El Barcelona toca la Liga con la mano
El equipo azulgrana, liderado por Messi y los goles de Luis Su¨¢rez, gana el derbi ante un gris Espanyol y saldr¨¢ campe¨®n si vence en la ¨²ltima jornada ante el Granada
Aunque la mirada sobre el equipo cambi¨® desde el cl¨¢sico, y se sospech¨® hasta del utilero del Camp Nou, el Bar?a no ha perdido nunca la autoestima, y menos cuando media un partido con el Espanyol. Los azulgrana han encontrado refugio en las ¨¢reas para defender el liderato y el t¨ªtulo de Liga. Ya no se trata de presumir, como cuando cont¨® 39 jornadas sin perder, d¨ªas en que hasta los enemigos se llenaban la boca con el juego del Barcelona, sino que se impone ganar el campeonato por una cuesti¨®n de goles para evitar el escarnio ajeno y ratificar sobre todo su hegemon¨ªa en el torneo ante el Madrid despu¨¦s que se cayera sorprendentemente el Atl¨¦tico en campo del descendido Levante de los exazulgrana Rubi y Torras, dos buenos amigos de Tito Vilanova.
Messi pasa cuentas
La Liga se ha puesto muy de parte del Bar?a despu¨¦s de la derrota de los muchachos de Simeone y de la victoria del Granada en el Pizju¨¢n. El Madrid, distanciado un punto por el Barcelona, necesita ganar la ¨²ltima jornada en A Coru?a para exigir tambi¨¦n el triunfo azulgrana en los Nuevos C¨¢rmenes ante un adversario ya salvado en Sevilla. Ocurre que los barcelonistas siempre se manejaron mejor en la estrechez que en la abundancia, cuando necesitaron salvaguardar el golaverageque 12 puntos, los partidos en que han defendido como un equipo peque?o y atacado con la determinaci¨®n de un campe¨®n, tardes como la de ayer con el Espanyol. Volvi¨® el tridente y los azulgrana completaron un gran derbi a partir de la maestr¨ªa de Messi y la pegada de Su¨¢rez.
El partido empez¨® con un gol precioso de Messi. El argentino se cobr¨® una falta en la frontal del ¨¢rea con un tiro duro y curvado que se col¨® por la escuadra izquierda de Pau, el portero que en su ¨²ltima visita Camp Nou pis¨® el tobillo del 10. Messi tiene mucha memoria y acostumbra a pasar cuentas, aunque sea a bal¨®n parado, nada nuevo por otra parte desde que camina m¨¢s que corre, prefiere asistir a rematar, juez ¨²nico del Bar?a. Aunque el equipo ha perdido armon¨ªa y finura, no elabora el juego como cuando los protagonistas eran los volantes y no los delanteros, su capacidad para recuperar el bal¨®n es admirable, incluso en partidos ¨¢speros como los que plantea el Espanyol. La presi¨®n azulgrana arrincon¨® al equipo de Galca.
Messi incluso tom¨® una tarjeta para que no se diga que apenas defiende, empe?ado en ser el protagonista de una jornada que comenz¨® con un gol en cada uno de los campos en que jugaban los aspirantes a ganar la Liga. El carrusel radiof¨®nico anunci¨® un gol de Torres, m¨¢s tarde de Messi y despu¨¦s de Cristiano. El carrusel solo se anim¨® con el empate del Levante y una ocasi¨®n a la salida de una falta de V¨ªctor S¨¢nchez. Los azulgrana perdieron continuidad y se arrimaron los blanquiazules al marco de Ter Stegen. El Espanyol siempre fue un equipo poderoso en la estrategia y al Bar?a le falta precisi¨®n y profundidad para cuadrar sus partidos m¨¢s interesantes y calientes, pocos como el derbi del Camp Nou.
Subida de tono
El partido se calent¨® y endureci¨®, muy bien defendido por ambos equipos, y mal arbitrado despu¨¦s de que Gil Manzano anulara un gol a Rakitic y no pitara un penalti de Duarte a Messi. La intensidad del Bar?a oblig¨® al Espanyol a ser reiterativo en las faltas t¨¢cticas y las tarjetas, muy exigido en su cancha, solo estirado por Caicedo, un delantero poderoso y valiente, siempre amenazador con el nervioso Ter Stegen. Tambi¨¦n el Bar?a afil¨® los tacos para frenar las transiciones del Espanyol. La reyerta acab¨® con Messi plantado ante Gil Manzano. No se sabe qu¨¦ le pregunt¨® despu¨¦s de que pitara el fin del primer tiempo porque el delegado Carles Naval le pillo por un brazo y se lo llevo al argentino al vestuario.
Alcanzado el descanso, el partido segu¨ªa abierto para suerte del Espanyol. La incertidumbre, sin embargo, dur¨® muy poco porque Alves rob¨® el cuero en la l¨ªnea de tres cuartos, toc¨® para Messi y su asistencia la cruz¨® a la red el pichichi Luis Su¨¢rez. El Barcelona recuper¨® la contundencia y la precisi¨®n y se entreg¨® a un segundo tiempo de felicidad por los goles que fueron cayendo en el Camp Nou y en el Ciutat de Val¨¨ncia y tambi¨¦n por la emoci¨®n del Bernab¨¦u. Volvi¨® a marcar Su¨¢rez; la pifi¨® Pau para habilitar a Rafinha, y hasta hubo tiempo para que anotara Neymar. No hay un resultado m¨¢s terap¨¦utico para el Bar?a que un 5-0, el d¨ªgito m¨¢gico, el marcador conseguido ante el Espanyol por el equipo que conquist¨® Berl¨ªn.
Nada tuvo que decir el Espanyol, muy retador en la previa, reiterativo en su deseo de que la Liga la gane ¡°un equipo de Madrid¡±, sin especificar sin el Atl¨¦tico o el Real, entregado al f¨²tbol vigoroso del responsabilizado Bar?a, sin m¨¢s queja que un penalti reclamado sobre Diop. Ni rastro de Tamudazo ni recuerdo del 0-0 de Cornell¨¤. No hubo derbi en el Camp Nou. La hinchada estuvo m¨¢s pendiente de la radio que del Espanyol. Al Barcelona le vino bien jugar a la misma hora que Atl¨¦tico y Madrid. Ahora mismo le quedan dos partidos y son dos finales para ganar la Liga y la Copa. La gloria o la miseria para el club seguramente m¨¢s extremista del mundo, tambi¨¦n en tiempos del tridente; ya van 21 goles a favor y 0 en contra desde la derrota con el Valencia.
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