Diez a?os m¨¢s tarde, la sangre a¨²n no ha hablado
El 23 de mayo de 2006, la Operaci¨®n Puerto cambi¨® el deporte espa?ol para siempre, abri¨® un mundo de dudas y acab¨® con el mito de Eufemiano Fuentes y Manolo Saiz
A mediados de abril de 2006, un teniente de la Guardia Civil llamado Enrique G¨®mez Bastida llam¨® a la puerta del despacho en el Consejo Superior de Deportes de Rafael Blanco, director general de Deportes y presidente de la Comisi¨®n Nacional Antidopaje, y le dijo, de sopet¨®n: "Hemos seguido los hilos de una investigaci¨®n que llev¨¢bamos sobre importaci¨®n ilegal y falsificaci¨®n de medicamentos y nos han llevado a lo que creemos una enorme trama de dopaje sangu¨ªneo. Esto no es un delito en Espa?a, pero va contra las normas deportivas. ?Qu¨¦ hacemos? ?Seguimos adelante con la investigaci¨®n?".
Blanco consult¨® con su superior, Jaime Lissavetzky, y volvi¨® con una orden tajante: "Claro que queremos que sig¨¢is. Nos interesa".
"?Hasta d¨®nde hay inter¨¦s?", pregunt¨® el disciplinado investigador de la Unidad Central Operativa (UCO).
"Queremos que llegu¨¦is hasta el fondo. Haya quien haya, pase lo que pase", fue la respuesta definitiva.
"Nos pod¨ªamos haber puesto de perfil, mirar para otro lado y seguir como si nada", recuerda ahora Blanco, que ha dejado todos los cargos deportivos y pol¨ªticos y ejerce de m¨¦dico en Palma del R¨ªo (C¨®rdoba). "Total, no hab¨ªa una ley que amparara la investigaci¨®n... Pero despu¨¦s de los primeros datos que me pas¨® Enrique, con el que despachaba regularmente, vimos que el asunto era gord¨ªsimo. De hecho, cuando se ejecut¨® la operaci¨®n, su alcance, las detenciones, el material hallado, hacen de ella a¨²n la mayor operaci¨®n antidopaje que se ha llevado a cabo nunca".
Hace 10 a?os justos, un viernes, Ivan Basso se impone en el monte Bondone, una etapa m¨¢s de un Giro en el que arrasa todos los d¨ªas y en el que la mayor oposici¨®n le llega de un espa?ol grandote llamado Jos¨¦ Enrique Guti¨¦rrez Catalu?a que sube el Mortirolo como si pesara 50 kilos y no los 70 que arrastra. En el mismo Giro, Jan Ullrich se prepara para el Tour y Scarponi sufre como l¨ªder del Liberty de Manolo Saiz.
Detenciones en Madrid
Ese mismo d¨ªa, temprano, a Blanco, y solo a ¨¦l, se le avisa de que se va a proceder a intervenir. Pocas horas despu¨¦s, a Armstrong le dicen en Nueva York que en esos instantes la Guardia Civil est¨¢ deteniendo en un hotel de Madrid a Eufemiano Fuentes, un m¨¦dico reverenciado en el mundillo, y a Manolo Saiz, el director dispuesto a revolucionar el ciclismo, a los que ha sorprendido en una compraventa de sustancias dopantes. "!Uff! Esto va a ser peor que el caso Festina", suspira el tejano. Pocas horas despu¨¦s, los telediarios abren con im¨¢genes policiales de registros en Madrid, del hallazgo de centenares de bolsas de sangre congeladas y de plasma en varios arcones frigor¨ªficos, de productos y maquinaria para extraer, centrifugar, separar los componentes de la sangre y congelar los gl¨®bulos rojos que luego, semanas despu¨¦s, ser¨¢n reinfundidos en decenas de deportistas.
Una vez sin¨®nimo de ¨¦xito, quien habla de Operaci¨®n Puerto ahora habla de maniobra de ocultaci¨®n pol¨ªtica, de silencio para proteger a las grandes figuras nacionales, de verg¨¹enza del deporte espa?ol
Diez a?os despu¨¦s, los nombres de la mayor¨ªa de esos deportistas se desconocen, a la espera a¨²n de que un juez conceda permiso para descifrar las bolsas de sangre congeladas, unas 200, a¨²n conservadas en el laboratorio antidopaje de Barcelona, cuyo director entonces, Jordi Segura, ya se ha jubilado. Diez a?os despu¨¦s, la Operaci¨®n Puerto es un quiste endurecido que nadie es capaz de reducir. Una vez sin¨®nimo de ¨¦xito, de aplausos de la prensa de todo el mundo, de felicitaciones, raz¨®n de optimismo y orgullo policial, el quiste se ha podrido, y quien habla de Operaci¨®n Puerto ahora habla de maniobra de ocultaci¨®n pol¨ªtica, de silencio para proteger a las grandes figuras nacionales, de verg¨¹enza del deporte espa?ol.
