Su¨¢rez, Bale o Simeone

Aunque con los mismos apuros, los tres aspirantes a ganar la Liga resolvieron la antepen¨²ltima jornada de distinta manera: el Madrid mantiene la constante de Bale, un futbolista que en ausencia de Cristiano y Benzema se reivindica como la soluci¨®n en los partidos de entretiempo como el de Anoeta, circunstancia que bendice la pol¨ªtica gal¨¢ctica de Florentino; el Atl¨¦tico se remite a Simeone, un t¨¦cnico que administra muy bien los recursos y optimiza mejor la plantilla a partir de una inferioridad tan asumida como discutible, siempre dispuesto a demostrar que el fin justifica los medios; y el Bar?a, admirado por su estilo y sentido del juego colectivo, se justifica por los goles que marca Su¨¢rez, pichichi y aspirante a la Bota de Oro, y por los que no encajan Bravo o Ter Stegen.

El marcador aval¨® al tr¨ªo de candidatos cuando solo faltan dos jornadas para el final de la Liga. El golaverage est¨¢ de parte del l¨ªder Barcelona, que enfrentar¨¢ a dos equipos que pelean por evitar el descenso: el Espanyol, liberado despu¨¦s de abatir al Sevilla, y el Granada. M¨¢s sencillo parece el calendario del Atl¨¦tico, que visitar¨¢ la cancha del Levante para acabar en el Calder¨®n contra el Celta. Y tampoco parecen especialmente inquietantes los adversarios del Madrid: Valencia y Deportivo. El campeonato queda a expensas por tanto del Bar?a, ganador de seis de las ¨²ltimas 10 Ligas, por tres del Madrid y una del Atl¨¦tico. Los azulgrana compiten m¨¢s contra su pasado, especialmente el m¨¢s reciente, protagonizado por el ¨¦xito del tridente que el curso pasado logr¨® el triplete, que ante dos adversarios condicionados por sus apiraciones de disputar el d¨ªa 28 la final de la Champions.

Volver a ganar la Liga

La disputa de la Copa de Europa exime a madridistas y rojiblancos de explicar sus actuaciones en la Liga. Ambos resolvieron sus partidos respectivos contra la Real y el Rayo con los suplentes mientras que el Bar?a derrot¨® al Betis con la misma formaci¨®n que en mayo pasado conquist¨® Berl¨ªn. No hay una mejor afirmaci¨®n para definir las condiciones en las que se disputa el torneo que la realizada por Piqu¨¦: ¡°Tenemos que volver a ganar la Liga¡±. Los azulgrana juegan con la presi¨®n que supone haber dilapidado 12 puntos de ventaja y la tristeza que comport¨® su eliminaci¨®n europea ante el Atl¨¦tico. La Liga se le hace larga, los partidos no se acaban nunca y no les queda m¨¢s remedio que encomendarse a las ¨¢reas, la mejor soluci¨®n en tiempos del triplete que forman Messi, Su¨¢rez y Neymar.

A veces da la sensaci¨®n de que el Bar?a juega entre espantado y agarrotado, empe?ado en no tomar goles, confiado en la sensibilidad del pie izquierdo de Messi y el martillo de Su¨¢rez, suficientes ambos para refugiar a Neymar. El brasile?o fue tan decisivo al inicio del campeonato en ausencia de Messi como ahora lo es Bale para cubrir las bajas de Cristiano y Benzema. La cabeza del gal¨¦s funciona como la de Santillana. El Madrid aprendi¨® a competir desde que la BBC dej¨® de ser una unidad indivisible y se impon¨ªa tirar de Lucas V¨¢zquez y Jes¨¦. Los partidos del equipo blanco tienen picos y alimentan las mejores y peores sensaciones, consecuentes con las caracter¨ªsticas del Bale. Tambi¨¦n los encuentros del Atl¨¦tico son muy vivos porque Simeone mueve al plantel y no para de darle vueltas al juego hasta dar con la victoria como pas¨® ante el equipo de Paco J¨¦mez.

La emoci¨®n en Madrid contrasta con el inmovilismo de Barcelona. Juega el Bar?a de mala gana, empe?ado en que le den raz¨®n: el t¨ªtulo lo ganar¨¢n o perder¨¢n los que iniciaron su defensa, de manera que la alineaci¨®n se decide de acuerdo a un estatus asumido por Luis Enrique. El equipo juega para que Messi ponga los pases y Su¨¢rez los goles, tan leg¨ªtimo como que Bale decida para el Madrid y Simone para el Atl¨¦tico. La diferencia es que al Bar?a le va la vida en la Liga con sus titulares mientras que sus rivales recurren a los suplentes porque tienen el amparo de la Champions.