El Giro ser¨¢ un duelo Chaves-Nibali
La ca¨ªda de Kruijswijk y el mal de altura de Valverde dejan la maglia rosa en el cuerpo del colombiano
Los campeones llegan solos. No hay cr¨®nica de la del ciclismo que no hable de las monta?as y de Coppi, de Merckx, de Oca?a, y que no recuerde el triunfo de la soledad, su grandeza. Los derrotados tambi¨¦n pedalean solos. Eran hasta ahora, en este Giro que se apura para llegar a Tur¨ªn el domingo a trav¨¦s de las monta?as m¨¢s altas, los que todo lo perd¨ªan en un d¨ªa malo, en un mareo de altura, en una distracci¨®n, Valverde, Nibali, Chaves, los ¨²nicos con los que se pod¨ªa poetizar recrdando la solitaria grandeza del ser humano solo ante todo, desnudo como la mirada transl¨²cida sin gafas de Steven Kruijswijk, solitario en el descenso del Agnello gigante, que mira al miedo de frente, y a su destino, y no desv¨ªa la vista de sus ojos claros, despu¨¦s de una ca¨ªda tremenda que no le rompe la maglia rosa hermosa ahora con manchas m¨¢s rojas de sangre de su portador, pero rompe su sue?o. Kruijswijk est¨¢ solo, sin compa?eros de equipo, sin nadie con el que compartir su dolor, y es grande en la derrota rota y en sus brazos quemados por el hielo del t¨²nel de nieve que era el Agnello a m¨¢s de 2.700 metros, donde las nubes son perpetuas. Lucha por sobrevivir, mientras delante, lobos grises en el col del Cordero (Agnello), Nibali y Chaves bajan locos hacia la victoria, y el Giro prometido se desvanece cuando m¨¢s brilla el sol, cuando apareci¨® Nibali grande, y a su rueda, rezando, Chaves.
CLASIFICACIONES
ETAPA:
1. V. Nibali (ITA/AST) 4h 19m 54s
2. M. Nieve (SKY) a 51s
3. E. Chaves (COL/OGE)?a 53s
4. D. Ulissi (ITA/LAM) a 1m 02s
5. R. Majka (POL/TNK) a 2m 14s
6. A. Valverde (MOV) a 2m 14s
...
16. S.?Kruijswijk (HOL/TLJ) a 4m 54s
GENERAL:
1. E. Chaves (COL/OGE) 78h 14m 20s
4. A. VALVERDE (MOV) a 1m 48s
5.?R. Majka (POL/TNK) a 3m 59s
En el coraz¨®n de los grandes Alpes ciclistas, donde confluyen el comienzo de los gigantes Vars e Izoard, al pie de la subida final a Risoul, el Giro encontr¨® en su pen¨²ltima etapa su campe¨®n verdadero, que no fue Chaves, pese a que el colombiano diminuto vista ya maglia rosa, sino Nibali reencontrado, que atac¨® ligero como si fuera en moto a cinco kil¨®metros de la cumbre de los colombianos, all¨ª donde dos veces Nairo gan¨® el Tour del Porvenir, y logr¨® que en este Giro saliera por fin pudiera hacerse la foto de un campe¨®n solo ganando. Detr¨¢s de Chaves, l¨ªder, Nibali hambriento acecha a 44s, Kruijswijk ha ca¨ªdo a 1m5s del rosa que tan bien casaba con su pelo rojo y sus pecas y Valverde, est¨¢ casi 2m m¨¢s cerca cronom¨¦tricamente del l¨ªder que la v¨ªspera, pero mentalmente igual de lejos.
Fue la impaciencia de Chaves, que corre con la nariz tapada y antibi¨®ticos desde hace d¨ªas y se quita los mocos que no le dejan respirar indisimulado con la mano mientras no deja de pedalear y habla raro, la que desencaden¨® la acci¨®n. Fue la ca¨ªda de Kruijswijk la que gener¨® el drama, fue la grandeza de Nibali la que dio sentido al dolor del holand¨¦s, al sudor de Chaves, al atontamiento en que la altura sume a Valverde, los o¨ªdos taponados, las piernas de algod¨®n, la n¨¢usea.
Todos los equipos, salvo el LottoNL de Kruijswijk, hab¨ªa enviado hombres a la vanguardia y diseminados por el ascenso y el descenso esperaban el momento de intervenir. Para atacar, para defender, para llorar como Ilnur Zakarin, otra v¨ªctima de la locura del descenso que Nibali contagi¨®, el nervio. El ruso pele¨®n se cay¨® contra la piedra lavada por miles de a?os de paso de un arroyo de monta?a y milagrosamente solo se rompi¨® una clav¨ªcula. Despu¨¦s de la aceleraci¨®n de los Orica de Chaves y el remate del cerebral colombiano mortal para Valverde en los ¨²ltimos metros de la subida a la Cima Coppi, los tres, Nibali, Chaves y Kruijswijk iniciaron juntos en tr¨ªo la bajada, la parte m¨¢s vertical y peligrosa, entre muros de nieve borrosos por las nubes bajas y riachuelos de agua corriendo por el asfalto quebrado. ¡°Nibali empez¨® a bajar como un loco y yo tambi¨¦n fui un loco sigui¨¦ndole. No le quer¨ªa dejar ni un metro¡±, dijo Chaves, el segundo colombiano despu¨¦s de Nairo que viste de rosa en los tres ¨²ltimos a?os, y que puede ganar el Giro. En la locura, el tercero, el holand¨¦s de tan anchos hombros, tom¨® mal una curva y dio una voltereta contra el hielo. Cuando, kil¨®metros despu¨¦s, su equipo logr¨® cambiarle la bicicleta rota, el Giro ya se alejaba m¨¢s de un minuto en el pedaleo incontenible de Nibali y Chaves y sus compa?eros de equipo adelantados, empezando por Scarponi, que hab¨ªan parado para guiarles.
Chaves gan¨® el rosa en el lugar en el que quiz¨¢s perdi¨® el Giro. Al ¨²ltimo ataque de Nibali, el ciclista que volvi¨® a fiarse solo de sus piernas, justo cuando ya Kruijswijk a la deriva estaba a 3m, y entre medias, en su propia deriva, Valverde, que nunca se rindi¨®, Chaves asfixiado de mocos ya no pudo resistir. Fueron los cinco kil¨®metros de soledad y grandeza de Nibali, a la conquista de su segundo Giro que quiz¨¢s complete el s¨¢bado; los cinco kil¨®metros de soledad ( a veces compartida con el inoxidable Nieve) y grandeza derrotada, pero no rendida, nunca, de Chaves, el colombiano que sue?a, y cree que los sue?os se cumplen. ¡°En la ¨²ltima etapa alpina dar¨¦ el todo por el todo¡±, dijo.
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