Este no era el final que se sospechaba el 25 de junio de 2006, domingo, cuando EL PA?S publica los primeros datos de un sumario secreto y los primeros nombres: Ivan Basso, Jan Ullrich, Santiago Botero, Francisco Mancebo, Michele Scarponi, Joseba Beloki, Jos¨¦ Enrique Guti¨¦rrez... Los ciclistas espa?oles, dirigidos por Jos¨¦ Rodr¨ªguez, presidente de su sindicato y abogado especialista en dopaje, boicotean en protesta el Campeonato de Espa?a. En Francia, donde el domingo siguiente comienza el Tour, se ponen nerviosos: no quieren que les estalle un esc¨¢ndalo durante una carrera en la que Basso y Ullrich ser¨ªan los grandes favoritos. La gran disculpa de los ciclistas, algo se oculta, no solo hab¨ªa ciclistas con Eufemiano, se hace evangelio, pero el CSD sigue adelante. El martes 27, en Hanover, Lissavetzky se entrevista con el ministro franc¨¦s de Deportes, Jean Fran?ois Lamour, a quien promete una lista de corredores implicados para que no puedan correr el Tour. Horas despu¨¦s, la lista se produce. Basso y Ullrich abandonan el Tour antes del pr¨®logo.
Una d¨¦cada
Son 10 a?os que parecen un siglo. Lance Armstrong, a¨²n admirado, era Dios y Steve Jobs, a¨²n vivo, era Mois¨¦s con las tablas de la nueva ley en su mano, y sus mandamientos. El 23 de mayo de 2006, el ciclista que se acaba de retirar desde lo alto de su s¨¦ptima victoria consecutiva en el Tour y el fundador y genio de Apple compart¨ªan escenario en un almac¨¦n reconvertido del viejo puerto de Nueva York. Presentan al alim¨®n el ¨²ltimo invento revolucionario, las zapatillas inteligentes de Nike. Las zapatillas no sobrevivieron mucho a sus promotores, a su buena fama y a su vida, respectivamente, como tampoco sobrevivieron pol¨ªtica, policial o deportivamente todos aquellos que durante semanas vieron sus nombres y sus cargos en titulares de prensa asociados a la Operaci¨®n Puerto. Diez a?os m¨¢s tarde, o un siglo, solo las bolsas congeladas, Alejandro Valverde, Michele Scarponi, a¨²n ciclistas protagonistas en el Giro, y las inc¨®gnitas permanecen inmutadas.
"Hace un a?o me entrevistaron en la UCI para elaborar un informe sobre la lucha contra el dopaje", explica Blanco. "Les dije que los dos grandes problemas de la Operaci¨®n Puerto fueron la ausencia de legislaci¨®n ¡ªla ley antidopaje se aprob¨® unos meses despu¨¦s¡ª, lo que permiti¨® al juez bloquear la investigaci¨®n y que la Guardia Civil no pudiera profundizar en los indicios que pose¨ªa, probar otras intuiciones muy fuertes. Y el mundo del ciclismo no asumi¨® que ten¨ªa un problema. No solo los presuntos culpables, sino tambi¨¦n los inocentes del ciclismo, nos presionaban y nos dec¨ªan que no sigui¨¦ramos adelante, que aquello ser¨ªa el final de su deporte".
El teniente G¨®mez Bastida, 10 a?os despu¨¦s, es el presidente de la Agencia Espa?ola Antidopaje, e, investigador perseverante a¨²n, no desespera de que su investigaci¨®n estrella llegue a su final alg¨²n d¨ªa. "Todo empez¨® a torcerse cuando el juez no nos dio acceso a los ordenadores de Eufemiano ni nos permiti¨® practicar m¨¢s registros", dice. "La investigaci¨®n se qued¨® a medias, pero yo ya he elaborado mi propia lista de sospechosos y solo espero que el juez nos d¨¦ por fin las bolsas de sangre para corroborarla y cerrar el caso y las sospechas fant¨¢sticas que se han disparado".
La posible falta de los deportistas ha prescrito, por lo que no se les podr¨¢ sancionar aun sabiendo sus nombres v¨ªa, por ejemplo, una comisi¨®n de investigaci¨®n de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA). Sufrir¨ªan entonces la sanci¨®n social que pondr¨ªa en duda todos sus ¨¦xitos y permitir¨ªa que se les llamara dopados. "Fuimos muy valientes entonces", dice Blanco. "Hicimos lo m¨¢s impopular, pero era lo que hab¨ªa que hacer. Y no me arrepiento de nada".
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