Grandiosa Muguruza
Con un tenis arrollador, Garbi?e desarbola a la n¨²mero uno, Serena Williams (7-5 y 6-4), y conquista su primer gran t¨ªtulo. Recoge el testigo de S¨¢nchez Vicario, la ¨²ltima ganadora espa?ola (1998) en Par¨ªs
Lo advert¨ªa una hora antes de la final el ilustre Manolo Santana, al que no suele fallarle en exceso el olfato en cuestiones que tengan que ver con un oficio en el que, en su pa¨ªs, abri¨® senda. ¡°Hoy es el d¨ªa, hoy es el d¨ªa. Lo va a hacer, lo va a hacer¡±, dec¨ªa en la zona destinada exclusivamente a los jugadores, mientras los familiares de Garbi?e Muguruza observaban una pantalla (padre y hermanos) o le¨ªan (madre). Y, como tantas otras veces, no fall¨® Santana, porque la hispano-venezolana, 22 a?os, derrib¨® (7-5 y 6-4, en 1h 43m) a la n¨²mero uno, Serena Williams, e ingres¨® en la historia del tenis espa?ol por la puerta grande, con una victoria de m¨¢ximo lustre en Par¨ªs.
Se convirti¨® as¨ª en la primera tenista nacional que ganaba el grande franc¨¦s desde hac¨ªa 18 a?os (1998), cuando Arantxa S¨¢nchez Vicario elev¨® su tercer trofeo. Supon¨ªa, tambi¨¦n, el 21? t¨ªtulo para el tenis patrio en Roland Garros, tras los conseguidos por Santana (2), Andr¨¦s Gimeno, Arantxa (3), Sergi Bruguera (2), Carlos Moy¨¤, Albert Costa, Juan Carlos Ferrero y Rafael Nadal (9). Finalista el a?o pasado en Wimbledon y presente en la Copa de las Maestras de Singapur, donde firm¨® las semifinales, Muguruza ya tiene un nombre propio en el deporte espa?ol e internacional, despu¨¦s de vencer en un marco como el franc¨¦s, ante una jugadora de tant¨ªsimo rango como Serena, que suma 21 Grand Slams y tres cetros parisinos.
Se coron¨® Garbi?e y lo hizo con una majestuosa exhibici¨®n de autoridad, marcando ella el paso y controlando la escena, de principio a fin. Tirando una puerta y abriendo otra que permite vislumbrar el futuro con mucho m¨¢s optimismo. ¡°Sal¨ª sin miedo, a morder¡±, precis¨® despu¨¦s, durante la ceremonia de la Chatrier, testigo todo el p¨²blico de un relevo en el presente, aunque interpretado por los especialistas en clave de futuro. Porque Garbi?e, la arrolladora Muguruza, parece estar predestinada a escribir muchas m¨¢s p¨¢ginas de gloria. Tiene el hambre, el deseo; los recursos t¨¦cnicos y un extraordinario porvenir. Todo, lo dice su gente, jugadoras y t¨¦cnicos, ella misa, depende de la propia autora, de nada ajeno.
La receta del descaro
Ayer, el arranque del partido fue puro fuego, ambas sensacionales al servicio, herramienta b¨¢sica requerida para un pulso de este perfil, con dos jugadoras a las que les gusta pegar a la bola a diestro y siniestro. Cualquier concesi¨®n con el saque era un presente para la rival, as¨ª que las dos se aplicaron desde el principio; una, quiz¨¢, con un punto m¨¢s de fiabilidad, y la otra con la dosis extra de potencia habitual. Hubo equilibrio hasta que Serena emprendi¨® la amenaza, el intento de intimidaci¨®n, pero Muguruza le priv¨® de dos opciones de rotura y fue la que infligi¨® el primer estacazo.
El break no desorient¨® a la estadounidense, que replic¨® con fiereza y la misma respuesta. Con 4-4, vuelta a empezar, pero la tendencia an¨ªmica fue poco a poco decant¨¢ndose a favor de la hispano-venezolana, mene¨¢ndose sobre la arena como una anguila el¨¦ctrica. Se gan¨® poco a poco el favor de la grada, que al principio arropaba a Serena, pero que conforme avanz¨® el duelo se posicion¨® del lado de la aspirante, tal vez el eslab¨®n entre una ¨¦poca y otra, qui¨¦n sabe a¨²n. No solo ofreci¨® esta una resistencia firme, sino que jug¨® con todo el descaro del mundo, receta imprescindible para batir a la reina: confianza, dinamita en la raqueta y templanza.
En el ambiente de la Chatrier, much¨ªsima tensi¨®n emocional. La posibilidad de un giro jer¨¢rquico estaba latente y crec¨ªa, crec¨ª y crec¨ªa conforme avanzaba la pel¨ªcula. Garbi?e, concentrad¨ªsima, afil¨® m¨¢s y m¨¢s su derecha para enredar en el rev¨¦s de Serena, lenta adem¨¢s en los movimientos y a la hora de corregir sus desplazamientos, mermada por unas molestias musculares en una pierna. El drive de su rival fue arrincon¨¢ndola progresivamente y decidi¨® el primer parcial, con una nueva rotura en el d¨¦cimo juego (5-5) y la consolidaci¨®n posterior del saque, aunque la norteamericana repeli¨® dos set points con el oficio de siempre, porque jugar¨¢ con m¨¢s o menos brillo, pero su instinto competitivo es pr¨¢cticamente inigualable.
Williams sigue sin atrapar a Graf
La grada francesa estall¨®, Serena exhal¨® un rugido que rebot¨® en las cuatro gradas y el terreno se suaviz¨® para Muguruza, sin perder en ning¨²n momento la compostura, como si llevara toda la vida jugando este tipo de finales. Hubo momentos de dudas (nueve dobles faltas), por supuesto, instantes de v¨¦rtigo y el nerviosismo l¨®gico que conlleva la primera investidura, pero la de Caracas los super¨® con creces. Manej¨® tambi¨¦n el segundo parcial con mano firme, dos roturas de arranque e intentando hacer correr y ceder metros a Serena, erosionada por el desgaste de los d¨ªas previos.
Para Williams, la meta de conseguir atrapar a Steffi Graf (22 t¨ªtulos del Grand Slam) sigue siendo una verdadera quimera: no pudo hacerlo en Nueva York, el a?o pasado, ni tampoco esta temporada en Melbourne ni ahora en la Ville Lumi¨¨re. Se qued¨® en los 21 majors y con el orgullo herido, porque desde que triunfase en Londres el a?o pasado no saborea un gran t¨ªtulo. Ayer, el manjar fue para Garbi?e, con un punto de suspense porque no sab¨ªa si esa ¨²ltima bola hab¨ªa entrado o no. Aterriz¨® dentro, dulcemente sobre la l¨ªnea, y la protagonista rompi¨® a llorar sobre la arcilla. Par¨ªs tiene una nueva reina y Espa?a otro icono de referencia. Puede el tenis mirar con optimismo al horizonte. Hay vida. El futuro, dicen, le pertenece a Muguruza.
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