨®gica, pero el f¨²tbol es un motor de emociones, y no digamos la Copa de Europa en Chamart¨ªn. Benzema y Jes¨¦ forzaron a Benaglio, que respondi¨® de maravilla ante ambos. Un gol llevaba al para¨ªso al Wolfsburgo, pero no hubo concesiones locales. El Real Madrid cerr¨® la puerta, sin fisuras. Era lo que proced¨ªa, una vez que Cristiano, un hurac¨¢n, ya hab¨ªa tirado los dados.
?Cristian? R?nald?! @Cristiano ?#HalaMadrid pic.twitter.com/nJhjYeeGOd
— Real Madrid C.F. (@realmadrid) April 12, 2016
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