En el ring de ?ndalo, Valverde gana a los puntos
K.O. de Nibali en el d¨ªa m¨¢s intenso: Kruijswijk se consolida, Chaves queda tocado, el murciano llega al podio
Mediado el siglo pasado un gentleman decidi¨® en qu¨¦ deportes merec¨ªa la pena gastar energ¨ªa gui¨¢ndose solo de la sem¨¢ntica. A un lado, el despreciado, coloc¨® los deportes que se juegan como se tocan los instrumentos de una orquesta, los deportes que son juegos, el tenis, el f¨²tbol, el balonmano, todos aquellos en los que primero se inventaron las reglas y las medidas y las canchas; en el medio, para d¨ªa tontos, quiz¨¢s, coloc¨® los deportes que se practican, la nataci¨®n, el atletismo; finalmente, en la c¨²spide adorada, los deportes verdaderos, los que se combaten, el pugilismo y, por supuesto, el ciclismo, que lo luchan p¨²giles sobre ruedas y en el que como han comprobado Chaves y Nibali, en el ring inmenso del M¨¦ndola, un puerto perdido en la inmensidad de un mar de manzanos verdes y doradas manzanas Golden tan dulces, homog¨¦neas y esterilizadas como salidas de f¨¢brica, se pueden recibir golpes duros como pu?os, m¨¢s dolorosos que los propinados con grandes guantes, y sangre roja sobre el sol de verano ya en las laderas brillantes por encima de la Trento de los concilios.
La 16? etapa, la de la salida de los Dolomitas por sus valles ricos hacia la planicie pr¨®xima, fue un combate de un solo asalto, corto (132 kil¨®metros), intens¨ªsimo (m¨¢s de 44 por hora en un d¨ªa de monta?a), sin respiro ni piedad. Fue un combate a cinco, los cinco primeros de una general al terminar el d¨ªa en la que Valverde ya es tercero, a 23s de Chaves, a 3m 23s, lej¨ªsimos para la esperanza, del duro Kruijswijk. Lo gan¨® a los puntos sobre el l¨ªder Kruijswijk de rosa cada d¨ªa m¨¢s puesto Valverde, quien levant¨® los brazos y dos veces el pu?o derecho, vencedor en la meta, los dos que, junto al incre¨ªble Ilnur Zakarin, el esp¨¢rrago t¨¢rtaro indesmayable, m¨¢s crochets, uppercuts, directos al coraz¨®n y ganchos a la mand¨ªbula propinaron. Lo perdi¨® por K.O., y tambi¨¦n el Giro, definitivamente, el siciliano Nibali, de voluntad rabiosa y pedalada lenta, pu?os de mantequilla, o as¨ª, quien por cada derechazo que solt¨® su furia, su gana de combatir, recib¨ªa dos contras terribles de los tres ciclistas en vena. Logr¨® perderlo solo a los puntos Esteban Chaves, incre¨ªble fajador pegajoso, que dir¨ªan los cronistas de antes: el peso mosca colombiano, en fr¨ªo, antes de enterarse de qu¨¦ vaina iba la etapa, recibi¨® golpes que le dejaron tocado, pero en ning¨²n momento toc¨® la lona, y resisti¨® segundo.
Chaves, cuenta su forjador, Luis Fernando Saldarriaga, es un pirata en medio del mar con una visi¨®n panor¨¢mica impresionante para saber d¨®nde est¨¢ la presa, para observar todos sus gestos y analizarlos, para saber c¨®mo est¨¢, con capacidad para decidir r¨¢pido, para calcular p¨¦rdidas y ganancias, para esperar tranquilo su fallo y para lanzarse en picado a por ¨¦l llegado el momento. Todas esas cualidades atacantes, toda su calma y calidad de an¨¢lisis, su inteligencia de carrera ¨²nica, las us¨® para defenderse en su peor d¨ªa en el Giro, en el que naveg¨® siempre por detr¨¢s, pero nunca a la deriva, siempre entre 35 y 45 segundos, sin ceder ni ganar, siempre buscando la mejor compa?¨ªa, y encontr¨¢ndola. Primero fue su equipo, Plaza y Txurruka, a los que cuid¨® como har¨ªa un capit¨¢n corsario repartiendo ron entre sus sangrientos marineros feroces, bajando a por agua al coche para que no descompusieran el orden; despu¨¦s se entreg¨® al generoso Jungels de blanco joven, el luxemburgu¨¦s que se tom¨® la etapa de los puertos medianos como una contrarreloj a su ritmo alto, sin importarle qui¨¦n se aprovechaba de su rueda.
Chaves seguir¨¢ su Giro reservado, a la defensiva, esperando el fallo, sin atreverse a entrar, fr¨ªo, donde sabe que no puede atreverse. A Chaves le aislaron en el primer puerto primero la marcha fren¨¦ticamente controladora del Movistar de Valverde, y luego los ataques consecutivos como coordinados de Zakarin y Kruijswijk, siempre pareja de baile, de Nibali voluntarioso y fuerte al principio, de Valverde animoso ardiente. A Nibali le tumb¨® Valverde, 36 a?os y novato en el Giro, en el Fai della Paganella, el puerto de falsa segunda en el que hasta ahora solo hab¨ªa ganado Eddy Merckx y lo hizo en el 73 del Tarangu, que se desarm¨® despu¨¦s de haberle puesto al can¨ªbal contra las cuerdas en el Bondone entonces de tierra. Lleg¨® Valverde a ?ndalo, a la meta, con el generoso Zakarin y el imperturbable Kruijswijk, quien no necesita de calma ni de ciencia ni de sabidur¨ªa: con su fuerza responde s¨®lido a cualquier ataque a los que se lanza planeando con su cuerpo trapezoidal sin perder nunca un amago de sonrisa en sus labios secos. En las calles del pueblo, el murciano esper¨® a que intentara arrancar el holand¨¦s y midiendo su velocidad ni le dej¨® adelantarle para ganar, donde solo el Can¨ªbal lo hab¨ªa hecho antes, con los brazos en alto y dos especiales pu?os al aire. ¡°Ya he alcanzado la mitad de mi objetivo, ganar una etapa¡±, dijo. ¡°Solo me falta consolidar el podio. Est¨¢ tan fuerte Kruijswijk que creo que va a ser el campe¨®n del Giro¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.