Espa?a ya descansa en la isla de la abundancia
La selecci¨®n aterriza en su paradis¨ªaco y bunkerizado lugar de concentraci¨®n en la costa atl¨¢ntica francesa con la preocupaci¨®n por la falta de gol mostrada ante Georgia
Un cartel que comparten una extra?a mezcla entre torero y bandolero con un bal¨®n bajo el brazo y una bailadora abrieron las puertas de la Isla de R¨¦ a la selecci¨®n espa?ola, que aterriz¨® sobre las nueve y media de la noche en el aeropuerto de La Rochelle. Un ¡°Bienvenidos a La Roja¡± corona esa gigantesca y folcl¨®rica imagen instalada en el peaje que da paso al imponente puente de casi tres kil¨®metros alzado sobre el oc¨¦ano Atl¨¢ntico en los a?os 90. All¨ª mismo, a la entrada de esa espectacular pasarela arquitect¨®nica que une a la ciudad de La Rochelle con la isla, est¨¢ prevista la instalaci¨®n de uno de los cordones de seguridad durante la estancia de la selecci¨®n. Otro de ellos est¨¢ situado a unos 100 metros del H?tel Atalante Relais Thalasso y proh¨ªbe el paso a cualquier persona ajena a la selecci¨®n y al personal del complejo hotelero. Una verja met¨¢lica, vigilancia privada y polic¨ªa montada a caballo bloquean el acceso. Un paradisiaco, pero bunkerizado alojamiento en el que Vicente Del Bosque y sus futbolistas convivir¨¢n con la brisa atl¨¢ntica durante al menos las dos pr¨®ximas semanas.
?Las medidas extremas de seguridad que rodean a la selecci¨®n contrastan con la silenciosa tranquilidad del paraje. Espa?a se ha instalado en un enclave destinado a la clase alta francesa donde los lugare?os conviven con practicantes de kite-surf, surferos m¨¢s ortodoxos y turistas que transitan por los m¨¢s de 100 kil¨®metros de carril-bici que atraviesan los 30 kil¨®metros de largo por cinco de ancho del islote.
Por las orillas de playas de dunas, rodeados de bateas de ostras a las que est¨¢ prohibido aproximarse a menos de 25 metros, tambi¨¦n se mezclan, en busca de quisquillas, mejillones, y percebes, los excursionistas y la poblaci¨®n aut¨®ctona que vive de las riquezas del mar de la Isla de R¨¦. Su nombre hace referencia a Rhea, diosa de la abundancia.
Ya bajo una luz tenue y en el autob¨²s oficial con el lema ¡°un color, una pasi¨®n, somos La Roja¡± , Espa?a se dirigi¨® a su lugar de concentraci¨®n con el traspi¨¦ ante la modesta y correosa Georgia a¨²n en la cabeza. ¡°Esta derrota sirve para aprender, es un peque?o toque de atenci¨®n. Nos tiene que servir, pero mejor que el pinchazo fuera el martes a que sea el pr¨®ximo lunes c ontra la Rep¨²blica Checa. Nosotros estamos muy ilusionados, nos toca defender t¨ªtulo y vamos a dar el m¨¢ximo¡±, advierte Sergio Ramos. ¡°No creo que la gente se haya desmotivado por el partido, pero est¨¢ claro que tenemos que devolver el cari?o y la confianza que nos demuestran", abunda Ramos.
Foco para los delanteros
El partido ante Georgia despert¨® uno de los grandes temores que tiene Del Bosque antes del inicio de la competici¨®n: la falta de gol. Los tres tantos a Bosnia y los seis a Corea del Sur parec¨ªan haber alejado un tanto esa preocupaci¨®n que el martes volvi¨® a aflorar. ¡°Que nos hagan un gol entra dentro de lo posible, que no hayamos hecho uno nosotros es una decepci¨®n grande¡±, espet¨® el seleccionador en la sala de prensa del Coliseum Alfonso P¨¦rez de Getafe.
El foco vuelve a apuntar a los delanteros y a los centrocampistas encargados de generar juego y ocasiones de gol. Con Morata en el banquillo por precauci¨®n por sus molestias en los isquios fue Aduriz el que ejerci¨® como referencia en ataque. El delantero del Athletic finaliz¨® el encuentro con un solo remate, una cifra muy baja teniendo en cuenta el dominio ejercido por Espa?a.
La explosi¨®n de uno de los dos goleadores es esperada por el seleccionador, que no ha encontrado un nueve determinante desde los tiempos de Villa y Fernando Torres. Alc¨¢cer, m¨¢ximo goleador de la fase de clasificaci¨®n no ha entrado en la lista. Espa?a necesita ese cazagoles tan necesario en los grandes torneos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.