La Champions es de Madrid
El equipo de Zidane liquida con lo justo a un insulso City y se reta de nuevo con el Atl¨¦tico en la gran final
Su cruce con el City no ocupar¨¢ un pedestal en la fabulosa historia del Real Madrid, pero s¨ª que ya puede presumir por todo lo alto de su 14? final, lo que amplifica a¨²n m¨¢s su m¨ªstica con la Copa de Europa, su torneo fetiche. En Mil¨¢n le espera el Atl¨¦tico, que ha tenido un camino mucho m¨¢s crudo y tras liquidar a dos equipos que suman diez trofeos, ahora le toca quien por s¨ª solo ha cosechado otras diez, casi nada.
Toda una fiesta para Madrid, la segunda en dos a?os, otro retrato del poder¨ªo del f¨²tbol espa?ol. Una pujanza sellada no solo frente a un Bayern con mucho, mucho hueso, sino tambi¨¦n frente a un insulso City. El equipo de Zidane se aup¨® con lo justo, brioso y con cierto garbo al principio, luego regular y m¨¢s tarde demasiado aculado y encogido. Ni as¨ª tuvo predicamento el grupo de Pellegrini, que la ¨²nica porter¨ªa que vio fue la propia, con el autogol de Fernando. Podr¨¢ apelar a que lleg¨® donde nunca, a una semifinal, y se escudar¨¢ en ese maldito gol, pero nada hizo, ni en el Etihad ni en Chamart¨ªn, para escalar otro pelda?o. Y eso que nunca tuvo a un grandioso Madrid enfrente. Con algunos chispazos por aqu¨ª y por all¨¢, suficiente para el bingo de los blancos.
Como en la ida, el decepcionante City propuso un partido sin ritmo, al paso, salvo que esprintara Jes¨²s Navas, del que la mayor¨ªa de colegas se desentienden cuando mete el turbo. Al grupo de Pellegrini le va la pausa, una cadencia m¨¢s que baja, con gente como Yaya Tour¨¦ al que ya le pesa como una losa la carrocer¨ªa que anta?o impon¨ªa. Sin marcha los citizens, una suerte para el Madrid, salvo por el peligro de contagio, lo que sucedi¨® en algunas r¨¢fagas, como ya hab¨ªa ocurrido en Manchester. Sin la pelota, casi nada fue el equipo ingl¨¦s; con ella, menos a¨²n. Ni siquiera cuando tuvo la final a tiro de un gol. Nada, un equipo seco.
En el comienzo del choque, cada aceler¨®n madridista dejaba a un blue sin cadena, en especial por el costado de Carvajal. Este lateral es mucho m¨¢s que un lateral. Tiene dep¨®sito para un Carvajal que blinde a De Bruyne y a Sterling y para otro Carvajal que asista en ataque, siempre con la llegada oportuna, no por rutina. As¨ª ocurri¨® en el primer remate del partido, un cabezazo de Cristiano, asistido por el madrile?o. Y, c¨®mo no, en el segundo asalto blanco con sustancia. De nuevo con Carvajal como mensajero, Bale, con Otamendi en las nubes para validar el fuera de juego, quiso centrar, pero Fernando pretendi¨® bloquear el pase y el bal¨®n acab¨® en la escuadra derecha de Hart. La UEFA decret¨® gol de Fernando. Sin virguer¨ªas, el Madrid ya estaba en ventaja. Y el City sin el liderazgo de su capit¨¢n, Kompany, roto antes de los diez minutos, cuando ¨¦l solo se desplom¨®.
Anotada la diana, Zidane retoc¨® el molde. Jes¨¦, inesperado relevo de Benzema por las extraordinarias actuaciones de Lucas V¨¢zquez, se mud¨® al costado izquierdo. El canario hab¨ªa arrancado como ariete, pero para bloquear mejor al cuadro ingl¨¦s dej¨® el nido a CR, entregado a la causa aun renqueante y protagonista de un buen racimo de remates. Sin posesi¨®n, con los tres centrocampistas m¨¢s Jes¨¦ por una orilla y Bale por la contraria el Madrid cos¨ªa una l¨ªnea de cinco para espantar al City. No precis¨® mucho m¨¢s frente a un rival remol¨®n con la pelota, sin el ingenio de Silva y con Ag¨¹ero de caza menor, siempre a la espera de una errata del adversario. Es chocante como vac¨ªa el ¨¢rea el conjunto de Pellegrini, que tampoco predispone la llegada de la segunda l¨ªnea. Tampoco nadie se ocup¨® de acosar a Kroos, obligado a un mayor tr¨¢mite defensivo por la baja de Casemiro. Por el sector de Keylor Navas, ni moscas hasta que Fernandinho ejecut¨® un disparo al poste en el ¨²ltimo parpadeo del primer tiempo. Para entonces, el Madrid, con soltura, con Isco enchufado, ya hab¨ªa dado lo mejor del partido. Lo peor estaba por llegar, m¨¢s por la angustia de que un gol le dejaba en la cuneta que por los apretones de su rival.
Poco a poco recul¨® el Madrid en el segundo acto, cuando prefiri¨® ir a campo abierto, a la contra, formato que domina y en el que se siente a gusto. Falto de acierto, ni as¨ª logr¨® bajar la persiana a la eliminatoria. Lo pudo hacer Modric, cuando cara a cara con Hart sospech¨® que estaba en fuera de jugo, mal ojo. Y Bale, poderoso como acostumbra en un cabezazo al larguero. Sin acierto y con la intriga del marcador, el mayor reto recay¨® en Pepe y Ramos, encargados del tendal defensivo. Firmes, concentrados, no consintieron ni una, salvo un disparo lejano de Ag¨¹ero, su ¨²nica migaja en esta semifinal. Muy poco para un City de fogueo, por mucho que el pulso se resolviera por un gol en propia meta. Al Madrid, con lo justo y malas se?ales en el ¨²ltimo tramo, le bast¨® para tener cita con el Atl¨¦tico en Mil¨¢n. All¨ª, el d¨ªa 28, se decidir¨¢ si unos a?aden la und¨¦cima o Madrid se convierte en la segunda ciudad de Europa con dos campeones. Precisamente, distinci¨®n que solo tiene Mil¨¢n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.