Ismael Santos: ¡°El deporte profesional crea aut¨®matas sin esencia¡±
El exjugador del Real Madrid de baloncesto encontr¨® en el alpinismo el silencio para la reconstrucci¨®n. Se descubri¨® a s¨ª mismo y la dimensi¨®n emocional y espiritual del deporte
Sigui¨® el recorrido so?ado por cualquier ni?o que quiere ser deportista. Lleg¨® con 16 a?os al equipo de su vida y alcanz¨® la cima del baloncesto con la conquista de la Copa de Europa en 1995. Pero despu¨¦s de 14 a?os en el club, siendo capit¨¢n y con dos a?os de contrato por delante, su salida del Madrid, ¡°por motivos no deportivos¡±, le confirm¨® sus sospechas de que su reino no era de ese mundo y le empuj¨® a la reinvenci¨®n vital con 31 a?os. Ismael Santos (Ourense, 44 a?os) encontr¨® en el alpinismo el silencio para la reconstrucci¨®n y, despu¨¦s de coronar decenas de cumbres, se descubri¨® a s¨ª mismo y la dimensi¨®n emocional y espiritual del deporte. Regres¨® a Espa?a despu¨¦s de tres lustros fuera, la mayor¨ªa de ellos perdido en los Alpes suizos, se declara un inadaptado, confiesa que no ve la tele y acaba de escribir, junto a Francesc Torralba, el libro Inteligencia espiritual y deporte(Plataforma Editorial), el segundo libro de un gu¨ªa de monta?a que busca la felicidad desde la coherencia.
Pregunta: ?Qu¨¦ hay detr¨¢s de la expresi¨®n ¡°los valores del deporte¡±?
Respuesta: Es un concepto muy manido, pero sobre el que se ha profundizado poco. Es crucial la figura del formador y en el deporte profesional apenas existen. M¨¢s all¨¢ de ser una estrella o un jugador normal, lo m¨¢s importante es la persona. El legado de un deportista est¨¢ m¨¢s asociado a su comportamiento y a sus valores que a su palmar¨¦s. El deporte profesional deber¨ªa ser un motor social y de desarrollo personal, pero nadie te ense?a a utilizar las extraordinarias herramientas que te ofrece.
¡°Me hice el mejor defensor por pura adaptaci¨®n¡±
Ismael Santos es recordado por los aficionados a la canasta como el mejor defensa del baloncesto europeo de los 90. Sus memorables marcajes a Michael Young y Eddie Johnson en la Final Four de Zaragoza de 1995 sostuvieron el liderazgo solemne de Sabonis rumbo a La Octava.
¡°En mi etapa cadete, juvenil y j¨²nior era un anotador, pero llegu¨¦ al primer equipo y me encontr¨¦ con muchas vacas sagradas. All¨ª, aunque son compa?eros, te est¨¢s jugando la comida. En el primer a?o de Sabonis fui el m¨¢ximo anotador en la pretemporada. Biriukov estaba renqueante de una lesi¨®n, pero cuando se recuper¨® volvi¨® a ser titular porque se lo ten¨ªa ganado. O me adaptaba o no me iban a dejar competir. Quer¨ªa jugar en el Madrid y triunfar en el equipo de mi vida as¨ª que me adapt¨¦. Y exager¨¦ mucho", explica.
"Llegu¨¦ al extremo y me hice el mejor defensor. Renunciando a tirar tienes contentas a las estrellas y eso es equilibrio en un equipo. Para Obradovic el baloncesto era ajedrez y era un genio de utilizarnos como piezas y en m¨ª vio una pieza esencial. Me convert¨ª en un especialista. Zeljko vio que ten¨ªa un t¨ªo que a los jugadores rivales que met¨ªan 25 o 30 puntos los dejaba en 5 o 6 as¨ª que era ir ganando 20-0. Siempre me lo reconoci¨®. Me estanqu¨¦ pero fue el precio que tuve que pagar. No me arrepiento, solo me fastidia que con lo que di no gan¨¢ramos m¨¢s t¨ªtulos¡±.
P. ?Qu¨¦ se descubre cuando se pasa de la etapa de formaci¨®n a un vestuario de ¨¦lite?
R. Es como salir de la escuela y llegar a una jungla. No te dicen que vale todo en busca del resultado, pero casi. En el Madrid hay que ganar s¨ª o s¨ª. Con 16 a?os llegu¨¦ a un vestuario en el que estaban Fernando Mart¨ªn, Petrovic, Llorente, Romay, Biriukov¡, gente acostumbrada a vivir en una presi¨®n constante, en la exigencia de ganar cada d¨ªa. Me desenamor¨® el resultadismo. La exigencia y la competitividad son necesarias para crecer pero no es una manera sana de vivir permanentemente. En el deporte profesional simplemente vales lo que ganas. Si metes el tiro que gana el partido, eres un h¨¦roe; si lo fallas eres un cag¨®n. Todo se juzga en funci¨®n del resultado final y eso es injusto y pobre. Los deportistas son personas no m¨¢quinas. Si se utilizara toda su energ¨ªa no para hablar del peinado o la ropa que llevan sino por lo que podr¨ªan transmitir a millones de personas, el deporte cambiar¨ªa realmente la vida de las personas.
