El hombre del Giro de Italia era Nibali
Con un ataque en la Lombarda, el siciliano despoja a Chaves de la rosa a un d¨ªa del fin
Minutos antes de la batalla Alejandro Valverde busc¨® inspiraci¨®n en un peri¨®dico de papel rosa que extrajo de debajo de su maillot, pues lo llevaba pegadito al pecho donde le protegi¨® del viento que enfr¨ªa el sudor en el descenso vertiginoso de la Bonette, de 2.715 metros a 865 meros en 40 kil¨®metros, largu¨ªsimo. Llegando a Isola, Valverde extendi¨® la Gazzetta sobre su manillar con tranquilidad y, incluso sin necesidad de sus gafas para el astigmatismo, pudo leer el gran titular sobre peque?as fotitos de portada: Nibaleone, dedicado a su siciliano y a su victoria la v¨ªspera en Risoul. Tambi¨¦n podr¨ªan haber titulado Annibali, debi¨® de pensar el murciano, quiz¨¢s recordando de sus tiempos de escuela que tambi¨¦n Anibal cruz¨® las monta?as guerrero, y lo hizo por puertos cercanos, parecidos, a 3.000 metros de altitud, tocando el cielo brillante que separa a Francia de Italia, siempre en los Alpes. Con Indurain, otro de los grandes que recorri¨® las mismas rutas imposibles, Bonette, Isola 2000, Vars, guiado por delirios de conquista y por sue?os de grandeza, seguramente no se le ocurrir¨ªa ning¨²n juego de palabras en el que Nibali tuviera sentido, y, quiz¨¢s cansado del juego y descuidado, Valverde tir¨® las hojas rosas al suelo y volvi¨® a pedalear hacia el col de la Lombarda, donde la batalla, el Giro, finalmente se libr¨®, y se decidi¨® a favor del Tibur¨®n del Estrecho (esto tambi¨¦n le llaman a Nibali, el ciclista de Messina, donde Sicilia m¨¢s cerca est¨¢ de la pen¨ªnsula), que termin¨® de devorar con apetito al bravo y triste Esteban Chaves que tos¨ªa y pedaleaba con la boca abierta grande buscando aire en el viento de cara que le frenaba, ox¨ªgeno que no llegaba a sus pulmones de bronquios atascados.
Lleg¨® exultante Nibali a la meta de un santuario mariano, el de Santa Ana, en las alturas sobre Cuneo en el Piamonte m¨¢s extremo, y tambi¨¦n tan feliz, o si no m¨¢s, y as¨ª lo expres¨® sin dejar de dar botes y abrazos, Valverde, quien termin¨® de hundir al destrozado de cuerpo y alma Steven Kruijswijk, quien tullido y todo defendi¨® terrible hasta que no pudo m¨¢s su tercer puesto en el podio de un Giro cruel.
Nibali o Napole¨®n o An¨ªbal o lo que se sintiera nada m¨¢s terminar la etapa y saberse ganador de su segundo Giro (la ¨²ltima etapa, el paseo de Cuneo a Tur¨ªn no deber¨ªa servirle a Chaves para recuperar el tiempo perdido) habl¨® como hablar¨ªa un general, como, quiz¨¢s le gustar¨ªa su epitafio. ¡°Ataqu¨¦ sin miedo a perder, sin miedo a ganar tampoco¡±, dijo el siciliano recuperado para el Giro despu¨¦s de sus desventuras dolom¨ªticas, dijo, por el amor de la gente a la que no pod¨ªa defraudar. Atac¨® con ciencia tambi¨¦n. ¡°Esper¨¦ a los 1.900m de altitud, donde me sent¨ªa superior a los dem¨¢s¡±, explic¨®. A esa altura suele brotar en Valverde el mal de altura intermitente, del que se declar¨® curado curiosamente el murciano el s¨¢bado; a esa altura, dada la menor presi¨®n del aire, al ox¨ªgeno le cuesta m¨¢s llegar a los pulmones, y m¨¢s a los del bronqu¨ªtico Chaves, el hombre justamente nacido y criado en la altura de Bogot¨¢, el cuerpo que deber¨ªa estar m¨¢s adaptado a la pobreza del aire, el organismo que m¨¢s la sufri¨®. Apoyado por Scarponi, que aceler¨® silbando en la pendiente y el plato de 53 entre los pies arrastrando veloz la cadena, Nibali necesit¨® de dos ataques largos, sostenidos, para romper la resistencia de Kruijswijk, f¨¢cil, y luego la de Chaves y Valverde, m¨¢s resistentes a a su cambio de ritmo. Fue la duraci¨®n del esfuerzo, y no la sucesi¨®n de ataques cortos, m¨¢s f¨¢ciles de controlar para gente con cambio de ritmo como el murciano y el colombiano, lo que dio la ventaja al Nibali desencadenado que no mir¨® atr¨¢s. Y vi¨¦ndole, los periodistas italianos declaman en castellano ¡°c¨¢ntico sublime y final¡±, como inspirados por Jorge Guill¨¦n.
Por la cima de la Lombarda (2.350m), donde la raya galoitaliana y desde donde los d¨ªas claros y n¨ªtidos se ve Tur¨ªn y m¨¢s all¨¢, Nibali pas¨® con 55s de ventaja sobre Chaves, admirable guerrero derrotado. Por 11s ya era l¨ªder, ya era due?o para siempre de la maglia rosa del Giro de 2016.
Delante, entremezclado entre decenas de ciclistas entre los que hab¨ªa cazadores de etapa (se la llev¨®, casi invisible, el estonio Rein Taaramae) y ciclistas como el Puma Atapuma o Mikel Nieve, infatigable y feliz en la soledad de sus fugas mon¨®logo, que peleaban por la camiseta azul de rey de la monta?a, y se la llev¨® el navarro de piedra, hab¨ªa corredores estrat¨¦gicos, como el otro estonio del d¨ªa, el amigo de Nibali Tanel Kangert , que termin¨® la tarea de ayuda iniciada por Scarponi, escudo contra el viento y ¨¢nimo.
A Chaves solo le ayud¨®, parcero grande, su compatriota Rigo Ur¨¢n, el primer s¨ªmbolo del nuevo, del joven ciclismo colombiano que emociona al mundo, e ilusiona. Valverde jug¨® con ¨¦l un rato y despu¨¦s se fue a por Nibali, lo m¨¢s lejos posible de Kruijswijk, para componer en la llegada, donde se abraz¨® con Nibali, la estampa (los dos grandes favoritos felices con sus conquistas tras el ¨²ltimo d¨ªa de monta?a) que al partir de Holanda parec¨ªa cantada, pero que, debido al tremendo Giro y desgraciado de Chaves y Kruijswijk, solo pudo conformarse en el ¨²ltimo puerto.
CLASIFICACIONES
ETAPA:
1. R. Taaramae (EST/KAT) 4h 22m 43s
2. D. Atapuma (COL/BMC) a 52s
3. JL Dombrowski (USA/CPT) a 1m 17s
...
6.?V. Nibali (ITA/AST) a 6m 44s
7. A. Valverde (MOV) a 6m 57s
...
13.?S. Kruijswijk (HOL/TLJ) a 8m 13s
14.?E. Chaves (COL/OGE) a 8m 20s
GENERAL:
1. Vincenzo Nibali (ITA/AST)?82h 44m 31s
2.?E. Chaves (COL/OGE) a 52s
3.?A. VALVERDE (MOV) a 1m 17s
4. S. Kruijswijk (HOL/TLJ) a 1m 50s
5. R. Majka (POL/TNK) a 4m 37s
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