Real Madrid - Atl¨¦tico de Madrid: un choque de estilos
El an¨¢lisis t¨¢ctico de la final de Mil¨¢n y de dos modelos de juego muy diferentes, linea por l¨ªnea
Real Madrid y Atl¨¦tico representan dos modelos opuestos de f¨²tbol, un choque de estilos. M¨¢s imprevisible el Madrid, con mayor vocaci¨®n ofensiva y apego por la pelota, y m¨¢s firme el Atl¨¦tico, muy c¨®modo sin el bal¨®n. Esto es un an¨¢lisis l¨ªnea por l¨ªnea de unos y otros.
Dos porterazos. El portero es un solo, dec¨ªan los cl¨¢sicos no sin raz¨®n. Y en su retiro, Keylor Navas y Oblak son dos guardametas de los que presumir, en lo puramente t¨¦cnico y en lo mental. El primero tuvo que sustituir a un mito, s¨ª, una leyenda, por m¨¢s que algunos pir¨®manos negaran tal condici¨®n a Casillas. Por si no fuera poco, de no ser por un mal fax hoy estar¨ªa en el United. Su espiritualidad le permiti¨® soportar el sainete y sus fabulosas condiciones bajo palos le procuraron el aprecio y hasta la admiraci¨®n. Portero solvente, ¨¢gil y muy decidido y bizarro en las salidas, sobre todo en los duelos directos con los atacantes. Como a la mayor¨ªa de arqueros de equipos con galones, le llegan poco, lo que requiere m¨¢xima concentraci¨®n en soledad. Keylor no se despista cuando no tiene tajo, siempre en alerta.
El caso de Oblak tiene similitudes. Lleg¨® de puntillas, sin mucho cartel, y cuando la sombra de Courtois a¨²n era alargada. No tard¨® en sacudirse cierto mosqueo de la grada. Con un f¨ªsico privilegiado, es un portero sobrio, de los que remiten a aquellos de anta?o que no necesitaban ser ¡°palomiteros¡± porque siempre estaban donde hab¨ªa que estar. Como Oblak, era lectores anticipados de las jugadas. El esloveno se coloca como pocos, es potente en las salidas y apenas hay rastro de alg¨²n despeje inadecuado. Bloca como casi nadie, imanta el bal¨®n, lo que niega al rival segundas jugadas en los rechaces.
Laterales de ida y vuelta, y mucho m¨¢s. Madrid y Atl¨¦tico tambi¨¦n se igualan por los laterales, con los dos seleccionados de la Roja, Carvajal y Juanfran, y dos habituales con Brasil, Marcelo y Filipe. Por la derecha, los dos espa?oles tuvieron su mili. Juanfran, extremo de origen, tuvo que mudarse a la carrera, poco a poco. Inteligente y abnegado se adapt¨® de maravilla y hoy parece un lateral de cuna. Llega puntual, al asalto, no por rutina, y de sus tiempos ofensivos mantiene un buen toque, o sabe lo que es buscar al rematador por v¨ªa terrestre. Le cuesta m¨¢s poner el candado en defensa, pero se las apa?a y le ayuda que el equipo disponga siempre de volantes auxiliares.
Carvajal tampoco despeg¨® a la primera. Necesit¨® una beca en la Bundesliga, en Leverkusen, para reengancharse al f¨²tbol espa?ol y sacar nota en la ¨¦lite. Pese al fichaje desproporcionado de Danilo, ha ganado el pulso m¨¢s que con creces. Es un lateral no solo fiable, sino de enormes prestaciones ofensivas y defensivas. Tiene menos socios que Juanfran, pero cumple por casi todos los remolones. Estupendo en ataque, repliega como una bala y cierra la l¨ªnea con autoridad. De lo mejor del Madrid en todo el curso.
