El Doctor Rossi da una clase magistral en Jerez

Cuando decida, qui¨¦n sabe cu¨¢ndo o por qu¨¦, quitarse el mono de cuero y no subirse a la moto m¨¢s que para dar vueltas en su querido Ranch, donde le queda mucho que ense?ar a los pilotos de esa Riders Academy que tantas buenas carreras est¨¢n regalando a los aficionados, deber¨ªa tambi¨¦n pasearse por las universidades del mundo y hacer honor a ese t¨ªtulo que le concedieron hace ya bastantes a?os, cuando nadie le imaginaba a los 37 brindando espect¨¢culos como los de este domingo. De momento, Valentino Rossi, el Doctor, tiene bastante con ofrecer las clases magistrales en la pista, donde mejor sabe expresarse.

Especialmente en fines de semana as¨ª, cuando todo le sale a pedir de boca. Cuando tiene la moto tan a punto que (seg¨²n confes¨®) exige a sus mec¨¢nicos mejorar la frenada y se esfuerza por perfeccionar las l¨ªneas, lo mejor de su M1 y de su pilotaje; cuando tiene el ritmo que quiere (y no necesita echar un vistazo al lado derecho del box, como denunci¨® Lorenzo que hab¨ªa hecho en Austin); cuando hace la pole, la vuelta r¨¢pida y se adjudica la victoria. Y cuando la presi¨®n por ese d¨¦cimo t¨ªtulo al que sigue aspirando con vehemencia todav¨ªa no se deja sentir con tanta fuerza en la cuarta cita de la temporada, de modo que no tiene que recurrir m¨¢s que a pilotar, simple y llanamente. Que parece f¨¢cil, pero no lo es. No lo es ganar a Lorenzo en Jerez. Ni imponerse a M¨¢rquez.

Sal¨ªa desde la pole. Resulta que este a?o, el del regreso de Michelin, los neum¨¢ticos con los que ¨¦l empez¨® a competir en la categor¨ªa reina, hasta eso se le da bien. Y no sol¨ªa. El a?o pasado apenas sali¨® en cinco ocasiones desde la primera l¨ªnea. As¨ª que muchos domingos tuvo que vestirse de h¨¦roe y firmar remontadas como aquellas de sus a?os mozos. Pero ya no. A los 37, Rossi est¨¢ hecho un chaval. Este domingo, en Jerez, que no celebraba una pole del italiano desde 2005, adem¨¢s, se visti¨® de dominador absoluto y gan¨® la carrera al estilo de su compa?ero de equipo: de la primera curva a la ¨²ltima. Bueno, para ser exactos, Lorenzo logr¨® meterle la rueda en el tercer giro, pero la ilusi¨®n apenas le dur¨® unos segundos.

La Yamaha se lanza en Crivill¨¦ y asegura la victoria en la ¨²ltima aceleraci¨®n, un martirio para la Honda y para M¨¢rquez, como lo era casi cada paso por Dry Sack

El italiano, cuyo objetivo era evitar la escapada del mallorqu¨ªn, acab¨® perdi¨¦ndose ¨¦l por la l¨ªnea de fondo. En aquel tercer giro logr¨® meterle medio segundo. Y otro medio en el sexto. Lo hizo gracias a una buena elecci¨®n de neum¨¢ticos (duro delante y duro atr¨¢s, como los cuatro en cabeza), y a una M1 tan equilibrada y tan fina que parece lista para cualquier batalla, pero especialmente para la de Jerez, un circuito a la medida de la Yamaha, que vuela en las ¨²ltimas curvas r¨¢pidas: se lanza en Crivill¨¦ y asegura la victoria en la ¨²ltima aceleraci¨®n, un martirio para la Honda y para M¨¢rquez, como lo era casi cada paso por Dry Sack (curva seis), donde habitualmente se iba largo, pues busca ganar en frenada todo lo que pierde por culpa del motor. Rossi, no. Rossi lo bord¨®. Y as¨ª, puntada a puntada, fue alej¨¢ndose de Lorenzo, que tambi¨¦n lo iba bordando. Y que confiaba en volver a pillarle pasado el ecuador de la prueba. Hasta que algo fall¨®.

Despu¨¦s de enlazar cuatro giros perfectos, con la misma cadencia que los de su compa?ero Valentino (de la vuelta 13 a la 16), y enganchar un quinto dos d¨¦cimas m¨¢s r¨¢pido, y seguir recortando distancias, para acerc¨¢rsele a dos segundos (a falta todav¨ªa de ocho giros para el final), su neum¨¢tico trasero dijo basta: empez¨® a provocarle mucho spinning: un corto y frecuente rebote de la goma trasera que impide pilotar con normalidad. Dijo Rossi que tambi¨¦n lo sufri¨®, pero ¨¦l pod¨ªa jugar con su ventaja. Lorenzo, en cambio, se vio obligado a bajar el ritmo y a renunciar al ataque. Se tuvo que conformar con lo que ten¨ªa. Por entonces M¨¢rquez ¨Chab¨ªa intentado seguir a su rueda, y lo hab¨ªa logrado hasta que el mallorqu¨ªn puso la directa¨C ya no le segu¨ªa, as¨ª que el segundo puesto era suyo.

Brad Binder, una remontada para la historia

Brad Binder, l¨ªder de Moto3, hizo historia en Jerez al ganar la carrera, la primera de su historia y la primera de un piloto sudafricano desde que Jon Ekerold ganara la prueba de 350cc en Monza el a?o 1981. Y de eso hace 35 a?os. Lo mejor, sin embargo, no fue el hecho, sino c¨®mo Binder logr¨® su victoria. El chico, piloto del equipo oficial de KTM, sali¨® desde la ¨²ltima posici¨®n de la parrilla porque hab¨ªa sido sancionado al identificar los comisarios t¨¦cnicos en la inspecci¨®n practicada tras la sesi¨®n de clasificaci¨®n que corr¨ªa con una centralita electr¨®nica que no estaba homologada. Aunque apel¨®, dicha apelaci¨®n fue rechazada.

Pero Binder sali¨® el ¨²ltimo, empez¨® a adelantar pilotos y a diez giros del final ya rodaba 4?, a pocos segundos del grupo en cabeza, donde peleaban por la victoria Navarro, Bagnaia, y el joven descubrimiento de Valentino Rossi, Bulega, un talento enorme. Al siguiente giro, ya se hab¨ªa ganado el derecho a tutearles. Y a seis vueltas para el final se puso primero: hab¨ªa obligado a Navarro, que se fue algo largo, a levantar la moto en el adelantamiento para no caer, porque el contacto existi¨®. En pocas vueltas abri¨® distancia y la pelea fue por el segundo y tercer puesto: Bulega y Bagnaia le acompa?ar¨ªan en el podio.

Como era bueno para M¨¢rquez el podio. Especialmente porque cuando salv¨® la segunda y la tercera ca¨ªda entendi¨® que era el momento de conformarse con el tercer puesto. Tampoco a ¨¦l le pon¨ªa nadie en apuros. Hac¨ªa mucho rato que Pedrosa tambi¨¦n rodaba muy lejos, tratando de poner con su pilotaje, con un pilotaje impostado, mejor dicho, lo que el neum¨¢tico de seguridad de Michelin no le permite hacer con naturalidad. Al menos esta vez logr¨® un decente cuarto puesto y no acab¨® en el suelo, como en Austin. O retirado, como Dovizioso, que tuvo un problema con la bomba de agua. Y ya van tres ceros consecutivos, ninguno por responsabilidad propia.