El Sevilla es un amigo para el Espanyol
Los blanquiazules vencen a un rival desganado y dejan su salvaci¨®n vista para sentencia
Se hab¨ªa complicado la vida el Espanyol de mala manera en el tramo final de la temporada, sin juego ni resultados, pendiente ya del transistor y de lo que suced¨ªa en casas ajenas porque tem¨ªa la pr¨®xima visita al Camp Nou y qui¨¦n sabe si una pifia may¨²scula en la ¨²ltima jornada que acabase en un descenso maldito. Pero encontr¨® el equipo blanquiazul a todo un amigo en el Sevilla, tambi¨¦n a una madre que hizo honor a su festividad, porque se present¨® en Cornell¨¤ como exig¨ªa el calendario pero se olvid¨® de la ambici¨®n y el apetito en el camerino, como si el partido no fuera con ellos. Aprovech¨® el regalo Caicedo y lo festej¨® Cornell¨¤ con efusividad, consciente de que si la Liga se alargaba un poco m¨¢s las pasar¨ªan canutas para mantenerse en Primera.
Atenazado por las necesidades, el Espanyol evidenci¨® en cada jugada, en cada acci¨®n, una agitaci¨®n incontrolable que se tradujo en un juego de disparates. Ni pases, ni quiebros, ni mucho menos remates, ni nada de nada. Un caos de lo m¨¢s incomprensible porque el rival le entreg¨® la pelota y varios metros, todos los balones divididos y hasta regalos con lazo en la salida del bal¨®n que se quedaron en nada. Resulta que el Sevilla estaba de lo m¨¢s an¨¦mico, hasta tal punto que los m¨¢s malpensados dir¨ªan aquello de que podr¨ªa estar ama?ado por lo mal que jugaron, lo poco que propusieron y lo nada que atacaron, toda vez que no firmaron disparo alguno entre los tres palos. Pero ni con esas el Espanyol dec¨ªa esta es la m¨ªa, al menos hasta que Caicedo expres¨® lo contrario.
Emery, como es l¨®gico, vel¨® por sus intereses y prioridades, por lo que present¨® un equipo repleto de jugadores poco habituales. Ya sabe que a Europa llegar¨¢n de una u otra v¨ªa, bien por la Copa ¨Cse mide con el Bar?a en la final-, bien a trav¨¦s de la Liga Europa, competici¨®n en la que este jueves recibe al Shakhtar en la vuelta de las semifinales, o bien por la misma Liga. Matos y Curro, dos j¨®venes noveles, corrieron por todos, quiz¨¢ por eso de demostrar algo y asomar la cabeza en la ¨¦lite, pero les falt¨® precisi¨®n. Un enredo generalizado al que s¨®lo Crist¨®foro se rebel¨®, sabedor de que era el ¨²nico que daba orden y sentido con sus desplazamientos a los costados o pases interiores a Iborra y Llorente, que pon¨ªan el cuerpo para girarse pero que perd¨ªan el esf¨¦rico ante las ayudas defensivas de la zaga rival. Y ah¨ª se dilu¨ªa el Sevilla, que le bastaba con defender para evidenciar que estaba en el encuentro.
Le cost¨® horrores al Espanyol traducir las ganas en f¨²tbol, como expuso esa estad¨ªstica sonrojante de que no lograron disparo alguno a puerta en el primer acto, tan solo un remate lejano de V¨ªctor S¨¢nchez que le cuchiche¨® al palo. Nada extra?o si se atiende a que desde hace mucho tiempo que no tiene un plan, una idea, un librillo. Acaso la presi¨®n avanzada, voraz e intensa, que dio sus r¨¦ditos con transiciones defensa-ataque en los pies de Diop o V¨ªctor S¨¢nchez, desdibujados al final porque a la que pisaban ¨¢rea se les nublaba la vista o se les hac¨ªa un nudo entre las dos botas.
Pero tras el entreacto sali¨® con br¨ªos renovados el Espanyol, m¨¢s profundo y agresivo. Lo justo para descascarillar al rampl¨®n Sevilla. As¨ª, con un centro de Hern¨¢n P¨¦rez, V¨ªctor S¨¢nchez cabece¨® al palo. Y despu¨¦s, con una buena triangulaci¨®n en la zona de tres cuartos, Asensio solt¨® un latigazo que escupi¨® el palo y que rebot¨® en la espalda del portero, que despu¨¦s prolong¨® a gol Caicedo. Lo festej¨® con ganas Cornell¨¤ y se encogi¨® de hombros el Sevilla, que sigui¨® sin saludar de cerca a Pau. Punto y final del duelo, tambi¨¦n del sufrimiento.
El triunfo maquilla la temporada blanquiazul, pero invita a una profunda reflexi¨®n: la afici¨®n recibi¨® al t¨¦cnico Galca con una expresiva pita porque no entiende sus rotaciones e inventos; los jugadores decapitaron a Sergio Gonz¨¢lez para imponer su voluntad de juego y por poco no se dan de bruces con el suelo; y la nueva directiva prometi¨® El Dorado antes de tiempo y casi no sale del fango. Esta salvaci¨®n ya la tiene por la mano, pero jugar con fuego en un deporte peligroso que casi nunca sale bien. Y, de paso, no siempre hay amigos como el Sevilla.
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