Centrales y caciques. God¨ªn y Sergio Ramos son dos toques de cornetas de primera categor¨ªa, futbolistas recios, de m¨¢rmol, con car¨¢cter y arrastre. Al madridista le cabe la condici¨®n de ¡°cacique¡±, etiqueta suramericana que con honores uruguayos representa God¨ªn. Carceleros de a¨²pa en su ¨¢rea, son capitales en la contraria, donde han sellado glorias como la Liga del Atl¨¦tico en el Camp Nou y la D¨¦cima de Lisboa. En la salida, Sergio prefiere la suerte del pase largo; God¨ªn tiene menos toque, y, aunque no lo haga a menudo, le gusta m¨¢s ser conductor, ir a la aventura entre las alambradas ajenas. Les diferencia el colega. God¨ªn alterna con Jim¨¦nez, su joven disc¨ªpulo, y con Savic, que entra y sale y acaba de llegar. Sergio hace tiempo que tiene una pareja estable, Pepe, que parece haber dado marcha atr¨¢s en el ciclo vital. Los a?os le han templado, ya no se le cortan los cables como antes, y el castigo del tiempo no le pesa en las piernas. Ha rejuvenecido y mantiene su gran consistencia para los cruces, para el quite, para acogotar al adversario. Si no abusa del pase largo, no hay tachas.
El medio campo rojiblanco es una selva, por fuera y por dentro?posici¨®n a la que se vuelcan con frecuencia Sa¨²l y Koke para dejar pasillo a los laterales.
El medio campo: guerreros y violinistas. A partir de medio campo llegan las grandes diferencias entre uno y otro equipo. Ninguno concibe la zona intermedia como un apeadero, pero s¨ª la interpretan de modo antag¨®nico. En el Madrid, Casemiro el ¨²nico escoba, la ¨²nica ancla, el ¨²nico nivelador. En el Atl¨¦tico, con una l¨ªnea de cuatro, y a veces cinco cuando Griezmann recula a un costado, todos son mosqueteros a la hora de formar un dique. Todos muy juntos para la presi¨®n, para estrechar al rival en cualquier zona y, siempre que se pueda, martirizarle contra las bandas. El medio campo rojiblanco es una selva, por fuera y por dentro, posici¨®n a la que se vuelcan con frecuencia Sa¨²l y Koke para dejar pasillo a los laterales. En ataque les cuesta m¨¢s, con Gabi y Augusto casi siempre de guardianes en campo propio, Koke para dar hilo a los delanteros y Sa¨²l como principal llegador.
En el Madrid es otra cosa. Kroos y Modric miran al frente y no siempre se cubren las espaldas. Lo suyo es dar carrete al equipo, tocar y tocar, manejar las agujas. Y, al contrario de lo que ocurre con Griezmann, no suelen contar con aguadores de la delantera. Con Bale solo de vez en cuando y casi nunca con Cristiano. El medio campo es la l¨ªnea en la que m¨¢s inferioridad acusar¨¢ el Madrid, donde tendr¨¢ el campo m¨¢s minado.
Nada distingue m¨¢s al Madrid que el mazo de sus tres delanteros. Adoran ir a campo abierto, pero tambi¨¦n tienen desborde. Son una amenaza constante
Ataque total y ataque a la carrera. Nada distingue m¨¢s al Madrid que el mazo de sus tres delanteros, un ariete arquitecto como Benzema y dos balas como Cristiano y Bale, demoledores en carrera, con metralla en las botas para disparar y con un juego de cabeza estruendoso. Adoran ir a campo abierto, pero tambi¨¦n tienen desborde. Son una amenaza constante. En el bando de Simeone, la ofensiva es m¨¢s frontal, con el turbo de Griezmann, tambi¨¦n un notable cabeceador, y el nuevo elixir de Fernando Torres, que parece ser de nuevo el Ni?o que fue. A los dos les encanta jugar con horizontes y se les atraganta m¨¢s el est¨¢tico. Pero han logrado explotar una singular virtud. Conocedores de que en las grandes citas no tendr¨¢n muchas ocasiones son de los m¨¢s puntuales con el gol. En el caso del Atl¨¦tico, el gol no es siempre hijo del juego, pero Torres y Griezmann saben hacer bingo con muy poco.
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