P. ?Lo espiritual y lo psicol¨®gico son tab¨² en el deporte?
R. La mayor¨ªa de los deportistas se est¨¢n perdiendo un 50% de lo que podr¨ªan dar porque solo se trabaja la parte f¨ªsica y, en ocasiones, la mental. Lo emocional y lo espiritual es lo que nos hace especiales, lo que nos hace preguntarnos por el sentido de la vida. El deporte profesional crea aut¨®matas y coarta la esencia. Solo conozco a un entrenador, Phil Jackson, que profundiz¨® en la inteligencia espiritual dentro del deporte profesional. Aquellos Bulls ten¨ªan al mejor jugador de la historia, Michael Jordan, pero tambi¨¦n ten¨ªan una m¨ªstica especial. No hay psic¨®logos que cultiven esas parcelas. Hay muchas salidas de tono y poca reflexi¨®n. Es una incongruencia que gente que gana tanto dinero y a la que se le exige tanto tenga tantas carencias.
P. ?Qu¨¦ modelos de liderazgo vio durante su etapa de profesional del baloncesto?
R. El l¨ªder m¨¢s grande que me he encontrado fue Fernando Mart¨ªn, a a?os luz de los dem¨¢s. Despu¨¦s, al final de mi carrera tambi¨¦n me impresion¨® Riccardo Pittis en Treviso por su dominio t¨¦cnico y por su mala uva y esp¨ªritu ganador que hered¨® de Dino Meneghin y Mike D¡¯Antoni. Pero Fernando era un fuera de serie, con una energ¨ªa especial que arrastraba a los dem¨¢s por su personalidad, implicaci¨®n y ejemplo. Sin hablar transformaba su entorno.
¡°Me desenamor¨® el resultadismo. No es una manera sana de vivir¡±
P. ?C¨®mo fue su viaje hacia el desencanto que le llev¨® a dejar el baloncesto?
R. Mi salida del Madrid fue por un tema personal, no deportivo. Eso me parti¨® por la mitad y me termin¨® de desencantar. Soy un rom¨¢ntico y el baloncesto me fue desenamorando poco a poco. Fue un trauma, jugu¨¦ en otros equipos, pero no era lo mismo que jugar para el equipo de tu vida. Crec¨ª viendo a Corbal¨¢n contra Soloz¨¢bal, a Epi contra Itu, a Mart¨ªn contra Norris, cre¨ªa en lo que encarnaba cada jugador y en transmitir esos valores que hered¨¦. Me lo cortaron y, aunque fue dur¨ªsimo, result¨® tambi¨¦n la ventana a una nueva vida. Lo viv¨ª como una tragedia pero al final fue un regalo.
P. ?Qu¨¦ descubri¨® en la monta?a?
R. Que lo importante es el proceso. Si t¨² quieres coronar una cima puedes coger un helic¨®ptero llegar a la cumbre y hacerte una foto, pero es imposible transmitir nada si no ha habido sufrimiento, dudas, reflexiones. El camino, llegues o no a la cima, es lo que te hace crecer. Me hice la traves¨ªa del desierto en la monta?a. Vi mis l¨ªmites, me sent¨ª vulnerable fuera de mi entorno y aprend¨ª mucho empezando de cero. El tesoro de lo vivido est¨¢ por encima del valor de lo estudiado.
¡°Hice la traves¨ªa del desierto en la monta?a. Vi mis l¨ªmites¡±
P. ?Sigue el baloncesto?
R. No. No comparto el sistema, por eso estoy fuera. No me identifico con ello y lo l¨®gico es que est¨¦ fuera, por coherencia. Soy un inadaptado.
P. ?C¨®mo es el v¨¦rtigo cuando se acaba el profesionalismo?
R. Se siente mucho miedo. Se deber¨ªa profundizar en dotar al deportista de una estructura interior que no te lleve a la depresi¨®n cuando eso se acaba. Muchas veces son juguetes que se tiran cuando se les terminan las pilas. El deporte profesional es una trituradora. Le falta el componente humano. Esas carencias no se cubren con dinero y los grandes clubes deber¨ªan preocuparse por eso; no como ayuda a unos pobrecitos sino para canalizar esa riqueza. Son gente que ha asumido grandes responsabilidades en entornos complicados, ante miles de personas, con esp¨ªritu competitivo y af¨¢n de superaci¨®n. Experiencias y valores que son ejemplares en el mundo laboral. A lo mejor no tienen la formaci¨®n para ser director general de una gran empresa, pero qui¨¦n puede discutir a Pau Gasol o Rafa Nadal hablando de liderazgo, superaci¨®n y sacrificio.
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